26 February 2007

ENTREVISTA A IVÁN THAYS


ANTE EL ESPERADO RETORNO

Mientras los lectores esperan ansiosos la próxima reaparición de Notas Moleskine en la blogósfera literaria, en el blog de El Hablador, aparece una extensa e interesante entrevista a Iván Thays. La misma gira en torno a su obra literaria y sus proyecto personales; y, ademas, temas controversiales como la discusión entre andinos y criollos, y los blog basura.



Por: Francisco Angeles



Con tres novelas y un libro de cuentos, Iván Thays se ha convertido indiscutiblemente en uno de los más importantes escritores peruanos de las últimas décadas. Conductor del programa de televisión Vano Oficio, blogger de la visitada página de actualidad literaria Notas Moleskine, galardonado con el premio holandés Príncipe Claus y comentarista de libros, Thays es acaso el principal animador del medio literario peruano. Conversamos largamente con él para que nos diera su opinión sobre varios de los aspectos que dominan el debate literario nacional: la polémica entre ‘andinos’ y ‘criollos’, las dificultades de acceder a los medios, los mecanismos que permiten la difusión de una obra. Lo que sigue registra parte de esa extensa e interesante charla.


LA OBRA


Han pasado quince años desde la publicación de Las fotografías de Frances Farmer. Me gustaría que contaras cómo fue la recepción de ese tu primer libro.


Tuvo una vida muy curiosa. Empezó con una especie de silencio total, ya que ni siquiera salieron notas de prensa sobre la presentación. Así estuvo por dos o tres meses. Había un comentario de Fernando Vivas en Caretas, que se enfocaba sobre todo en la figura de Frances Farmer, y una reseña de Rocío Silva. Me hicieron entrevistas que nunca salieron. Y ya a fines del 92 comenzaron a salir notas muy entusiastas de gente que no conocía, que hablaban sobre todo del lenguaje, que fue el aspecto que llamó la atención. Y lo que más sorprendió fue que apareciera un narrador joven. En esa época había muchos poetas jóvenes, pero no narradores…


En el prólogo a la reedición (2000) mencionabas que el libro no había sido muy bien recibido por gente allegada al grupo Narración. Y mencionabas que en la época de su publicación se seguía “a pie juntillas” los postulados de dicho grupo. ¿Era tanto así?


En el 89 hubo un encuentro de escritores jóvenes, la mayoría sólo con una plaqueta o inéditos que habían ganado algún concurso, y la conclusión fue que Narración era la última gran renovación de la literatura peruana. Y se esperaba a alguien que retratara la Lima contemporánea. Incluso hubo una polémica muy fuerte en Quehacer. Retratar esa Lima compleja, con los provincianos mezclados con los limeños, esa novela sociológica y crítica era a lo que aspiraban todos los escritores jóvenes. Incluso Miguel Gutiérrez, cuando apareció Las fotografías de Frances Farmer, con mucha amabilidad me comentó que era joven, que debía olvidarme de que ese libro existía y cambiar de estética. Obviamente, Gutiérrez no quería experimentalismo ni juegos de lenguaje.


¿Qué leía un escritor joven en esa época? ¿Por qué esa vertiente realista como imposición?


Las lectura peruanas eran obligatorias. Reynoso, Gutiérrez, y por supuesto que Vargas Llosa y Bryce, eran las lecturas comunes. También los del Boom, sobre todo Cortázar. Del extranjero llegaban los libros de Oveja Negra, pero no recuerdo mayores comentarios sobre ellos. Recuerdo que la lectura era muy latinoamericana, Onetti, Sábato… y yo me sentía un raro porque leía a Attila Joszef, a Pizarnik y ya era un fanático de Nabokov.


Siempre has hablado de tu obra como un proyecto integral. Escena de caza y El viaje interior siguen una misma línea, incluso podrían verse como un díptico. Hay muchas semejanzas: el viaje, la relación de pareja que se rompe, la reflexión sobre la historia y el propio pasado…


Escribí los dos libros casi al mismo tiempo, y en el 95 ya estaban los dos terminados. Pensé publicar El viaje interior y el otro dejarlo como algo muy personal, pero Bellatin me recomendó publicar Escena de caza y trabajar El viaje interior. Y eso hice por cuatro años, hasta publicarla en el 99.


