30 April 2008

ENTREVISTA A BORIS YZAGUIRRE


SOBRE LITERATURA GAY Y LA TOLERANCIA DE LA SOCIEDAD LATINOAMERICANA

En el diario Perú 21 encuentro una entrevista al finalista del Premio Planeta 2007, Boris Yzaguirre, por la novela Villa Diamante. En la misma, el escritor venezolano opina sobre los ejes temáticos de su literatura y la tolerancia de la sociedad latinoamericana ante la temática homosexual.

Por: Esther Vargas

Se te relaciona solo con la literatura gay.


Existe una cultura gay y no me molesta ser parte de ello, pero creo que el sexo no debe ser tan importante como para definir completamente una creación, un trabajo o una obra.

Es como la mal llamada literatura de mujeres.

Igual de horrible. Cuando quieres hacer un trabajo muy importante y amplio, de más lectores, evidentemente tienes que escribir una historia heterosexual. Es curioso eso. Es discriminatorio. ¿Por qué no puede ser tremendamente masiva una historia de amor gay?

¿Por qué no puede ser?

Se supone que no es el discurso mayoritario. Se asume que la mayor parte de las personas no pasa por esta opción sexual. La mayoría supuestamente es heterosexual, ¿de verdad? Quién dijo que así era.Se ha asumido así y punto. El amor no es de un solo tipo. Hay muchos tipos de amores. ¿Por qué una historia de amor gay no puede ser leída por 10 millones de personas?

Difícil que cambie este panorama.

No, nunca cambiará. Es como el criterio predominante. Se dice que el amor es solamente heterosexual. A mí me choca. Durante toda mi adolescencia me moría por ver un hombre besando a otro, pero eso no lo encontraba ni en el cine, ni en la televisión, ni siquiera en las canciones. Las canciones no eran sobre un chico y un chico que se querían, sino sobre una chica y un chico. Por eso, las películas de temática homosexual las veía ocho veces. Es que iba a ver el beso, el que nunca podía ver.

Ser gay en Venezuela, como en el Perú, es -a veces- un lío.

No solo en nuestro continente. En los cincos continentes. Pero, en Venezuela, especialmente, fue horrible. Nunca tuve novio en mi país.

¿Puedes escribir peleado con tu marido?

No, para nada. Por eso me he prohibido pelear. Además, él siempre tiene la razón. Yo hago cosas tontas como decirle: 'Jaime ha venido, me quedo en su hotel'. Y tiene razón de enojarse por una cosa así, ¿por qué voy a fastidiar nuestra normalidad?

Algunos te recuerdan como el novio de Bayly.

Un beso no hace novio a nadie. Me hubiera encantado serlo, pero no fue. No descarto la posibilidad tampoco. Estoy casado. No sé el estado civil de Jaime, pero lo adoro. Es un amor, un amor más grande que la literatura, la televisión, que Miami y Madrid. Es amistad pura. El beso fue entre dos amigos, ya mayores de edad, con sus carreras bien ubicadas y con personalidades bien construidas que, de pronto, decidieron besarse, algo que nunca habían hecho. Yo lo veo como una cosa de varones. Dos machos besándose.

Dicen que la homosexualidad es un show, el pasaporte al éxito, la última moda.

Si así fuera, la heterosexualidad sería un show eterno. Lo que es un show es el sexo.

¿Por qué llama la atención tanto el sexo?

Porque a la Iglesia se le ocurrió decir que no era bueno, y es todo lo contrario. El sexo es buenísimo, pero la Iglesia ha venido atormentando a la gente durante mucho tiempo, diciendo que el sexo es solo para procrear. El sexo es gusto. Un helado es un gusto, una novela, como Villa Diamante, te da gusto. Besar a alguien, acostarte, experimentar. No hay nada de malo.

¿El sexo nunca fue un problema para ti?

Jamás. Nunca. Si me excitara tanto con alguien, al punto de adelantar la eyaculación, simplemente le diría "vamos a descansar" y, luego, lo volvemos a intentar. El sexo no es ningún problema.

Un escritor me decía que las lesbianas, a diferencia de los gays, están escondidas.

Son invisibles. Han optado por estar protegidas de esa manera. No sufren la persecución del gay, pero permanecen escondidas, obligadas a parecer invisibles, porque estorban o incomodan, es algo muy duro. Cuando yo empecé a ser famoso, me criticaron que estereotipara al homosexual, por mi pluma y mi estilo gritón, superficial y en constante fiesta. El asunto es que yo soy una fiesta todo el tiempo. Al fin, creo que he normalizado la imagen del homosexual. Una persona con éxitos y penas. Las lesbianas tendrían que encontrar a un Boris.

¿Qué es mejor: estar fuera o dentro del clóset?

No me gusta la idea de estar fuera o dentro, pero no puedes mentir y mentirte toda la vida. No lo puedes postergar toda la vida. Mientras más rápido, mejor. Además, te aseguro que te vas a encontrar con gente divina.

29 April 2008

CIBERLITERATURA


ALGUNAS OPINIONES VERTIDAS

En sus dos últimas columnas en La República, Abelardo Oquendo reflexiona sobre el papel de la "ciberliteratura" en el espacio virtual y le da voz, a través de su columna de hoy, a dos personas que opinan sobre el tema:

1. "El que un autor cuelgue en la internet un poema, un cuento, una novela o cualquier texto suyo inédito a fin de recibir comentarios de los lectores y tenerlos en cuenta para la elaboración final de la obra no me parece que tenga nada que ver con la literatura en sí misma como para dar pie al empleo de un neologismo como ese de ‘ciberliteratura’. Personalmente, entiendo ese sometimiento de un texto a consulta pública como una forma de tergiversación del famoso postulado del poeta: "La poesía debe ser hecha por todos", que lo convierte en este otro: la poesía debe ser hecha entre todos (pero con el jamón y las regalías para uno solo).
En verdad, más allá del afán novelero no hay nada que pueda fundamentar lo de ‘ciberliteratura’. Ningún arte se define por el soporte o el vehículo que emplea."

Atentamente,

Arturo López Vivar.

2. "No creo que los blogs literarios estén dando lugar a una nueva forma de literatura. En el mejor de los casos podría decirse que quizá pueda germinar en ellos un nuevo género literario. Pero hasta donde he podido ver, una buena parte de esos blogs no son otra cosa que espacios donde se ventilan inquinas y se refugia la compadrería, muchas veces al amparo del anonimato.
Yo creo que la internet, en vez de aportes a la literatura, ha hecho todo lo contrario. Ha hecho, por lo pronto, que se pierda un género que alcanzó cimas memorables: el género epistolar. La comunicación por correo electrónico ha dado al traste con la correspondencia tradicional. Ahora todo es rápido, sumario, en borrador. Pienso que no volveremos a gozar de esos libros que reunían las cartas cambiadas entre dos personas ilustres, cartas meditadas y bien escritas.
Hay algo en el medio mismo ("el medio es el mensaje", se ha dicho), en la naturaleza del correo electrónico, de la internet, que concilia mal con la literatura. La ciberliteratura vendría a ser, por lo tanto, una especie inferior –de ser algo– a la subliteratura.

Con atentos saludos,

María Cáceres Foglie-Dussan.

Con respecto a la primera opinión, es podemos señalar que es parcialmente verdadera:no todo que se publique en internet será literatura; sin embargo si un autor favorecido por la crítica y los lectores decide colgar en el ciberespacio algunos textos suyos, no podemos afirmar que estos "no sea literarios", el soporte virtual no desdice el carácter literario de los textos.

En relación con la segunda "reflexión" me parece una idea tirada de los cabellos y me hace pensar en aquellos copistas y miniaturistas medievales que se negaban al advenimiento de la imprenta y la nueva tecnología de los libros durante el pre-renacimiento. Es una verdad irrefutable que los soportes físicos de los textos literarios han ido variando con el correr del tiempo y no podemos negarnos a esos cambios, aferrándonos a los soportes tradiconales.

Por otro parte, la opinión de que lo blogs literarios son arbitrarios, amiguistas y facilistas es una afirmación antojadizas y totalmente desinformada con respeto a lo que se viene realizando en la blogófera literaria. Blogs como Notas Moleskine, de Iván Thays, o Puente Aéreo, de Gustavo Faverón, o proyectos interesante como Porta 9, vienen a desmentir lo afirmado en esta segunda opinión. Bienvenidos sean aquellos blogs y proyectos virtuales que amplíen la oferta cultural que nos ofrecen los medios tradicionales de comunicación, que muchas veces terminan siendo anquilosados, argolleros y anticuados.

LOS AMORES DEL SUBCOMANDANTE MARCOS


HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Nadie pensaria que uno de los íconos de la rebelión indígena mexiana podría sucumbir a uno de los sentimientos más espirituales, mundanos y ambiguos, y sobre todo, jamás se podría pensar que este sentimiento del líder zapatista esté dirigido a una superestrella de Hollywood. En la sección farandulera del diario La República leo una entretenida nota sobre el amor platóncio que le quita el sueño al Subcomandante Marcos:

EFE:

El lado más romántico de la revolución armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha salido a la luz en el libro Corte de caja, de la periodista mexicana Laura Castellanos. En él, el subcomandante Marcos, jefe de la guerrilla zapatista, declaró en entrevista con la periodista que está soltero desde su separación hace cinco años, pero confesó "amar con locura" a la actriz estadounidense Angelina Jolie.

Según el guerrillero, la Jolie lo cautivó ni bien supo que la actriz apoyaba a las reservas indígenas de Norteamérica y que su madre, ya fallecida, era originaria de uno de esos pueblos.

De ahí que Marcos incluso le remitiera una invitación para asistir el año pasado a un encuentro de pueblos indígenas de América que se celebró en el poblado yaqui de Vícam, en el estado mexicano de Sonora.

"No le llegó la invitación porque, sino, seguro hubiera ido", dijo "Marcos", esperanzado.

