UN ESTRENO ESPERADO
Un director que he seguido con sumo interés en los últimos años, no solo por la temática que aborda en cada una de sus películas sino por la maestría en la forma de "narrar" la historia, al puro estilo minimalista, es Gus Van Sant (recordemos Elephant, por ejemplo). Hace poco se acaba de estrenar su último proyecto, Paranoid Park, un película que presenta la historia de un "skater" y sus diferentes conflictos juveniles, pero contada con la genialidad que solo este director lo puede hacer. Para no perdérsela. El día de hoy, Ricardo Bedoya, en su columna de El Dominical escribe sobre este estreno:
El crimen en el cine suele venir acompañado por exposición y resolución, pruebas y peripecias, mortificación y culpa, castigo o redención. Aquí no hay nada de eso. "Paranoid Park" es el retrato de un adolescente y de la opacidad del mundo que lo rodea. Un mundo de adultos vistos de espaldas, fuera de foco o bajo los signos imprecisos de un gesto, una pose, una apariencia (el policía con su estilo de amable amenaza; el padre tatuado) o hablando en un lenguaje que los jóvenes no comparten, como el llamar East Side Park al lugar que los muchachos conocen como Paranoid Park. Pero opacidad también de los actos y sus motivaciones, que se disuelven en el trance de Álex y el acceso a otro nivel de su conciencia.
Porque de eso trata "Paranoid Park", del acceso a otra dimensión de una conciencia tironeada por asuntos diversos: la separación de los padres del muchacho, la exigencia erótica de una amiga, el incidente con el guardia de seguridad del tren, la convicción de Álex de que hay niveles distintos de experiencia, superiores a los de la vida cotidiana. Los golpes que recibe Álex no lo hacen más maduro, en el sentido de más responsable, más ajustado al mundo o más sensato, pero sí lo transforman, convirtiéndolo en un personaje flotante, silencioso, introspectivo, cercano a la cualidad que tenían los ángeles en la primera parte de "Las alas del deseo" o "El cielo sobre Berlín", de Wim Wenders.