Dentro de ese proyecto integral, La disciplina de la vanidad es una obra distinta, sin mayor relación con las precedentes….


Es una especie de metanovela, que incluye reflexiones e ideas que había recopilado en esos años de escritura. Tenia cuentos, artículos ya publicados, y luego los uní y construí la novela. La planteé como el fin del aprendizaje del escritor adolescente. Es decir, las dudas y traumas de un joven que primero quiere escribir y luego ingresa se cierran con esa novela. Allí termino una etapa.



CRIOLLOS Y ANDINOS



Gutiérrez te aconsejó que “cambies de estética” ¿Crees que el origen de la discusión entre criollos y andinos tiene que ver básicamente con posturas divergentes frente a la literatura, o está más vinculada a cuestiones extraliterarias, de índole socioeconómico e incluso de diferencia racial?


Tiene que ver con muchísimas cosas. La discusión general es muy amplia, pero si me hablas del debate en concreto que surgió a partir del encuentro de Madrid tiene que ver con un hecho específico: los organizadores lo hicieron para que nos peleáramos. Mario Suárez y una española que no recuerdo su nombre, organizaron un encuentro para los llamados ‘andinos’, para hablar de sí mismos, para alabar sus libros. Pero necesitaron ayuda económica y fue Jorge Eduardo Benavides quien se hizo cargo de la parte logística, consiguió el dinero para los pasajes, etc. Y por ello tenía derecho a integrar la lista e incluir a las personas que él consideraba que debían estar. En la lista de Mario Suárez todos eran de los andinos y en la de Benavides estábamos Ampuero, Cueto, Goldemberg, Sumalavia y yo. Y cuando la prensa nos tomó más atención a nosotros que a ellos se armó la bronca.


¿Hubo un hecho específico que la hiciera estallar?


Hay cosas que curiosamente no se hablan y fueron el verdadero detonante. Si dos personas organizan un encuentro, donde claramente hay dos grupos, y además están a favor de uno de ellos, entonces todo lo que uno haga será mal visto. La mayoría de ellos iba a un restaurante al frente del lugar del evento, pero no era obligatorio ir ahí, ya que no nos pagaban los almuerzos. Así que con Ampuero y Cueto nos íbamos a otros restaurantes, y ellos veían eso como un desplante. Ampuero fue a ver toros, Cueto a una exposición. No tiene nada de malo, ¿verdad? Pero para ellos fue un desaire.


Después tú te mantuviste al margen del debate…


Si, publiqué un articulo bastante inofensivo, y me sorprendió la reacción violenta de ellos, sobre todo a un artículo de Alonso, donde dijo que hubo ponencias buenas y otras no tan buenas, y eso fue suficiente. Ya estaban armados para la pelea… Pero, en general, existen dos versiones de lo que es la literatura. Me parece que ellos piensan que existen estéticas correctas y estéticas equivocadas. Yo confío en la escritura y no me interesa el tema, o si es realista o fantástica. Incluso una novela total ahora sería genial. He aplaudido a algunos autores en otras lenguas que hacen novelas totales, como Vikram Seth. No es problema de estética sino de escritura. El tema central es cómo enfrenta la realidad cada uno. Ellos creen que la literatura es reflejo de la realidad, así que si hablas de la violencia en el momento debes ser muy bueno porque estás tratando de captarlo cuando las papas queman. Mientras que para mí la escritura es la misma realidad.


Ese aspecto de la discusión ha quedado claro, pero iba también a si había algo extraliterario en todo esto. Por eso insisto en el tema de lo socioeconómico o racial…


Si, hay mucho resentimiento. El Perú es un país clasista, Lima es el centro y los escritores limeños son los apropiados para la colectividad limeña. Yo pienso que Cueto y Ampuero son los escritores que retratan la realidad limeña, un mundo en particular, y por tanto tienen cobertura de la prensa limeña…. en cambio, si aparece un joven provinciano le es mucho más difícil…
Digamos que no saldría en Somos… Podría salir, pero no por principio. O sea, Cueto publica un libo y por principio sale en Somos, el otro tendría que gustarle al editor o interesarle por un aspecto en concreto. Por eso sale Reynoso, por algún aspecto específico. En cambio, si no aparece Cueto, la pregunta sería por qué no apareció.


¿Y cuál es la razón para que Cueto, por seguir el ejemplo, salga en Somos como regla, y el otro como excepción?