(Foto tomada de La República)

POETAS DEL ASFALTO: MÚSIKA, VIDEO, PERFORMANCE Y POESÍA


PRESENTACIÓN DE POEMARIO


EDITORIAL ZIGNOS y la GALERÍA DE ARTE DÉDALO tienen el placer de invitarlo a la presentación de HIPERESTESIA, primer libro de poemas de LALI GARCÍA ALMEYDA.

La ceremonia se llevará a cabo en la Sala de presentaciones de la galería Dédalo, ubicada en Saenz Peña Nº 295, Barranco, el día martes 29 de abril del presente año a horas 7 y 30 p.m. La presentación estará a cargo de los poetas Milagros Martínez (Canal 7), Rocío Castro (Premio Copé de Poesía 2008) y Harold Alva (Director de Zignos).

Al finalizar la ceremonia están todos invitados al brindis de honor.
Los esperamos.

28 April 2008

www.porta9.com


ENTREVISTA A CARLOS CALDERÓN FAJARDO

A inicios de febrero, Carlos Calderón Fajardo nos recibió en su casa de Punta Negra, donde vive la mitad del año sin celular, sin televisión y sin internet. En ese refugio frente al mar, donde Carlos pasa el tiempo leyendo y escribiendo sin parar, llegamos a realizar la primera entrevista para este nuevo proyecto que aún no llevaba el nombre de Porta9.

Arrastramos un par de sillas a la arena y empezamos una entrevista que fluyó sin pausa hasta que la cinta se terminó. Esa entrevista de febrero, que algún día será publicada en esta página, marcó no sólo un acercamiento al lado humano del escritor, sino que en cierto sentido fue el acta fundacional de esta página. No sólo por la entrevista en sí, sino porque Carlos se mostró entusiasmado con el proyecto y aceptó formar parte del equipo.

Dos meses después, ya con la página en funcionamiento, calculamos la posibilidad de hacer una nueva entrevista, que se centre más en aspectos literarios. Nos recibió esta vez en Miraflores y habló y habló durante un buen rato. Vale la pena escucharlo (Franciscon Angeles)

PROYECTO QUIPU 3


El tercer escritor elegido para su publicación en Quipu es el hasta hoy inédito narrador Juan Osorio Ruiz, nacido en Huancayo en 1976.

A partir de la fecha, Quipu anuncia que sus ediciones serán mensuales y ya no quincenales, de modo que los cuentos o poemas ganadores serán publicados por la red de blogs asociados al proyecto no cada dos lunes, sino cada cuatro lunes de ahora en adelante, para facilitar la labor de las personas encargadas de la evaluación.

Asimismo, comunicamos a los lectores y participantes que uno de los ofrecimientos que recibimos en un principio, la publicación impresa de los textos en el suplemento Identidades del diario El Peruano, no se ha podido mantener en pie en razón del poco espacio disponible en el periódico, motivo que escapa al poder de los encargados de este proyecto.

Quienes necesiten recordar las bases de participación, podrán verlas en los blogs Puente Aéreo y Quipu esta semana.


Ripucuchcaniñam ccamña allimlla

Juan Osorio Ruiz

Mi bisabuela llegó desde Huancavelica unos meses después de la muerte de mamá, a mitad de una tarde en la que las ventanas lagañosas impregnaban de frío la sala de mi casa. Llegó del brazo de mi padre, su nieto, envuelta en sus innumerables polleras, luciendo un sombrero gris decorado con coquetos ribetes rojos, saludándonos con tiernas frases quechuas llenas de diminutivos y con una minúscula maletita en la que traía todo lo que necesitaba: una que otra prenda de ropa, una bolsita con menjunjes que sólo ella sabía utilizar y el álbum de fotos familiares de contenido casi arqueológico.

Una vez instalada en la que era hasta entonces mi habitación, mi padre nos convocó a mis hermanas y a mí para pedirnos estar siempre solícitos y atentos con ella por lo avanzado de su edad. Sin embargo, pronto descubrimos que mi bisabuela tenía la rara cualidad de anticiparse a todo, y a todos: se levantaba muy temprano y con el caminar propio de quien ha comprendido que hay un momento en la vida a partir del cual toda prisa es inútil, pues todo plazo se vence y toda prerrogativa se acaba, se dirigía a la cocina a preparar el más viscoso y más delicioso quáker con leche del mundo. Y antes de que cualquiera de nosotros dijera “Buenos días abuelita” ya estaba ella disponiendo las ollas y cortando las verduras en trocitos de exactitud matemática para prepararnos el almuerzo. Y mientras se cocían las verduras y echaban color los guisos, se sentaba al lado de la cocina a gas, que desdeñaba en un comienzo, a saborear sus trocitos de pan remojados en quáker con leche, haciendo largas pausas y dando mordiscos suaves y periódicos, cual sacerdote en ofrenda eucarística, con una parsimonia que no era producto de la disminución de sus fuerzas, sino de su sabia actitud ante la vida.

Mi abuelo, su hijo, había llegado también a nuestra casa un mes antes a insistencia de mi padre pues los muchos años de bohemia le estaban pasando factura (intereses moratorios incluidos) y aunque a regañadientes, había sido internado en una clínica cercana donde tratarían de curarlo. No había pasado ni una semana desde la llegada de mi bisabuela cuando recibimos la noticia de que los riñones de mi abuelo habían dejado de funcionar. Tras una corta agonía falleció por insuficiencia renal.

Dicen que mi bisabuela había criado a mi padre, su nieto, a mi abuelo, su hijo; había cuidado también de su esposo, mi bisabuelo, y desde muy corta edad, se había encargado de la atención de su padre, mi tatarabuelo. A la luz de los resultados, su caprichosa buena salud no había sido un don tan preciado pues mientras los eslabones más antiguos de esa cadena interminable que es una familia, se habían ido muriendo, a ella le había tocado en suerte mantenerse a pie firme sosteniendo la cadena, sepultando a los más antiguos, y cuidando de los más jóvenes sin emitir queja alguna.

Al contrario de lo que todos pensábamos, la partida de su hijo, mi abuelo, no la afectó demasiado, parecía siempre encontrarse de buen ánimo, excepto algunas mañanas muy temprano, cuando yo la sorprendía sentada en el jardín interior de la casa, con la mirada perdida y hablando sola con ese tonito arrullador que sólo la gente de la sierra es capaz de pronunciar, delicioso, melancólico y musical.

A partir de la muerte de mi abuelo fuimos nosotros, sus bisnietos, los destinatarios de toda su atención; sus mimos se hicieron más prolíficos, sus comidas más reconfortantes, las conversaciones en quechua con mi padre fueron más subliminales a mis oídos y los tejidos de tupida lana con los que nos enfundaba para soportar el frío serrano no tuvieron comparación.

Pero pronto la acrobática economía familiar fue ensombreciendo nuestro cómodo chalet como se oscurecen las tardes antes de una severa granizada. Mi padre era un policía ejemplar pero un pésimo negociante. Y si bien al comienzo no todo el dinero se perdió en las dislocadas empresas que iniciaba, su soledad terminó deprimiéndolo y conduciéndonos a todos a los linderos de la ruina.

Así pasaron varios meses en los que algo fue cambiando en casa. A medida que mi padre se sumía en más deudas, los cariños de mi bisabuela fueron adquiriendo una dimensión distinta, aunque se mostraba excesivamente maternal, nosotros ya estábamos bastante crecidos como para aceptarla como reemplazante de nuestra madre. Aunque no era su culpa, había llegado a nuestra casa demasiado tarde, a destiempo. Así que pronto sus cariños nos hostigaron, sus comidas perdieron el encanto y hasta mis hermanas prefirieron enfrentar al frío invierno en los brazos de algún adolescente oportunista y ya no con las chompas de lana tejidas por mi bisabuela.

Entonces ella, silenciosa y discreta, no hacía mayor cosa que acurrucarse al lado de la cocina a gas, que ya no desdeñaba tanto, inquebrantable en su intención de confeccionar innumerables prendas de lana con la esperanza de que alguna vez volviéramos a usarlas.

Así, nuestra anciana huésped fue paulatinamente convirtiéndose en un mueble confinado en un rincón de la cocina, aferrada a sus costumbres e imposibilitada de comunicarse con nosotros por las distancias del idioma y las insalvables brechas abiertas por el tiempo y las circunstancias.
Aquella noche mi padre había llegado borracho a casa y mi bisabuela, diligente como siempre, le había servido una gran taza de café cargado, lo había llevado hasta su dormitorio y le había intentado quitar los zapatos antes de recostarlo en su cama. Mi padre, obnubilado por el alcohol, se había empecinado en dormir con los zapatos puestos, algo que para mi abuela era inaceptable. “Déjame tranquilo que tú no eres ni mi esposa, ni mi madre” le había imprecado. Tras una pausa prolongada, ella sólo llegó a decir: “Ripucuchcaniñam ccamña allimlla” y en silencio se retiró a su habitación.

A la mañana siguiente, cuando me levanté, encontré ropas tiradas a lo largo del oscuro pasadizo que conducía al jardín interior; allí, junto a la puerta, se encontraba mi bisabuela sentada en una diminuta banca que se ahogaba entre sus polleras, cortando con unas viejas tijeras la última chompa que había tejido con incansable esmero. Sus labios susurraban una cancioncilla medio triste y medio dulce que me pareció reconocer, quizá de algún tiempo remoto en el que yo aún no existía.

Caminé hasta colocarme junto a ella, sus delicadas manos soltaron las tijeras y me acomodaron el cabello dándome luego la usual nalgadita convertida en caricia. “Ripucuchcaniñam ccamña allimlla huahua”, me dijo a mí también. A pesar de no entender el significado de aquella frase impronunciable para mí, supuse que quería que la dejara sola. Mientras ella retomaba sus insondables pensamientos me escabullí hasta el umbral de mi dormitorio desde donde todavía podía verla. Su canción terminó unos minutos después para dar paso a un silbido entonado, alternado con gorgoritos deliciosos que me hicieron sonreír. Y con toda calma, como la había visto desde su llegada, se levantó y caminó hasta su cuarto, abrió aquella diminuta maleta con la que había arribado, sacó las fotos que guardaba celosamente y las puso en su velador, en su lugar introdujo los retazos de las prendas de lana que había cortado; la cerró sin prisa, la puso debajo de su cama y se acostó.

