CUANDO EL GRAFFITI SE APODERA DE LAS GALERIAS
Leo en la sección Luces de El Comercio una nota sobre el colectivo artístico El Codo. La nota dice lo siguiente:
El colectivo El Codo invade nuevamente una conocida galería para intervenir con el arte de la calle cuanta pared le salga al frente.
Basada en fotografías que ellos tomaron de su trabajo urbano, desde su surgimiento en el 2003, esta exposición no solo incluye intervenciones grafiteras, sino también una bitácora audiovisual de sus últimas obras, muchas de las cuales fueron borradas, tapadas o simplemente alguien derrumbó el muro en el que fueron hechas.
Los artistas, quienes trabajan colectivamente espacios urbanos permitidos y no permitidos, recurren a una variedad de opciones técnicas, que van desde el graffiti, los autoadhesivos y las plantillas, pasando por la pintura a pincel y los dibujos, con una diversidad de medios sobre cualquier superficie.
"El graffiti es una técnica de por sí, no es un arte menor, y al meterlo en una galería tiene el mismo peso que cualquier otro arte", dice Valentino Sibadon.
"La exposición es una evidencia de lo que hemos hecho, pero tenemos claro que el trabajo y el diálogo con la calle es algo constante", añade Jaime Moya.
Su problemática contemporánea gira en torno a la ciudad. El Codo trabaja el espacio público como lugar de fisura, intenta darle un significado y lo convierte en parte de la obra usando la ciudad como materia.
Ray Uribe deja en claro también que los exteriores son la prioridad del colectivo. "Siempre vamos a estar trabajando en esa inmensa galería que es la urbe", afirma.
La calidad de sus trabajos ha permitido calar en la gente. Si antes algunos municipios borraban su obra, ahora los llaman para que intervengan sus paredes. El grupo ha dejado evidencia de su arte en los paraderos de la Vía Expresa de Paseo de la República, en la fachada del Goethe Institut-Lima, el mural en el Centro Cultural de España con motivo de la exposición "Place", la exposición en el Centro Cultural de Bellas Artes y en la nueva sede de la Biblioteca Nacional.
"Muchas veces la gente nos mira como si estuviéramos malogrando la calle, sin siquiera detenerse primero a ver el trabajo que estamos realizando". No se trata de estropear las paredes sino de intervenirlas y mejorarlas", agrega Sibadon.
Por eso José Ignacio Lora encuentra en un galería un espacio para trabajar con mayor tranquilidad , aunque él también está de acuerdo con la premisa de que de la calle salen todas las ideas para el proyecto, de ella se nutren y a ella le deben todo.
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Dónde: Galería John Harriman del Centro Cultural Peruano-Británico (Jr. Bellavista 531, Miraflores)Inauguración: Hoy, 28 de febrero.