Hay un grupo de escritores limeños que están hechos para el grupo de lectores de, por ejemplo, Somos. Y entonces los lectores esperan cosas de ellos…


Pero yo iba un poco más allá, a cómo llegaron a esa posición…


Eso es azaroso. No tiene nada que ver con raza ni religión ni nada. Eso sucede o no sucede. En algún momento una cierta estética interesó y eso es difícil que cambie…. en algún momento ese lugar lo ocupó Arguedas. Publicaba un libro y salía en cinco diarios, mientras que uno urbano escribía sobre la ciudad y no pasaba nada. Depende más de la prensa, de lo que cree que sería atractivo para su público.


Es decir, por ejemplo, ponen a Colchado Lucio en Somos y a nadie le va a interesar…


Pero hay que saber por qué lado entrar. Estas cuestiones extraliterarias son más complejas. Para ellos es muy fácil la fórmula mafiosos contra pobrecitos, pero gente como Reynoso o Gutiérrez, que conocen la realidad política y social del Perú, saben que es imposible que tres escritores manejen todo. Eso viene de años, es un racismo o clasismo, pero tiene que ver más con el marketing. Te pongo un ejemplo. Fuguet juntó un grupo de personas, muy distintas entre sí, hizo una antología y le puso McOndo. Sin ese nombre pasaba desapercibida.


Un nombre genial…


Genial, porque creó un concepto: los nuevos jóvenes son los McOndo. Y Fuguet hubiese podido decir qué tengo yo que ver con Fresán, obras distintas, mundos distintos, lecturas distintas. Sin embargo, quedó el McOndo. Incluso autores que no salen en la antología son mcondianos porque Fuguet creó un concepto que era fácil de entender para gente que no es experta en literatura. Creo que eso han logrado Cueto, Ampuero o Niño de Guzmán… no sé cómo, porque no es tan obvio como en McOndo. El punto es cuál es el concepto detrás de Colchado y los demás, sin incluir a Gutiérrez y Reynoso que sí tienen un concepto y salen en todos lados. Un caso interesante es el de Carlos Calderón Fajardo, que tenía como siete novelas publicadas y había ganado muchos premios, pero sus obras casi no eran comentadas. Pero ahora existe el concepto del escritor raro, inasible, que ya es un concepto que todo el mundo domina, por ejemplo con Aira, y eso permite que ahora tenga mayor difusión. Porque ya es parte de un concepto.


¿Ese no es el trabajo más de un agente literario que de un escritor?


Pero la literatura no es el proceso puro en el que cada uno escribe y publica hasta que alguien descubre que eres un genio. Hay editoriales, prensa, agentes. La literatura pasa por muchos factores que no se pueden ocultar. Eso de publicar y esperar que te toquen la puerta para decirte lo genial que eres ya pasó.


Con todo ese trabajo de marketing detrás del escritor, ¿no se está relativizando el valor de la obra literaria?


El espacio está dominado por conceptos y marketing. La cuestión es por qué se está luchando. Si es por la crítica no tendría sentido. Colchado o Reynoso tienen muchos más ensayos o tesis en Estados Unidos sobre ellos que cualquiera. Pero su lucha no es por la crítica sino por el espacio de la prensa, y eso no se maneja sólo por la calidad de la obra. Ellos deben aceptar que se necesita un concepto sobre el propio escritor para llegar al periodista.


¿En tu época de Frances Farmer tenías ya un perfil definido, un concepto detrás?


Yo tuve muchísima suerte, porque era un escritor joven, cosa rara de por sí, que escribía algo distinto, que parece que los lectores esperaban, y además tenía el pelo largo… así que funcionó, pero eso yo no lo manejé. Fue casualidad. También podía pasar desapercibido, que en realidad era lo que esperaba.



LOS BLOGS Y LOS ENEMIGOS


Me preguntaba cuántos amigos has perdido o enemigos has ganado conforme has ido avanzando en tu carera literaria, y a qué crees que se puede deber. ¿Has cometido algún error que te haya hecho ganar un enemigo no gratuito?


Siempre he dicho lo que pensaba, eso no creo que sea un error… quizá por eso, por no decir lo que la gente esperaba. Nunca he sido muy concesivo.