La mañana estaba sorprendentemente quieta y tibia, las paredes verde pastel de su habitación hacían ver su cuerpo más pequeño y más distante. Alguna avecilla dejaba oír su trinar en el preciso instante en el que comprendí lo que sucedería después.

Con la mirada incrustada en el techo se persignó juntando sus manos, rezó con ese repetido susurro algodonoso y cuando hubo terminado se persignó, tomó la colcha que le llegaba hasta la cintura y se cubrió el cuerpo y luego el rostro, hasta quedar en la posición exacta en la que quedan los muertos. Y luego partió, partió en busca de la muerte que la había dejado olvidada en mi casa.

PLANTÓN POR MELISSA PATIÑO


PLANTÓN
CONTRA UNA PRENSA QUE EXTORSIONA Y MIENTE
Y POR LA LIBERTAD DE PENSAR EN FORMA DISTINTA

¡Por la libertad de la/os siete!
¡Contra la criminalización de la protesta!
¡Solidaridad con LA PRIMERA y APRODEH!

LUNES 28 DE ABRIL

10.PM (HORA EXACTA)

FRONTIS DE CANAL 2

Av. San Felipe 968 - Jesus Maria

CONVOCAN: Escritores del jirón Quilca - Anarquía Acción-Acción Crítica - Colectivo Contranaturas - La Comunidad del río hablador- Ecovida - Juventud del Comité Malpica - Sapichay - Integración Estudiantil - El Colectivo - Movimiento José María Arguedas - Colectiva La Mestiza.
R.A.B.I.A. (REUNIÓN DE ARTISTAS, BOHEMIOS E INTELECTUALES AUTÓNOMOS)

24 April 2008

CUSCO BIZARRO


ENTREVISTA A MARÍA LUISA DEL RIO

En la página central de Perú 21, José Gabriel Chueca entrevista a María Luisa del Río con ocasión de la publicación del libro Cusco Bizarro, editado por Santillana. Los dejo con algunas preguntas:

Cuénteme de Cusco bizarro. ¿Cómo nació el proyecto?
El año pasado, Iñigo, que trabaja en hotelería, estaba con la idea de ir a Urubamba. Y yo era la más animada porque era la oportunidad de estar en un lugar lindo y conocer más el Perú, que es algo que me inquieta muchísimo, y llevar a mi hija a un sitio sano. No sabía qué iba a hacer allá, pero no me importaba. Estaba contenta. Fuimos y alquilamos una casa en Urubamba y, a los 15 días, me llamaron de Santillana para proponerme hacer Cusco bizarro. Las guías bizarras son una colección de Santillana.

¿Cómo lo plantearon?
Me propusieron hacer una guía de sensaciones, que mostrara mi mirada y que tuviera los textos cortos porque eso es lo que yo sé hacer. Empecé yendo a todos lados con una cámara de fotos, una libreta y un lapicero. Yo no conocía nada. En comida, no me provocaba andar recomendando gusanos o caldo de cabeza de toro. No. Buscaba anécdotas. Poco a poco fui conociendo jóvenes que viven en Cusco, algunos que se habían ido de Lima y que estaban haciendo su propia historia allá. Ellos comenzaron a datearme y ahí la cosa prendió. Paré después de cinco meses de trabajo disciplinado en Cusco. Pero también le puse mucho ojo al Valle Sagrado que, para mí, vale más que todo.

En su libro hay personajes inusuales.
Leoni Lange, que ahora es mi amiga, es una alemana reciaza que es partera natural. Tiene como 25 años en el Perú. Ayuda a las mujeres de allá. Habla quechua. Su historia me pareció la más fuerte. Se pasa todo el día atendiendo y curando gente, usando plantas. Llegó a los 18 años al Perú con su bebé, desde Berlín, que aún tenía su muro entonces, buscando algo mejor.

¿Existe este 'magnetismo' en Cusco?
(Piensa) Hay muchas montañas, mucha agua y una presencia inca mucho mayor de lo que dice cualquier guía tradicional -hay mucho por descubrir-. Entre la naturaleza y el legado de los incas hay una energía de la cual uno no puede escapar. Y también está la energía de la gente. Todos van para estar bien.


(Foto tomada de Perú 21 )

HOMENAJE A JOSÉ WATANABE


Habitó Entre Nosotros.
Tributo a José Watanabe


Viernes 25 de Abril

Auditorio del Centro Cultural del Instituto Peruano Británico
Jr. Bellavista 527. Miraflores
7:30 pm. Ingeso Libre
Plaqueta del evento de cortesía

Modera: Miguel Ildefonso
Música: Karen Bernedo
Participan: Willy Gómez, Salomón Valderrama, Arianna Castañeda, Hector Ñaupari, Stanley Vega.

22 April 2008

ENTREVISTA A FERNANDO AMPUERO


HASTA QUE ME ORINEN LOS PERROS

Como preámbulo a la presentación de su novela, esta noche, el narrador Fernando Ampuero concede una entrevista a Gonzalo Pajares en la sección cultural de Perú 21. Los dejo con algunas preguntas:

Esta novela tiene como antecedente su relato Taxi Driver sin Robert De Niro.

Así es. Este cuento tuvo buena fortuna. Fue tratado bien por la crítica, fue traducido a otros idiomas, apareció en antologías hechas en Londres y en Nueva York. Basándose en él, una cineasta muy talentosa, Enrica Pérez, hizo un corto que fue premiado por Conacine y en el Festival de Columbia, donde productores de Miramax le dijeron si podía hacer un lago con la historia. Enrica se contactó conmigo para que le preparara el guión y yo le ofrecí escribirle una novela. Escribir es una cosa muy rígida, aunque reconozco que mis libros son muy audiovisuales. Soy un autor que sigue el estilo de Hemingway, que ha elegido, ex profeso, un lenguaje sencillo, a la manera de Camus, de Carver.

Entonces, su sencillez es trabajada, buscada, no es una debilidad.

No. Si usted ve mi primer libro de cuentos, Paren el mundo que acá me bajo, se aprecia al chiquillo de 19 años que lo escribió y que experimenta todas las formas comunicativas y de escritura. Pronto me di cuenta de que en la claridad y en la omisión de datos había muchas más posibilidades expresivas. A veces, cuando uno es más escueto, más persuade al lector.

¿Cómo logra la sencillez?

Trato de librarme de todos los ornatos. No estoy en contra de la literatura barroca, que no se entienda que soy un lector limitado. Todos los escritores tenemos una opción del lenguaje. Empecé como un escritor experimental y, luego, opté por la sencillez. La elegí porque creo que resulta más eficaz. Yo busco conmover al lector, emocionarlo, hacerlo reír, hacerlo soñar.

¿Usted escribe las historias que le gustaría leer?

Usted lo ha dicho de manera brillante. Un escritor es alguien que está tratando de contar historias a la medida de su gusto.

Hasta que me orinen los perros es una novela sobre Lima y su gente.

Así es. Como habitante de Lima, trato de mostrar el escenario donde me de-senvuelvo, el tiempo en el que vivo. Con esta novela he completado mi 'Trilogía callejera de Lima'. Son novelas que tienen personajes muy callejeros: el cambista de dólares (Caramelo verde), una prostituta de lujo enamorada de un vendedor de enciclopedias (Puta linda) y, ahora, un contador desocupado que se hace taxista y que está casado con una mujer policía (de esas guapísimas que andan en una Harley). Sin duda, por mi oficio de periodista, soy una persona que conoce muy bien las calles de Lima y a su gente.

(Foto tomada de Perú 21)

ALEJANDRA PIZARNIK EN EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA


Esta noche, a las 8 pm, el Centro Cultural de España rendirá homenaje a la poeta argentina Alejandra Pizarnik. La jornada titulada "Vértigos o contemplación de algo que cae" se iniciará con una lectura de poemasy la proyección del cortometraje del mismo nombre de Vanesa Rapone y Mariela Yeregui, donde se entrevista a amigos cercanos y familiares de la poeta. Además, contiene uno de los pocos registros de voz de Pizarnik.

Ademas, la poeta Mary Soto hablará sobre la vida y obra de la escritora argentina.

El programa incluye una performance a partir de textos de la poeta a cargo del grupo cultural Moiras, así como la presentación del cantautor José Ramos, quien ha musicalizado algunos de sus poemas. El ingreso es libre.

21 April 2008

PRESENTACIÓN DE LIBRO


www.porta9.com


ENTREVISTA A SUSANNE NOLTENIUS

Francisco Ángeles, director del proyecto Porta 9, me envía en enlace de la página virtual que administra, anunciándome la entrevista a la narradora Susanne Noltenius. En la misma página, también podemos encontrar una entrevista realizada por Leonardo Aguirre al escritior español Hernán Migoya. Vale la pena darse un par de vueltas por ahi.


20 April 2008

HASTA QUE ME ORINEN LOS PERROS


NOVELA DE FERNANDO AMPUERO EN LIMA

Editorial Planeta acaba de lanzar en el Perú la nueva novela de Fernando Ampuero, Hasta que me orinen los perros. Como lo ha declarado el autor, la novela nace como una continuación de uno de sus relatos más celebrados por la crítica, "Taxi driver sin Robert De Niro", y trata sobre la historia de una taxista que se encarga de "vender" a aquellos clientes que abordan el vehículo pasados de copas, en estado inconciente o en "piloto automático", como diría un amigo.

