05 November 2006


Enviar un e-mail dura dos minutos

El día de hoy, en la sección Luces de El Comercio, leo con mucho agrado una nota hecha por Ricardo Granda a Gerardo Ruiz, sobre su último galardón en el Festival de Cine de Quito. La nota dice lo siguiente:

"El último corto de Gerardo Ruiz tiene por hilo conductor de la historia un correo electrónico. Lo dice el mismo título, "E-mail a mamá", una producción que con solo dos minutos de duración ha logrado llevarse más de seis premios. El último, el de mejor cortometraje en el festival Cero Latitud de Quito, Ecuador. Aquí, uno más: el reconocimiento del Instituto Cervantes, en el Festival de Sao Paulo. Varias preseas en tan solo dos años de existencia.

Recibir este tipo de reconocimiento es, sin duda alguna, un golazo que estará registrado, y en letras grandes, en su currículum. Y, en el caso de Gerardo, no será la primera vez que escriba algo en mayúsculas: en el 2002, con su primer cortometraje, "Cásting", que tuvo por protagonista a Pietro Sibille, también obtuvo un número similar de galardones.

"Esto sirve para impulsarlo a uno, para seguir en el camino. La ventaja de los cortometrajes es que, como se manejan con poco presupuesto, puedes darte el lujo de lograr el toque que tú desees. Ahora, quiero apuntar hacia un proyecto personal, un largometraje", señala el director. Pero vamos por partes: antes de pasar a este proyecto, démosle una mirada a "E-mail a mamá".
La historia no es muy complicada. "El trabajo está separado en dos niveles. El visual y el sonoro. Mientras en el audio se escucha la lectura de un e-mail, en el video uno ve lo que ocurre después que ha sido enviado. Pero, ese mensaje, en realidad, viene a ser el pasado de la persona que lo mandó. De repente, cuando el destinatario lo está leyendo, el remitente ya es alguien distinto. Sobre esto trata esta historia", comentó el cineasta.

PANTALLA GIGANTE

El próximo proyecto que espera concretar Gerardo Ruiz es un largometraje. El título y el guion ya han sido puestos sobre la mesa: se llamará "Píxeles de familia" y versará sobre un drama familiar, una típica familia limeña sumida en un desatino. "Le presenté la historia a Ana Roca Rey, hemos hecho una carpeta y vamos a conseguir financiamiento para realizarla", comenta, a propósito de una realidad que lo envuelve a él y sus colegas: la falta de apoyo en nuestro medio.
Por esto su firma está entre las más de 500 estampadas en una carta enviada al presidente para hacer cumplir una ley que hasta el momento es letra muerta: la también llamada ley del cine. "La idea es que el Estado acoja este pedido. Cada cinta es una pequeña empresa, que le da trabajo a muchas personas. Y estamos hablando de difundir la cultura, algo que es necesario para el país", acotó.

La mirada de Gerardo es optimista, al igual que la de todos los cineastas nacionales. "Hay gente talentosa", asegura. Y no solo eso. Son figuras que, contra viento y marea, sacan adelante la industria cinematográfica nacional".

Por otro lado, en la misma sección se puede leer una entrevista al director Francisco Lombardi sobre el estrno de su película Mariposa negra. A continuación tres preguntas:

¿Cuál fue tu primer acercamiento a "Grandes miradas", la novela de Alonso Cueto que inspira "Mariposa negra"?

Después de "Ojos que no ven" quería hacer otra película sobre el tema de la violencia y la corrupción de los diez años del fujimorismo y la novela de Alonso me daba material para internarme, desde otra perspectiva, en ese tema. "Grandes miradas" cuenta varias historias, algunas de las cuales a mí no me interesaban tanto. Pero había una línea narrativa que me parecía tenía posibilidades de ser adaptada para el cine. Una historia con muchos acontecimientos, personajes interesantes y capacidad para revelar algo más de lo que se ve a simple vista. Me interesaba la perspectiva policial que tenía la historia porque te podía dar una imagen de 'thriller', que es un género que me gusta. Y, sobre todas las cosas, me resultaba interesante el personaje de Gabriela, la chica que decide tomar venganza y limpiar la imagen de su novio. Ese fue el punto de partida. Luego las cosas fueron cambiando. Cuando empezamos a hacer la adaptación con Giovanna Pollarolo, nos dimos cuenta de que nos interesaba determinada línea e hicimos, me temo, demasiados cambios a la novela. Afortunadamente, Alonso me ha dicho que no ha quedado decepcionado ni insatisfecho porque cree que el espíritu que animaba la novela está en la película.

"Matar a Montesinos" es la consigna de una de estas mujeres. Dadas las circunstancias actuales, convertir a Montesinos en un personaje del filme implica muchos riesgos.

Es un tema bien interesante porque el riesgo está en que no hay forma de saber qué va a ocurrir. No es frecuente que un personaje que participa de la vida de un país aparezca en la pantalla y dentro de un filme de ficción. No sabía bien cómo se iba a tomar. Inicialmente la gente se ríe porque la risa es señal de asombro, porque no se entiende bien qué está pasando, hay algo allí que se sale de curso. Eso es lo que sucede inicialmente. Ha sido una jugada muy arriesgada y prefiero no seguir con el tema para ver cómo funciona con el público. Pero a mí me parece especialmente interesante ese tipo de juego en donde se interrelacionan la verdad y la ficción. En la novela, Alonso desarrolla largamente al personaje de Montesinos en una serie de situaciones que la película no aborda. Porque el tema principal de la película no es ver o no ver a determinado personaje. En la novela, el autor ingresa en el mundo interior de ese personaje, lees lo que piensa, sus planes y sus perspectivas. Esa es una audacia mayor. En la película solo ves la imagen exterior de Montesinos y desde el punto de vista de un personaje.


En algún momento mencionaste que "Ojos que no ven" y "Mariposa negra" son partes de una trilogía. ¿Qué sigue?

He pensado en adaptar "La hora azul", también de Alonso Cueto, que cuenta una historia diferente pero que, de alguna forma, tiene que ver con cosas que han pasado en la misma época. Estamos en el proceso de adaptación.

(En la foto: el galardonado Gerardo Ruiz)