Pero mucha gente te insulta en los blogs, es evidente que tienes enemigos…


Ahí hay algo muy interesante. Cuando me insultan yo creo que soy sólo el blanco que esta ahí, pero que puede ser otro, Ampuero o cualquiera. Detrás de esos insultos hay un síntoma, y yo trato de ver qué es lo que realmente me están queriendo decir al insultarme. Es inevitable que ellos vean que yo tengo un programa de televisión, varios libros publicados, que me invitan a encuentros de escritores…


Quieres decir que es envidia…


No envidia, sino que me parece inevitable que digan por qué él está ahí y yo no. En realidad dicen por qué no lo logro yo. Es una crítica hacia ellos mismos. Me siento mal conmigo mismo, y me cuesta mucho asumirlo, así que mejor insulto a este pata y pienso él que es el culpable de que todo me salga mal.


La mayoría de insultos provienen de los llamados blog basura. ¿Tienes algo que decir sobre ellos?


Yo creo que la gente que hace eso puede ser de dos tipos. Un tipo sería gente muy joven que quiere publicar y tiene miedo de fracasar. Así que anticipan su fracaso porque acá está este idiota que es un sobón. Y el otro tipo serían los que han empezado su carrera literaria e incluso les puede ir bien, pero que dicen por qué a mí no me invitan a tal feria, por qué mi nombre no sale en tal lado. Entonces el culpable es Thays o Cueto o Faverón.


Se habla mucho de una supuesta mafia. ¿Qué tienes que decir al respecto?


Si yo fuera ministro y me dicen que dirijo una mafia, lo puedo enjuiciar. Pero yo sé que no me dicen mafioso en el sentido de estafador sino de argollero. Eso tengo que entenderlo. Todo el mundo tiene derecho a pensar que las cosas que le han ido bien a uno han sido por argolla. Yo sé que no, pero ellos pueden pensar lo que quieran. Y por último, las peores críticas que reciba de ellos nunca serán nada en comparación a las que me hago yo mismo.


¿Cuando dices “ellos” a quiénes te refieres?A los administradores de los blogs basura y a los que comentan.


Sé de muchos que entran a comentar, pero no sé quiénes los administran. Tengo confirmaciones de dos o tres personas que siempre entran a escribir con seudónimo, pero no voy a decir los nombres. Ellos piensan que Faverón o yo rechazamos que existan blogs que nos critiquen. Al menos en mi caso, y seguro que Gustavo estaría de acuerdo, me parece muy bien que nos critiquen, y hasta psicológicamente sano para ellos que digan que escribo mal o que soy mafioso.
Incluso había un blog hace poco que parafraseaba el título de una de tus novelas…De ése no me enteré. Pero yo creo que está muy bien que exista crítica, que me digan mafioso y que haya gente antiThays. Lo que no soporto es que insulten y calumnien con asuntos personales. En esos blogs han insultado a mi hijo, a mi ex esposa, me han acusado por cosas por las que debería estar en la cárcel…


Una acusación que te hacían es que tus reseñas son para cumplir agenda…


¿Para atacar escritores?


O para elogiar… por ejemplo, a Cueto o a Ampuero…


Nunca he reseñado una novela de Ampuero… bueno, creo que El enano sí…. pero no, no tengo una agenda, lo que hay son temas que me interesan más que otros. No soy critico, soy un escritor que opina sobre libros que me interesan. Es inevitable que cuando aparece el libro de alguien cuya obra me interesa, como Cueto, yo inmediatamente lo quiera comentar. Y cuando aparece Bayly también me interesa comentarlo. Hago crítica cuando me interesa la obra, cuando tengo algo que decir a favor o en contra.


Otro asunto muy discutido fue el blog Bata Japonesa, donde criticaron a reseñistas que no habían tratado muy bien la novela de Cueto. Ahí le cayeron con todo a Ágreda, a Luis Aguirre…


Pero Aguirre no comentó a Cueto, sino a Iparraguirre, que además….


Claro, pero algunos podrían verlo como un artilugio para no ser tan evidentes…


Bata Japonesa era un blog grupal y criticamos varias reseñas. También se comentaron los errores de mi crítica a Cueto.


Cuando sale una novela de Cueto, por ejemplo, la gente dice ya sabemos que Thays la va a comentar, ya sabemos lo que va a decir. No dudo de tu honestidad, pero ¿no le das pie a esos comentarios con reseñas favorables?