Por otro lado, en la página web de El Comercio, encontramos una entrevista al escritor limeño sobre el origen del libro:


Por lo pronto, pueden encontrar un adelanto de la mencionada novela en el siguiente enlace:

http://www.saltodepagina.com/fragmento.php?id=8

HISTORIA DE LA FEALDAD


NUEVO LIBRO DE UMBERTO ECO

El dia de ayer, en la sección Luces de El Comercio, Enrique Planas escribe un artículo sobre el nuevo libro de Umberto Eco, Historia de la fealdad. El libro, que ya se puede encontrar en librerías limeñas, complementa el primer volumen del ensayista y novelista iltaliano, Historia de la belleza. Los dejo con unos fragmentos del artículo de Enrique Planas:

Repelente, horrendo, asqueroso, desagradable, grotesco, abominable, odioso, indecente, fétido, deforme, desfigurado, abyecto, repugnante, espantoso, hórrido... Es curioso ver cómo en el amplio catálogo de sinónimos para nombrar lo feo, --como analiza el escritor italiano Umberto Eco-- todas aquellas palabras tengan de forma inherente un marcado disgusto o violenta intolerancia. Lo feo nos disgusta, sea en la cultura y el tiempo que fuere. Por ello poco se ha estudiado y escrito sobre la fealdad, en un mundo dominado por lo bello, cotidianamente rendido a la estética de la época.

Tras la "Historia de la belleza", el ensayista y escritor italiano nos entrega su mucho más apetitoso y complejo complemento: "Historia de la fealdad" (Lumen), segundo tomo en el que se estudia cómo las distintas manifestaciones de lo hórrido, a través de los siglos, son más ricas e imprevisibles de lo que comúnmente se piensa. Ya era tiempo de que nos reconociéramos en aquel espejo que refleja nuestro deterioro, deformidad y humana corrupción física.

Citado por Eco, el filósofo Friedrich Nietzsche, en su libro "Crepúsculo de los ídolos", señala que "en lo bello el hombre se pone a sí mismo como medida de la perfección" y "se adora en ello". Por el contrario, lo feo --argumenta-- "se entiende como señal y síntoma de degeneración". Lo feo, en síntesis, es el odio humano a su decadencia. Para Eco, el argumento de Nietzsche, aunque "narcicísticamente antropomorfo", nos aclara cómo la definición de la belleza y la fealdad son conceptos que se implican mutuamente. Pero esta relación no es un simple contraste de contrarios. Para evitar confusiones, el autor distingue tres tipos de fealdad: la fealdad en sí misma, como pueden ser la carroña o un cadáver putrefacto, cuerpos que nos producen visceral rechazo; la fealdad formal, aquel desequilibrio entre las partes de un todo, que no nos escandaliza, pero que sí nos autoriza a juzgar la fealdad de una persona, animal o cosa; y, finalmente, la representación artística de ambas. "En la representación artística, lo feo imitado sigue siendo feo, pero recibe una reverberación de belleza procedente de la maestría del artista", decía Plutarco en su "De audiendis poetis". En ese sentido --apunta Eco--, "hay que tener presente que solo a partir del tercer tipo de fealdad se podrá inferir lo que eran en una cultura determinada los dos primeros tipos".

19 April 2008

CENANDO CON HENRY MILLER


El pintor y poeta Iván Fernández-Davila me envía el enlace de una página en la red donde se puede apreciar un video de una cena del réprobo narrador norteamericano Henry Miller con Brenda Venus. Como no se puede levantar el video para postearlo, les dejo una paseo de Henry Miller por New York y el enlace de la página donde pueden encontrar la mencionada cena:


17 April 2008

PRESENTACIÓN DE LIBRO


Editorial Zignos, Lima Perú, Revista Fracturas (Chile), Colectivo Linguaquiltra (Chile) y el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile. Tienen el agrado de invitar a usted a la presentación y lanzamiento oficial en Chile del libro ANOMALÍAS cinco poetas chilenos, Ed Zignos, Lima, Perú. El libro corresponde a una muestra de poesía que recoge los trabajos de escritura poética de los jóvenes poetas Marcos Arcaya, Alexis Donoso, Marcela Saldaño, Marcela Parra y Oscar Saavedra.

El lanzamiento y presentación de este libro será el día viernes 18 de abril del 2008 y tendrá lugar en el Archivo central Andrés Bello de la Universidad de Chile, Arturo Prat #23 Sede Central Universidad de Chile y se llevará a cabo desde las 19 horas.

AUTORRETRATO DE AUGUSTO MONTERROSO


EL LEGADO DEL ESCRITOR EN LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO

Para los seguidores del extraordinario escritor guatemalteco, esta noticia les llamará la atención: se está realizando una exposición sobre el autor en base a una donación realizada a esta universidad por la viuda del escritor, Bárbara Jacobs. Dentro de esta exposición figura el autorretrado del costado izquierdo, bastante singular, por cierto.

16 April 2008

III ENCUENTRO DE ESCRITORES Y EDITORES SANMARQUINOS


III ENCUENTRO DE ESCRITORES Y EDITORES SANMARQUINOS
Del 23 al 25 de abril, 2008

- PROGRAMA FINAL -

1ra fecha: miércoles 23 de abril

Sede: Jazz Zone Perú
Av. La Paz, 646, Pasaje El Suche, Miraflores

Mesa 1: Presentación de la revista:
19:00 hrs. “Ónice”

A cargo de Jesús Zavala

Mesa 2: Recital poético jóvenes Nº 1, participan:
19:30 hrs. Ludwig Saavedra
Edgar Gamboa Huerto
César López
Noraya Ccoyure


Mesa 3: Presentación del poemario Itinerario de Arturo Córdova:
20:00 hrs. A cargo de Alex Morillo y Max Palacios


Mesa 4: Encuentro de poetas de los 2000 & lectura
20:30 hrs
Modera:
Gonzalo Espino

Participan:
Moisés Sánchez Franco de “Sociedad Elefante”
Miguel Malpartida de “Coito Ergo Sum”
Raúl Solís “Club de la Serpiente”
Percy Ramírez de “Artesanos”

2da fecha: jueves 24 de abril

Sede: Café Bar D´Grot
Nicolás de Piérola 955, Plaza San Martín


Mesa 1: Recital poético jóvenes Nº 2, participan:
20:00 hrs.
Lourdes Rojas
Frank Turlis
Jaime Jiménez
Juan Pablo Bustamante
Julio García

Mesa 2: Conversatorio narradores
20:30 hrs.
Modera:
Jorge Valenzuela

Participan:
Lucho Zúñiga
Julio César Vega
Teófilo Gutiérrez

Mesa 3: Recital poético jóvenes Nº 4, participan:
21:00 hrs.
Lisby Ocaña
Carlos Quenaya
Julio Valdiviezo
Daniel Amayo


Mesa 4: Encuentro de poetas de los años noventa & lectura
21:30 hrs.
Modera:
Víctor Coral

Participan:
Selenco Vega
Héctor Ñaupari
Virginia Benavides
Renato Salas

3ra fecha: viernes 25 de abril

Sede: Casa Museo Raúl Porras Barrenechea
Calle Colina 398 s/n. Miraflores

Mesa 1: Presentación del libro:
19:00 hrs. “Aguafuerte forever” de Hildebrando Pérez

A cargo de:
Claudio Ogassi
Teófilo Gutiérrez

Mesa 2: Recital poético jóvenes Nº 3, participan:
19:30 hrs.
Josefina Jiménez
Erick Ramos
Arturo Córdoba
Paulo Peña
Benjamín Sandoval

Mesa 3: Recital poético jóvenes Nº 5, participan:
20:00 hrs. Gimena María Vartu
Christian Elguera
Julio Fabián
Diego Lazarte

Mesa 5: Encuentro de poetas de los años ochenta & lectura
20:30 hrs.
Modera:
Óscar Limache

Participan:
Dalmacia Ruiz-Rosas
Domingo de Ramos
Jorge Luis Roncal
Jorge Eslava

PRESENTACIÓN DE LIBRO



15 April 2008

CUARTETO DE NOS (YA NO SÉ QUÉ HACER CONMIGO)


Pocas veces recomiendo un grupo de rock en forma directa, siempre coloco los videos y si les gusta bien, pero este cuarteto argentino da mucho qué hablar, no solo por el estilo original, la buena música que descargan y la letra de sus canciones, sino porque el video que han trabajado para esta canción tiene una propuesta posmoderna bastante interesante. Ojalá algunos grupos peruano se puedan motivar y crear productos como éste. Disfruten el viedo y la canción.

www.dulcesarcasmo.blogspot.com


Encuentro en la red un blog creado por el poeta Vilo Arévalo, Dulce Sarcasmo, en el cual podemos encontrar algunas notas literarias, poemas de su creación y artículos sobre cultura en general. Como se sabe, Vilo Arévalo publicó a fines del año pasado el libro de poesía Arco iris en negro, el cual ya se encuentra en librerias El Virrey y Contracultura. Los invito a darse una vuelta por ahi en este enlace:

http://www.dulcesarcasmo.blogspot.com/

70 AÑOS DE LA MUERTE DE CÉSAR VALLEJO


PEREGRINAJE A SANTIAGO DE CHUCO

El día de hoy, en la sección cultural del diario la República aparece una noticia sobre le peregrinaje de algunos poetas nacionales y extranjeros hacia el pueblo natal de César Vallejo, Santiago de Chuco, en la serranía de Trujillo, conmemorando los 70 años de la desaparición de nuestro recordado poeta. La nota dice lo siguiente:

Poetas peruanos y extranjeros han peregrinado hacia la ciudad Trujillo. Esta ciudad, desde ayer, vive en poesía. La Universidad César Vallejo y la Fundación Marco Antonio Corcuera llevan adelante el Primer Festival Internacional de Poesía en homenaje al autor de Los heraldos negros. La fiesta de poesía es en conmemoración de los 70 años de su muerte, que ocurrió en un día como hoy, el 15 de abril de 1938.

Desde el otro lado del Atlántico, de España, llegó el poeta Justo Jorge Padrón. De Argentina, Jorge Ariel Madrazo. Roberto Arizmendi vino de México, mientras que Reynaldo Lacámara, presidente de la Asociación de Escritores de Chile, llega del sur. También está presente Richard Cacchione, estudioso y bibliógrafo norteamericano.

También están presente poetas y escritores nacionales, entre ellos Arturo Corcuera, Jorge Díaz Herrera, José Luis Ayala, Luis La Hoz, Rosina Valcárcel, Alberto Escalante, Federico García, Maruja Tafur Núñez, Alberto Alarcón. También Saniel Lozano, Wellington Castillo, Hugo Díaz, Blasco Bazán y Antonio Fernández Arce.

La inauguración del festival de poesía se realizó en horas de la mañana, en el auditorio de la Universidad César Vallejo, cuyo rector, César Acuña Peralta, no pudo asistir por hallarse en Lima cumpliendo tareas académicas, pero se hizo representar por Sandra Olano, vicerrectora de esa casa de estudios.

A nombre de la Fundación Marco Antonio Corcuera, tomó la palabra Julio Concuera quien agradeció la presencia de los poetas y recordó la gran tarea cultural que cumplió su padre. "No soy poeta ni funjo de intelectual, pero mi padre nos enseñó a conmovernos por una pintura o emocionarnos con un poema", afirmó.

Luego se dio paso al programa de actividades con la presentación de Arturo Corcuera y José Luis Ayala. El primero, refirió sobre la dimensión humana del autor de Trilce y el segundo, la experiencia de cárcel de Vallejo en Trujillo sin dejar de mencionar que hoy en día está detenida injustamente una joven poeta, Melisa Patiño.

Luego los poetas invitados fueron conducidos al Instituto Nacional de Cultura, en donde su director, Enrique Sánchez Maura, les dio la bienvenida y los distinguió con un diploma.

CONVERSACIÓN CON ROCÍO SILVA SANTISTEBAN


EL ESPACIO ENTRE EL LÍMITE
(Conversando con Rocío Silva Santisteban sobre espacios de escritura de la mujer)

Por: Jennifer Thorndike

“(…) en algunas sociedades viriles todo se confabulapara que otros hablen de nuestro deseo lo designense retuerzan sobre ese <>y nos definan para siempre inválidas.¿Somos o no esa presas fáciles o encantadoras hadas?El miedo se mezcla a la cópula como un regocijo (…)”
Noches de adrenalina – Carmen Ollé

Espacios escondidos. Espacios entre espacios. Una mujer que se oculta en el desván como aparece en la novela Jane Eyre de Charlotte Bronte o en el “cuartito de los trebejos”, como diría Borka Sattler. Una poeta – Blanca Varela – que se esconde en un walking closet para pasar en limpio sus versos. Una periodista que sube las escaleras, con máquina de escribir en mano, para llegar al techo de su casa y escribir sin molestar con el ruido de sus palabras. Así responde Rocío Silva Santisteban a la primera pregunta sobre el tema, situándose entre los ejemplos de lugares insólitos que las mujeres han utilizado – y utilizan – para escribir: “mi madre compartía conmigo el cuarto y el traqueteo de la máquina de escribir la despertaba. Así que me pasaba con una silla y un banquito a la azotea, nada romántica y con un frío que calaba los huesos, para escribir mis artículos”.

El sistema patriarcal o paternalista, la falta de instrucción, la exclusión, el miedo, la censura y autocensura, los ataques contra la propiedad y la integridad tanto física como emocional, así como la anteposición del deseo de los demás sobre el deseo propio son algunas de las razones por las cuales la mujer escritora ha tenido que esconderse para poder escribir. Escribir, expresarse, decir, conceptualizar, versar, hablar. Hablar de lo que no se debe hablar.

Rocío Silva Santisteban – feminista, poeta, narradora, periodista, crítica y doctora en literatura – nos acerca a los espacios de escritura de la mujer, un espacio privado determinado por los hombres quienes – a su vez – se apoderaron e hicieron suyo el espacio público: “El mundo público, que es el mundo de la polis, pertenece por antonomasia al patriarca: al ciudadano en Grecia y Roma. El resto eran mujeres, esclavos y niños: no ciudadanos. El mundo de ellos estaba encerrado en las paredes de la casa y posteriormente del centro productivo, artesanal o fábrica”. Sin embargo, las mujeres han tenido un avance significativo en su incursión dentro del espacio público y en su proceso de adquirir ciudadanía “con el trabajo de la mujer en la calle, se pasó a otro tipo de registro de su presencia.

Una mujer entra a la universidad en el Perú recién en 1908, antes sólo podían ser autodidactas: no estaba pensado el espacio público del trabajo y el poder para ellas. A finales del siglo XIX un grupo de mujeres que no podían ir a la universidad, pero que eran letradas y leídas, forman un espacio nuevo y, como dirían los angloparlantes, in between entre lo privado y lo público: las veladas literarias. Reuniones en salones de la burguesía que convocaban a hombres y mujeres para discutir de literatura pero también de política. Cuando Clorinda Matto de Turner pasa a dirigir una revista, muy pero muy pública, la acusan de pornógrafa --¡imagínate a la severa señora Matto de Turner en esos trances!-- y le incendian la imprenta. Tiene que huir a Argentina.

Una mujer que ejercía poder en el mundo público era muy peligrosa”. No por nada Marguerite Duras señala en su ensayo Escribir: “una mujer que escribe, los hombres no lo soportan. Es cruel para un hombre”. Mujer que escribe: mujer peligrosa, mujer que quiere ser hombre, que quiere meterse en asunto de hombres. ¡Qué miedo! Siléncienla, quémenle la imprenta, persíganla, ningunéenla, háganle firmar un documento haciéndole prometer que no osará escribir ni una letra más como a Sor Juana, quien dicen que firmó este papel - sin sentido - como “Sor Juana Inés de la Cruz, la peor del mundo”. Y tras su rúbrica, se hizo el silencio.

Pero otras no lo permitieron. Son muchas las mujeres que han tomado la pluma, que han publicado a pesar de las limitaciones y persecuciones. Las primeras mujeres escritoras reflexionaron sobre su propia condición como mujeres dentro y fuera de su espacio privado y lo plasman en sus letras. Silva Santisteban explica: “Por ejemplo, en el poema Casa de Cuervos de Blanca Varela ella compara al cuerpo de la madre que da a luz con una casa que se abre: el hijo que emerge es como una aparición por la ventana. Pero a su vez en esta poesía, como en la posterior, la ciudad aparece como protagonista (femenina).

Hay muchas referencias a la ciudad: las calles de Lima están muy presentes en la escritura femenina del siglo XX. Pero no son unas calles "enteramente públicas" sino que se organizan como espacios donde el yo poético logra presentar una relación entre el cuerpo de la mujer y la ciudad como lugar de pertenencia. "Lima es como yo, una utopía de mujer" dice Carmen Ollé, por ejemplo”. Finalmente, nuestra entrevistada comenta que a pesar de estas incursiones significativas de la mujer en el espacio público, nunca ha visto en Lima a mujeres escribiendo en cafés, parques o bibliotecas totalmente concentradas en su trabajo sin importarles lo que piensen de ellas. “Es una sensación maravillosa”, afirma mientras deja abierta la interrogante del porqué de esta curiosa ausencia en los espacios públicos de la capital.

Espacios. Amplios, privados, solitarios, pequeños, públicos, escondidos, libres. ¿Existe el lugar-espacio ideal para escribir? Respuesta: No. Es seguro que más de uno o una coincidirá con esta afirmación de Silva Santisteban: “No hay espacio ideal para escribir: una escribe porque tiene la necesidad imperiosa de hacerlo en donde sea: yo he escrito hasta en los micros, en el avión, en los buses interprovinciales, mientras el profesor dictaba su clase. Me ha pasado que he buscado explícitamente tener en mi casa un lugar para escribir, y jamás escribía allí.

También me ha pasado lo contrario: que he hecho mi tarea. Creo que lo necesario es un espacio de trabajo que se separe del espacio de relajamiento, de diversión y del espacio familiar. Pero ni siquiera cumplo con esa idea: mi computadora está al costado de la TV, mil veces escribo mientras mi hija ve animes a todo volumen”. Contradicciones. Marguerite Duras también señala que los escritores son “una contradicción y un sinsentido”. Entonces, ¿existe un espacio, un lugar, un silencio, una soledad? Escribir es un acto solitario, ¿lo es para la mujer? Muchas veces no. Un televisor a todo volumen, un llanto, un marido (o mujer) pidiendo algo, un padre o una madre mandando a sus hijas a acostar, enseñándoles a callar, a servir, a buscar el marido ideal y a ser la esposa ideal. Todavía existen.

Virginia Woolf habla de un “cuarto propio”, Silva Santisteban reflexiona acerca de él: “El tema del "cuarto propio" es una alegoría que está vinculado con una necesidad imperiosa para poder producir literatura, conocimiento, pensamiento: se requiere de materialidad para hacerlo. Se requiere de un "espacio": geográfico, social y simbólico. Woolf reclamaba un cuarto propio en la casa - donde la mujer generalmente vagabundea entre el cuarto de los niños, el dormitorio principal, la cocina y el comedor - y una renta propia. Es decir: sin espacio y sin independencia económica es muy difícil que una mujer se dedique a la escritura. Pero hay muchas que, a pesar de todo, lo han logrado”. Muchas rebeldes llamadas outsiders, “chicas malas” que se salen del canon, del plan específico para ellas, de lo que se espera de ellas, de la manera cómo han sido criadas. Malas, muy malas.
Entonces, ¿es posible que las mujeres encuentren libertad dentro de los espacios designados para ellas por el sistema patriarcal? En la novela Como agua para chocolate de Laura Esquivel, se plantea un hecho curioso: la autora sitúa a su protagonista en la cocina y esta mujer encuentra en ese espacio libertad. Paradójicamente, ese lugar fue designado para ella con el fin de excluirla y aislarla del mundo del hombre. Silva Santisteban comenta: “Parecería extraño pensar que la casa tradicional, como la imaginan todavía algunos, es una marca del patriarcado: esas casas que tienen la biblioteca a la entrada, donde el señor burgués podía ingresar y cerrar la puerta para que nadie lo moleste. Y luego los dormitorios en el segundo piso, donde el único espacio que podía tener una mujer era el cuarto de la costura y del planchado. Pero así ha sido.