Pero mi reseña a la novela de Cueto no me parece muy favorable. Dije cosas que no habían dicho antes, como sobre el lenguaje, y otras que nadie se ha fijado, como que me parece mucho más compleja que un relato sobre Sendero. Eso no tiene nada que ver con la amistad. Por ejemplo, Santiago Roncagliolo es un gran amigo mío, de muchos años, pero cuando aparece su obra soy muy duro con ella.


Pero algunos medios dan a entender que eres casi su enemigo…


Eso es muy ridículo.


¿Quiénes pueden estar interesados en difundir esa supuesta enemistad?


Hay gente interesada en dividir para reinar. Más notorio fue con Daniel Alarcón, a quien nadie conocía. Yo lo conocía de nombre porque Paz Soldán me había hablado muy bien de él. Y cuando lo conocí, a todo el mundo le empecé a hablar bien de él. Daniel era muy tímido, no decía nada, así que yo lo presentaba y decía que él había publicado en el New Yorker, que estaba en Harper Collins. Pero hay personas que quieren crear la idea de que yo soy envidioso y quieren dividir. Por ejemplo, Coral mandó un mail a Faverón y a mí diciendo que estábamos en contra de Santiago y Alarcón, cosa que no tenía ningún sentido. Y uno que siempre ha estado en mi contra es el editor de culturales de Expreso, que siempre me pone como envidioso o trata de crear enfrentamientos. Hay escritores a los que he criticado mucho, como Saramago o Bayly, que no me cae mal para nada…


Ya que mencionas a Bayly, recuerdo que a partir de allí surge un entredicho con Pedro Salinas…


A Salinas yo lo conocí porque me invitó a un programa de radio. Siempre fue muy amable conmigo, pero cuando yo comenté el libro de Bayly lo tomó como algo personal contra él, lo que me sorprendió muchísimo. Y cuando leí el libro de Salinas era tan malo que dije lo voy a comentar….


¿No es una contradicción con lo que dijiste hace un rato, que comentabas sólo lo que te interesa?Lo que me interesa porque me parece bueno o malo….


En todo caso, comentas los libros malos si tienen figuración…No necesariamente por figuración. Los comento si es que tengo algo que decir sobre ellos.


¿Y el libro malo de un desconocido?


Podría hacerlo, si tengo algo que decir…


¿Y podrías escribir una reseña negativa sobre Cueto o Ampuero?


Sí podría. Y de hecho a veces a mis amigos no los comento… con los que juego Playstation, que son estupendos escritores, prefiero no comentarlos porque con mis amigos soy mucho más duro…..


Del grupo del Playstation creo que reseñaste a Castañeda…


Porque me parece un extraordinario escritor. Y en esa época no era mi amigo. A lo que voy es que sólo me interesa reseñar obras sobre las que tengo algo que decir. Si no tengo nada que decir, aunque el libro sea de Ampuero o Cueto, no digo nada, pero si veo que hay un problema interesante sobre esos textos, sí los reseñaría. A veces creo que mi vocación es más de editor que de escritor. Me encantaría hablar con Bayly antes de que publique un libro y decirle cuáles son las fallas…


¿Qué te parece Bayly como escritor?


Me parece muy interesante, pero me da la impresión de que no cree en sí mismo. Creo que tiene baja autoestima. Y por eso le tiene miedo a la literatura.


Te refieres a que podría ser mejor escritor de lo que es, pero no quiere…


Podría ser mejor escritor, pero no se atreve a fallar. Ha inventado una fórmula que le ha funcionado muy bien, comercialmente claro, y tiene miedo de cambiar. Bayly no soportaría un fracaso literario en el sentido comercial… aunque sea un éxito literariamente hablando.


HERNÁN MEDINA Y GONZÁLEZ VIGIL


Alguna vez tuviste un problema con tu ex productor de Vano Oficio. ¿Qué sucedió exactamente?


De Hernán Medina no me gustaría hablar mucho porque no quiero cometer el error que otros cometen conmigo. Éramos amigos desde antes del programa y formamos un grupo muy unido que hacía un buen programa. Pero hubo un problema y la relación se quebró. Me despidieron de Vano Oficio porque se supone que yo había robado parte del premio que supuestamente también le correspondía a Hernán. Pero la postulación al Príncipe Claus fue antes del programa, a raíz de un articulo sobre El viaje interior en una revista en inglés auspiciada por el mismo Príncipe Claus.