Y por supuesto que el espacio de las mujeres ha sido el de la cocina y el de la lavandería (que están juntos siempre). Un espacio donde las mujeres de la casa se reúnen para laborar con las manos, y mientras tanto, conversar o chismear o dejar que la mente se escape. Ese espacio al cual el señor burgués no entraba era un dominio femenino. Las cosas hoy han cambiado radicalmente: a la cocina ahora también entran los hombres, y las mujeres no se reúnen en ella: generalmente la cocina se vuelve un espacio solitario donde hay que hacer todo rápido y ordenadamente.

La mujer ha establecido otros límites, y en su propia casa, a pesar de todo, puede escoger un espacio para su trabajo personal: sea este costura o lectura o computadora. Pero siento que aún le falta mucho por recorrer, pues a pesar de todas las liberaciones (sexuales, sociales, simbólicas) la mujer aún pospone su propio deseo por el deseo de los demás. Y si una mujer quiere escribir a medianoche, lo pensará dos veces antes de hacer ruido y despertar al marido, al hijo, o al gato. Esa liberación muy personal tiene que comenzar ahora por el espacio más propio: adentro de una misma.”
En conclusión, no hay espacios que arrebatar, sino dominar el espacio propio que a una mujer se le ha otorgado; es decir, su cuerpo - y voluntad - que debería ser enteramente suyo, no del padre, ni de la madre, ni del hombre, ni del marido, ni de los hijos, ni del gato. Dominar el espacio interno-corporal-moral-simbólico-sexual es vital para formar parte del espacio externo. Ahí radica la base de su libertad para escribir dentro de un espacio que no debería pertenecer solamente al hombre, sino a todos y todas. Bienvenidas sean, entonces, las mujeres malvadas.

12 April 2008

ENTREVISTA A ALIKA SISTA



RAYMOND CARVER Y LOS TIJERETAZOS DEL EDITOR


UN NUEVO ARTÍCULO SOBRE EL AUTOR MINIMALISTA

Siempre me he declarado un apasionado lector de Carver y cada vez que tengo oportunidad de leer algo sobre este autor, sobre todo en los últimos meses donde se debate la "autoria" de sus cuentos, estoy al tanto de que lo que se pueda decir. Hoy día, la revista Somos reproduce un artículo de Abtonio Ortuño sobre el autor de ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?, aparecido originalmente en Letras Libres de México.

Los dejo con algunos fragmentos del artículo para que ustdes saquen sus propias conclusiones:

Todo buen aficionado al narrador estadounidense sabe que parte de ese sello de identidad (totalmente o en partes, dependiendo de la fuente que lo afirme) se debe a los afanes de Gordon Lish, editor de la revista Esquire, que publicó los textos de Carver antes que nadie, y luego en el sello Alfred A. Knopf, donde aparecieron en forma de libro. Lish se dedicó durante años a tachar párrafos enteros de “reflexiones y sentimentalismos” de la pluma del autor y rasuró y rasuró la carne cruda de su prosa hasta dar con el hueso. Hermosas estructuras óseas: eso es lo que la tradición afirma que Lish creó con los presuntos fárragos de Carver (y que, como se puntualiza con toda justicia, fue incapaz de crear con sus propios y secundarios cuentos).

Un inesperado partidario de la teoría que reduce a Carver a mero inspirador de sus propios relatos es el italiano Alessandro Baricco, en el ensayo “El hombre que reescribía a Carver”, publicado en 1999. Tras leer una nota en el Magazine de The New York Times en la cual se abordan las disparidades entre los borradores de Carver y sus cuentos publicados, un fascinado Baricco viajó a Estados Unidos y consultó los originales contenidos en un fondo especial de la Lilly Library, de la Universidad de Indiana, que se encuentra en la pequeña ciudad de Bloomington, en mitad de discretos e inmensos campos de maíz. El narrador italiano asienta que la diferencia no sólo es notable, sino crucial: algunos cuentos están recortados en porcentajes que superan el cincuenta por ciento y reescritos en buena parte del resto (“Conté los ‘dijo’ añadidos por Gordon Lish al texto de Carver en aquel cuento. Treinta y siete. En doce cuartillas de las que casi la mitad no son diálogos y por tanto no cuentan. Trabajaba fino Gordon Lish, nada que objetar”). Y barrunta que la mirada literaria tan gélida y estética de Carver es, para casi todo efecto estético perceptible, un invento de Lish. Basada en Carver, sí, pero retorcida hasta ser otra cosa que ni era Carver ni era Lish y, a la vez, era y es bellísima. También dice Baricco que la lectura de los originales, mucho más verbosos y sentimentales, pletóricos de violencia física y parrafadas en las que los personajes explican y estallan, se redimen y se revelan, lo impresionó en una forma muy diferente que la lectura del canon carveriano. Tras la decepción (el inspirador de legiones de imitadores, el creador del mecanismo perfecto de hacer cuentos, era un producto “de laboratorio”) vino la duda de si no deberíamos habernos enfrentado al Carver original: “No sé. Se necesitaría ver todos los otros cuentos, estudiarlos seriamente. Pero regresé con la idea de que aquel hombre, Carver, tenía en la cabeza algo terrible pero también fascinante. La idea de que el sufrimiento de las víctimas es insignificante. Y que el residuo de humanidad que hierve bajo esta zona glacial está custodiado por el dolor de los verdugos. Si así fuera, ¿no residiría en esto su grandeza?”

La reciente publicación por The New Yorker del relato “Beginners” (cuya versión editada conocemos en español como “De qué hablamos cuando hablamos de amor”) nos ha venido a recordar que el laconismo que tanto nos gusta en el estadounidense (y que él mismo se encargó de combatir en sus últimos libros) era, comprobadamente, obra de otro. Tess Gallagher, la viuda del escritor, se ha dado a la tarea de promocionar esos originales que tantos afanes le costaron al bisturí de Lish. Ha reunido diecinueve de ellos y pretende darlos a la imprenta (el de The New Yorker es un mero anticipo de lo que viene) a modo de tardía recuperación de la dignidad de su marido. Los editores de Carver están parados de pestañas, pero no pueden reclamar la propiedad de textos diferentes a los que les pertenece administrar. Gordon Lish, quien se encuentra actualmente en el retiro, calla desdeñosamente.

10 April 2008

RADICAL PEOPLE & CALLAO CARTEL





DISCULPEN, SOY LESBIANA


GRAVE DENUNCIA DE DISCRIMINACIÓN SEXUAL EN LA UNIVERSIDAD SAN MARTÍN DE PORRES

Por: Esther Vargas

Una universidad que forma periodistas y que -según el comercial que la promociona- "piensa en grande" no puede propiciar la intolerancia y la discriminación. Se supone que en sus aulas se prepara a comunicadores íntegros y valientes. Sin embargo, la tarde del martes me topé con una sorpresa: una profesora lesbiana resultaba incómoda, perniciosa y no grata.

Esa profesora soy yo. La universidad es la San Martín de Porres, Facultad de Ciencias de la Comunicación, donde estudié la carrera.Siempre creí que las organizaciones defensoras de las minorías sexuales exageraban cuando hablaban de discriminación sexual en el Perú. Pensaba aquello porque quizás tuve la suerte de no haber sido marginada en ninguna parte. En el aspecto laboral, precisamente, debo decir que en el desaparecido diario El Mundo, en La República y en Perú.21 -donde actualmente trabajo como editora de la sección Sociedad- jamás me he sentido marginada por mi orientación sexual, la misma que nunca oculté.

Mis jefes y mis compañeros me trataron y me tratan con respeto y sin aspavientos. La condición sexual de sus periodistas no era ni es motivo de escándalo. Por eso, quizás, no me sentí tocada y hasta sospeché que se sobredimensionaba el problema.

Lo que realmente ocurre -entendería luego- es que los gays y lesbianas maltratados y/o desalojados o desplazados de sus centros de trabajo -sean instituciones públicas o privadas- no se atreven a denunciar por el miedo a que su familia, compañeros de trabajo o estudio, vecinos, y parentela en general, se enteren de 'su verdad'.

A lo largo de mi carrera he abordado el tema de la discriminación sexual por una cuestión de principios. Principios que -por suerte- siempre coincidieron con la política de los medios que me acogieron. Perú.21, de hecho, ha cuestionado y defendido estas causas desde su aparición, en 2002, cosa que me enorgullece y que me ha permitido sentirme muy cómoda.

No obstante, hay que decirlo, no fueron muchos los casos que han salido a la luz. Pocos se atreven a decir que por su condición homosexual fueron despedidos, humillados, presionados u hostilizados.El martes me tocó a mí y, por esos principios que menciono, no me lo voy a callar, así la imagen de la universidad que me dio la oportunidad de enseñar se vea afectada.

Posiblemente no solo soy parte de una minoría sexual sino también de una minoría dentro de esa minoría que no esconde su homosexualidad ante el mundo. Me refiero a mi pequeño mundo: mi madre, mis hermanos, mis amigos, mis compañeros de trabajo, mis jefes, mis colegas y. MIS ALUMNOS (sino todos, buena parte de los más de 500 jóvenes que desde marzo de 2007 contribuí a formar).

Para continuar con la lectura, hacer click aquí.

(Artículo tomado de Perú 21)

09 April 2008

www.porta9.com


ENTREVISTA A MARIO BELLATÍN EN PORTA 9

Por: Francisco Ángeles

Cualquier reconocimiento conseguido hasta ahora por Mario Bellatin (el Premio Xavier Villaurrutia, ser finalista del Médicis, traducciones a varios idiomas y un prestigio y difusión cada vez mayor) es insuficiente para este escritor extraordinario.

Es un honor para Porta9, y en especial para quien escribe estas líneas, abrir la sección de entrevistas con un autor que, libro a libro, no sólo construye una de las obras más importantes y singulares de la literatura en nuestra lengua, sino que también va abriendo caminos por donde circulará la producción de las nuevas generaciones.

Para ver la entrevista, hacer click aquí.

¡BOICOT A PEKIN 2008!

Mientras la llama olímpica se pasea por algunas ciudades del mundo, muchas personas, concientes de la represión en China contra el movimiento estudiantil, los opositores al regimen y la situación del Tibet, salen a protestar contra el gobierno chino. No se pueda tolerar que un régimen que no respeta los derechos humanos, se apreste a celebrar ante el mundo el espíritu deportivo, ignorando "olímpicamente" los atropellos que cometen.

En esta página de Reporteros Sin Fronteras pueden encontrar mayor información al respecto:

PRESENTACIÓN DE POEMARIO


El grupo editorial Mesa Redonda, tiene el agrado de invitarlos a la presentación del libro Sala de montaje, de Alberto Schroth, la cual se llevará a cabo el día jueves 10 de abril a las 7:30 pm en la librería Crisol del óvalo Gutiérrez y estará a cargo de Alesandra Tenorio y Carlos Lopez Degregori.

En Sala de montaje, el autor pretende simular el ritual de asistir a un viejo cinema, donde la poesía simula al filme desde lo sonoro y visual. Los poemas toman elementos de la estética y lenguaje cinematográfico para recrear atmósferas e historias, que luego compondrán un cuerpo mayor, adoptando la forma y ritmo del cortometraje y otras variaciones, ordenadas en una breve filmografía de tres etapas: «Sala de cine», «Siluetas de gato» y «De técnica mixta», donde los versos (encuadres), narran a blanco y negro desde el claro oscuro.

Diego Otero expresó sobre el poemario: «Son los ojos del lector los que editan la película; los que reúnen escenas inconexas, apenas entrevistas desde los umbrales de los cuartos; los que logran, transcurrido todo sobresalto, salir con vida».

El autor, el grupo editorial Mesa Redonda y librerías Crisol agradecen su gentil asistencia.

08 April 2008

ENSAYO SOBRE "ITINERARIO" DE ARTURO CÓRDOVA


LA CIUDAD ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS

Por: Alex Morillo

Pero tú, el poeta,
Pervirtiendo los ritos aseguras
El reconocimiento de tu oficio.


Rodolfo Hinostroza


La mayoría de las veces convivimos con la ciudad en silencio, desde la inercia, pero cuando el aire comprime demasiado y los muros de la misma nos convierten en un torrente caótico de rumores, emerge el deseo de trazar un camino que nos enseñe a huir y a retornar hasta que el tránsito de las pulsiones nos devuelva a la vida o hasta que la poesía, en su agitada transparencia, nos diga a qué versos podemos emigrar. Itinerario de Arturo Córdova (Lima, 1980) nos brinda esa posibilidad, y por ello considero importante tentar algún tipo de aproximación a la primera publicación de este joven poeta.

Señalaré, en primer lugar, algunas apreciaciones en cuanto a las influencias que encuentro en este libro. Percibo, más allá de las referencias explícitas a la poesía inglesa, un sustrato surrealista, acaso el influjo de Moro, en la medida que los sentidos se encuentran determinados por la alianza tenaz entre la lucidez y lo onírico o, mejor dicho, por la otra lucidez. Así mismo, y tomando en cuenta el tópico de la urbe desde la visión moderna, percibo influencias de Enrique Verástegui y de Jorge Eielson. Del primero acaso me viene a la mente el poemario En los extramuros del mundo, donde es clara la necesidad imperiosa de someterse con cierto desgarro al acto de deambular y de fijar con palabras esa pulsión de destierro, de reconocerse en la huida.

Y de Eielson me viene a la mente poemarios como Habitación en Roma, por el sentido crítico con el que se alude a la lógica racional, utilitarista e institucionalizada de la modernidad y por la identificación que se establece con el hombre cuyo estigma es la marginación, el autoexilio, la angustia, el aislamiento, la fragmentación. Por otro lado, de Tema y variaciones, Mutatis mutandis y De materia verbalis Córdova retoma constantemente el concepto del devenir vital, es decir, la constitución física y la dimensión espiritual formando parte de un movimiento continuo que imposibilita el establecimiento de un yo concreto e invariable.

Pero cabe mencionar que no sólo hallamos interrelacionadas estas fuentes poéticas, sino también algunas teorías antropológicas sobre la urbe, de importantes pensadores como Lévinas, Baudrillard o Augé, lo que demuestra que la exploración de esta primera entrega es además de creativa, ideológica.

Así llegamos al primer poema, donde la palabra se manifiesta en la medida que no basta, que no es suficiente, en la medida que se anula en sus propias pretensiones para dar paso a un estar-en-el-mundo que agobia, satura y nos somete al deterioro o a la inevitable, subversiva y placentera agonía. De este modo, la idea que condiciona a este texto de apertura puede traducirse de la siguiente manera: bastaría con decirlo, pero no lo digo, lo padezco y me regenero en este sacrificio.

La metáfora del deterioro deviene metáfora del desprendimiento de la realidad; por tal motivo la evocación, la mirada retrospectiva se materializa desgarradoramente en el texto, alcanzando incluso los límites de la fatalidad o del sacrificio del ser. Citemos un fragmento del poema titulado “Leve”:

…y esperar al pájaro agorero que ha de escudriñar nuestras
vísceras
hasta que la carne galope tras la perspectiva de un sueño
de piedra carcomida por la ruta de los niños…

No se trata del enfrentamiento entre el hombre y la realidad, se trata de la puesta en escena de dos mundos que se mantienen vivos gracias al contacto y a la fractura. El entorno, de esta manera, se personifica para ser más visceral e intenso, más orgánico: “encontrar algún rincón donde resguardarnos del tedio que nos rasca con sus guantes blancos.”. Los días se convierten en giros o trayectorias que el hablante poético rehúye, resiste; pero paradójicamente la huida es también una forma de ingresar de nuevo al epicentro de lo insoportable, en otras palabras, la huida –o el pretexto poético de estos veinticuatro itinerarios– es, al final de cuentas, un modo de enfrentamiento y de desafío: “Días simples y pequeños como ceniza reposando tranquilamente entre las manos. Y acaso alguien debiera aprender a soplarlas.”

Uno de los primeros comentarios que provocó este poemario fue el del crítico literario Camilo Fernández Cózman, quien realiza acertadas precisiones sobre la naturaleza de estos escritos, salvo un punto que me atrevería a problematizar: Fernández Cózman, en su intento por clasificar u otorgarle una definición a la voz que gobierna este libro, afirma que se trataría de un sujeto o, en todo caso, sujetos migrantes. Desde mi perspectiva, no obstante, no se trataría exactamente de un migrante –al cual, dicho sea de paso, le otorgo un desplazamiento o una movilidad mayor, a gran escala o inter-cuidad–, sino más bien de un peatón, un transeúnte o, como indica explícitamente el poemario, un pasajero, categorías que describen a una persona que transita por la vía pública y que no tiene residencia o rumbo fijo. Lo que tienen en común estas categorías o, mejor dicho, los sujetos que la representan, es que su desplazamiento o movilidad comprende un espacio a menor escala, más restringido, aunque por esto la experiencia no es menos enriquecedora o intensa. Tanto el peatón, el transeúnte y/o el pasajero describen mejor lo que sucede en estos poemas: una exploración íntima que se proyecta a la urbe, y viceversa, logrando superar el mero desplazamiento físico en pos de un recorrido interno que ocupa y vacía el cuerpo, el corazón y la mente. La poesía de Córdova se reconoce en este recorrido colmado de vacilaciones ontológicas y de misterio:

¿Quiénes nos pueblan el pecho y la memoria;
de qué materias sutiles,
espuma de luz, siluetas veleidosas,
está compuesto el ancho lienzo
tan sedoso e insaciable
que nos arroja y penetra con su euforia equidistante?

El cuestionamiento y la certidumbre desencantada configuran la dialéctica emocional que articula la significación de estos textos. En suma, el yo poético, ya sea en el detenimiento o en la vertiginosa demanda de su evolución, se desintegra, disuelve, descascara y fulmina entre “laberinto de acero y vehementes bocinas” y “gritos y sollozos de gente desvelada que se arroja de los autos,/ que se oxida solitaria, obnubilada en sus pantallas…”.

Precisamente, dentro del libro encontramos un primer subconjunto conformado por media docena de poemas con el título de “pasajero”, textos que aluden a personajes urbanos marcados por la decadencia, el olvido y el anonimato. De algún modo, la recreación de este contexto repercute en la musicalidad del poemario, puesto que el ritmo en varias ocasiones se corresponde con una voz reaccionaria y sublevante. Por ello, la poesía en estos textos adopta la apariencia de un grito, de una expresión desenfadada, lo que incrementa mucho más la visión crítica y desmitificadora una vez que la palabra no sólo busca regocijarse en la imagen o en el encadenamiento sonoro, sino también busca persuadirnos de lo que dice, o más aún, pretende salirse del cuadrilátero de la hoja para darnos el encuentro e instarnos a la ruptura, a la transgresión, a la otra vida liberadora:

Posa tus pies sin culpa sobre el replegado barro,
anhela un día de botella a la deriva
y pregona, despachado a tus anchas,
el imbatible canto de las cosas inservibles
en una ceremonia íntima de gemidos y colores ajados.