Entonces era por tu obra…No por la obra, sino por la labor. No es un premio literario, sino a personajes que hacen algo por sus países.


De ahí la confusión, podía parecer que era por Vano Oficio…El problema fue que cuando gané el premio los periodistas inventaron que era por Vano Oficio.


¿Después retomaron la amistad?


Nunca más. Pero él nunca me reclamó nada y no tengo bases para acusarlo. Ni siquiera sé si tuvo algo que ver con mi salida temporal del programa. Así que prefiero dejarlo ahí.


Hablemos entonces sobre Gonzáles Vigil. En Madrid lo llamaste ‘cerebro de cáscara de nuez’…


González Vigil fue mi profesor y yo lo respeto y admiro como tal, era muy motivador. Pero tiene una visión de la literatura muy estrecha. Para él todo son jerarquías, quién es mejor que el otro, qué cosa es más difícil de escribir que otra. Yo quise describir a cierto tipo de escritores que escriben para que los comente un crítico con ‘el rostro y el cerebro de cáscara de nuez de González Vigil’. Y además ésa es una frase de Hamlet. González Vigil es un crítico que deduce de la literatura peruana las reglas de la literatura universal. Constriñe y no abre el espacio.


Pero la frase fue un poco fuerte, y además después elegiste su libro como el peor del año..


Pero lo hice con argumentos literarios, no con insultos.


¿Hay un problema personal con el?


Para nada, aunque sé que está muy ofendido. Pero él debe entender que no todos vamos a pensar que es buen crítico. Para mí es un mal crítico. Es muy prejuicioso. Por ejemplo, el minimalismo le parece mal por principio. Y en un manual, que es para alumnos, no puede dejarse llevar por cuestiones personales. Eso me pareció poco profesional. Pero igual me he arrepentido de la frase porque la gente lo entiende como insulto y no como la metáfora que era. Le he escrito para explicarle lo que había pasado. Pero no me ha contestado. Yo nunca quise insultarlo.


MOLESKINE, FAVERÓN, ELPRÓXIMO LIBRO


Hablemos del blog. Dejaste de postear…


Es sólo un problema logístico, un problema con la conexión, voy a volver….


¿Qué tal la experiencia con Moleskine?


Inicialmente me llamaba la atención ser un editor de noticias, y ahora me sorprende la acogida que tiene fuera del Perú. En el extranjero mucha gente me conoce no como escritor sino como el blogger de Moleskine. No creo que tenga una gran lectoría, nunca he llegado a mil en un día, pero me da mucha satisfacción porque creo que mis lectores son de calidad.


¿Por qué no aceptas comentarios?


Antes no había moderación. Y una vez Salinas mandó miles de veces un mismo comentario, supongo que para colapsar el blog. Pero ahora lo que me interesa es que sea como una página no sólo mía, sino de un pull de personas que hagamos un portal de noticias.


¿Y cómo ves los otros blogs literarios peruanos?


Leo el de Paolo de Lima, que creo que está muy actualizado, y el de Faverón, que es el mejor de todos. Es un blog muy inteligente y siempre me sorprende la capacidad de argumentación de Gustavo. .


¿Qué relación hay exactamente entre Faverón y tú?


Nunca hemos sido amigos aquí en Lima, ni siquiera nos saludábamos cuando nos veíamos. Yo creo que hay un respeto mutuo.


Lo preguntaba porque la gente cree que ustedes juegan en pared…


No, nada que ver. Ahora cuando ha venido sí nos hemos visto, pero más por la idea de que hacemos un trabajo serio y respetamos las reglas de juego. Creo que eso nos ha acercado. Nos hemos hecho amigos a partir de los blogs.


La pregunta final y de rigor. ¿Vas a publicar una novela este año?


No lo sé todavía. Ahora el agente decide. Pero sí hay algo ya terminado.


¿Puedes contar algo al respecto?


Sólo te puedo decir que es muy distinto de todo lo anterior y que se va a armar una polémica enorme.


¿No puedes adelantar nada más?

No.


¿Tiene algo que ver con tu cuento Lindbergh?


Tiene mucho que ver. Lindbergh es la metáfora de esa novela.