El pasajero se moviliza en la paradoja de estados oscilantes, debido a que si bien es cierto se percibe una atmósfera surrealista, onírica y aparentemente abstracta que deforma el entorno, ésta se encuentra provista de un carácter reflexivo que linda con una visión crítica sobre la superficialidad, las luces artificiales, la velocidad en el tiempo, la perversión del ciudadano consumista, lo cotidiano en su disfraz de ruleta perfecta, e incluso sobre espacios de dominio público como las calles, los semáforos, las avenidas, los supermercados, los puentes peatonales, etc. En otras palabras, arremete contra todos los seres sometidos al imaginario plastificado o sintético de la aldea globalizada que trastoca el orden jerárquico entre los hombres y los objetos, provocando, como diría Hugo Friedrich, el triunfo sobre lo humano. Por momentos también arremete con la ironía, erigiéndose ésta como una toma de postura frente a una valorización negativa del ser al pretender revelar el declive moral de la sociedad contemporánea, claramente representado en los arquetipos humanos presos de la alienación.

El pasajero se caracteriza por el desplazamiento y la contemplación, su identidad se configura precisamente en esta dinámica que asume la condición laberíntica de su hábitat. Así, el hablante poético se apodera de esta condición dándonos claros indicios de un estilo propio, en donde se advierte un cambio en el acto de la enunciación: de un tono impersonal pasa a un tono directo, persuasivo, confrontacional. Lo anterior evidencia que el itinerario no es sólo temático –la ciudad como la prolongación multiplicada del cuerpo–, sino además estético, en la medida que estamos ante un lenguaje que explota, creo que con acierto, el alcance y el límite de su proceso formativo, liberando sus demonios expresivos.

Otro tema medular es la soledad que se resemantiza en un estado comunitario. El poemario se puebla de voces en una sola y continua expresión de los habitantes y de lo habitado. El aporte de Córdova es que hace de esta temática un pretexto para re-pensar y re-crear, con gran criterio, un tópico tan presente en las poéticas contemporáneas: la urbe y el ciudadano. Sin embargo, este tópico no se impone arbitrariamente en los textos, puesto que el ritmo, el trabajo de las imágenes y la disposición de éstas se organizan en pos de algo superior, más trascendental: la búsqueda y la construcción de un hombre nuevo con los fragmentos de los anteriores.

El hablante poético para transitar necesita desdoblarse, mutar sobre sí mismo y observarse en el auto-distanciamiento. Desde allí, desde el no-lugar, su esencia se muestra más propicia para el lenguaje que pretende construir. Así pues, la poética que va configurando Itinerario no se detiene en el hombre común identificado como un acontecimiento perfectamente medible, aprehensible, manipulable, todo lo contrario, va construyendo un “homoborder”, un ente que para sobrevivir –real y textualmente– se sitúa en el borde, en el límite del mundo. Cito aquí fragmentos del que considero el mejor poema del conjunto:

El frágil insomne bordea el rastro de su piel cansada
dibuja surcos inflamados sobre el cristal
de la ventana que lo hace distancia
intuye los borrosos trazos
del que amanece con el pie sobre su mirada
de aquel que nunca termina por empezar
del que escupe su pereza en una lata de conservas
del expuesto a su propia contienda de hollín y desgano.
Arrojado de su voz y de sus miembros
es casi pupila y paso
cíclope estático aterrado
en su rincón sin tiempo
vuelve a sí mismo en el errante flujo de la sangre
que se desboca en los cruceros peatonales
que rabia su desencuentro bajo un panorama
de anuncios publicitarios:
todo es palpitación y frases consignadas.

El retrato no es uniforme, por este motivo los personajes urbanos representados lindan entre lo oficial (entiéndase alienación) y lo periférico. Entonces, la visión es totalizante en la medida que se entienda la totalidad como la acumulación de desfases, ya sean humanas, sociales, ontológicas, etc. El desdoblamiento, por otro lado, no sólo es material, también es temporal, de ahí la orientación preferente por la madrugada, el insomnio, el desvelo o la intuición del amanecer.

Mientras sigo avanzando en la lectura, advierto que la ciudad deja de ser un recinto real, palpable, va dejando su naturaleza terrenal y adopta la apariencia de un sello de agua, cediendo a la abstracción y al diseño de una ciudad personal, subjetiva, modelada al derrotero imaginario de una voz que alcanza plenitud en el mismo despliegue vertiginoso de sus imágenes. Esto se da, por cierto, a través de una mirada que invierte la descripción que realiza del mundo. Para comprender un poco más esta idea retomo brevemente algunos postulados semióticos de Jacques Fontanille. Como sabemos, desde la perspectiva semiótica siempre se ve al sujeto como un cuerpo sensible que se relaciona con el mundo y, dada esta relación, se ve en la necesidad de configurar toda una serie de clasificaciones que le permita ordenar los procesos de significación que lleva a cabo, y vivir en base a estos. Sin embargo, el proceso de significación en este libro es ambiguo, figurado, aparente, porque en un primer momento se rige por una sensación de errancia, pero en el fondo revela una búsqueda, una intencionalidad, quizás un tipo de fe, acaso porque la escritura es, al fin y al cabo, una creencia, una espera, un símbolo de convicción.

Cabe resaltar un segundo subconjunto conformado por siete poemas dispuestos intercaladamente, cuyo rasgo distintivo es su carácter prosaico y, por ende, hostil a una composición versal. Me atrevo a decir que quizás esto se deba a un intento por darle un carácter más instintivo a los textos, a modo de un discurso cuya fluidez evidencia una tensión entre lo sugerente y lo confesional, pero habría que precisar que esta aparente expulsión de las fijaciones retóricas no elimina el ritmo de las palabras escogidas, pues la poesía en las manos de Córdova no conoce el logro en forma de ataduras, sino en el acto de despegarse de éstas.

Dentro del subconjunto anterior encontramos un tercer subconjunto conformado por tres poemas que aluden explícitamente a Lima –o, como la denomina el poeta, la “ciudad a tientas”– desde una conciencia que se sabe parte de un perímetro en franca convulsión y que se entrega a ella por medio de un ritual sísmico, al mismo tiempo purificador y catártico: “Lima. Resbala con las piernas abiertas y recibe, amante enferma, mi orfandad de cartulina, mi respiración de papel quemado, sobre tu pecho ronco y transparente.”. Los poemas de la ciudad describen el rostro de la misma a partir de la extinción y la aparición del día. En efecto, la nocturnidad, como un evento apremiante, resulta siendo una vía de liberación frente a la dinámica asfixiante de la luz: “penetrando el día… La vida pesa nuevamente en las esquinas y el paso es una rueda estropeada… El parpadeo que reanuda la gramática amnésica del tránsito… El día pisa firme sobre un lecho de criaturas perezosas. Orines matutinos, aroma de dentífrico para purificar al hartazgo.”

Un cuarto subconjunto está compuesto por algunos textos que, bajo el título recurrente de “fuga”, describen nuevamente una suerte de inversión o giro paradójico, debido a que si una primera lectura indica que estamos ante un hablante poético asediado por las fauces de la urbe, una segunda lectura, más minuciosa, denota una fuerza interior que transforma la ciudad, la hace suya. Y es en ese preciso instante donde surge lo que denomino el erotismo de la materialidad en movimiento. En efecto, tras los ojos de este transitador la consistencia de las cosas termina siendo una masa líquida que inunda y gobierna todo alrededor: “como un lenguaje hiriente que es frío que grita, lluvia de alfileres, metal fluyendo líquido en cauce de avenidas que se multiplican. Cicatrices encendidas.”. Hugo Friedrich decía que uno de los rasgos representativos de la condición moderna de la escritura poética consiste en la relatividad ontológica. Esta relatividad, que también puede traducirse como fenomenológica, adopta una conciencia distinta y renovada sobre la materialidad del mundo, situando al mismo nivel lo concreto y lo abstracto. Así, la materia no se fundamenta en la permanencia, sino en la transformación. Lo orgánico es en tanto que muta o se resiste a las fijaciones corporales. Consecuentemente en Itinerario, los parámetros espaciales y temporales, tangibles e ideales, familiares y extraños, quedan abolidos en busca de nuevas latitudes existenciales donde prima la fusión, la mezcla, la hibridez, la liminalidad, la metamorfosis, etc.

Entonces, para Córdova las fugas son una forma distinta de lucidez, alimentada por el delirio y la resaca. Y el amor, en medio de estos trances citadinos, es una de las versiones de este delirio, tal y como lo demuestra el poema titulado “Cuarta fuga”, donde las palabras anuncian la ausencia, el abandono, la insoportable sensación de los cuerpos alejados. Este poema refleja, además, una textualidad cuyo sustrato heterogéneo permite la convergencia del verso, la prosa e incluso ciertas referencias fílmicas (la realidad como una “pantalla luminosa”) y musicales, haciendo más compleja la relación entre el encadenamiento sonoro y el montaje de las imágenes, o en todo caso enriqueciendo la lectura que podamos hacer de esta relación.

Finalmente, en la “Última fuga” se retoma estratégicamente la correspondencia entre el ritmo de los versos y la imagen del desplazamiento, para dar la sensación de una elocutio que presume de recorrido interminable:

…fragmentos de una quimera hundida entre las sienes,
tristeza diáfana de esta polifonía inconclusa
donde comienzo,
donde acabo,
donde el paso se hizo colección de retazos sentimentales
y pegamentos que ahora duele en los dedos y pulmones…
avanzo desprovisto de latido,
el cuerpo, una retícula dentada,
una visión láctea, casi una caricia:
alegría de animal en fuga, de garúa en las encías…

Lo agónico de este traslado surge cuando las palabras chocan con las paredes, tropiezan, se pierden entre sí. La movilidad se convierte, pues, en un acto que lastima, por ello el discurso empleado germina en el poder trasgresor y mutante de la enunciación, acaso porque el decir mismo irrumpe en las superficies para dejar constancia, nostálgicamente, que lo silvestre deviene etiqueta, código de barras, iridiscencia, maquinaria incesante.


En resumen, la primera entrega de Arturo Córdova es elogiable tanto por la propuesta que lleva consigo como por el intenso e ineludible mensaje que nos transmite: el itinerario de la vida nos distancia y nos une al mismo tiempo, su laberinto y horizonte siempre estará ahí para nosotros.