21 May 2008

PRIMER LANZAMIENTO DE BIZARRO EDICIONES


Bizarro ediciones se complace en anunciar a sus lectores el primer lanzamiento del año de nuestro sello editorial, Carta a una mujer ausente, libro de cuento del joven narrador Lenin Solano. Este libro reúne un conjunto de relatos urbanos que abordan, desde diferentes puntos de vista, la asfixiante realidad limeña, presentando las vivencias de una serie de personajes que se engarzan dentro de la tradición inaugurada por Julio Ramón Ribeyro: personajes marginales, desarraigados, frustrados y fracasados, sumidos en sus pequeñas tragedias personales.

En la contraportada del libro, Percy Encinas afirma lo siguiente:


Lenin Solano pertenece a ese grupo de jóvenes que no se conforman con sobrevivir la cotidianeidad. Él es de aquellos que luchan por superarla, develando sus retruécanos, sus perversidades, sus historias en sordina. Con este libro de cuentos, el novel autor emprende el difícil y azaroso camino de asir pedazos de ciudad, de estados de ánimo, de psicologías extrañas, de profundidad tras las apariencias. No le son ajenas las preocupaciones sociales, ni la problemática de las zonas urbanas, ni las marcas señeras de Congrains o del temprano Ribeyro a las que nos remiten sus personajes y anécdotas. Sus esmeros lo instalan en la línea de cronistas de la ciudad, de aquellos que aspiran a hilvanar con los materiales de su barrio y de su vida, el muestrario narrativo que dé cuenta de ellos. Los cuentos de Cartas a una mujer ausente son una apuesta por esa tarea. Un franco intento por contar la ciudad de hoy.

Los dejo con uno de los cuentos iniciales del libro:

LA VOZ EN EL CÍRCULO

Y sigues recogiendo basura. ¿No te cansas de eso? Todas las mañanas es lo mismo, adentrarte en ese mundo maloliente y asqueroso. Tus manos entran y salen de desperdicios, de desechos y de alimentos podridos. Tu mundo habitual, salir de tu choza, en el acantilado, coger tu costal rotoso y parchado y caminar por los muladares. Pareciese que te gustase estar entre perros y ratas. Si pues, tratas de no prestarme atención, claro, es tu vida y no quieres que me meta. ¿Qué vas a hacer hoy? ¿Cambiar de basural? Y creo que así fue, hoy te alejaste más del basural habitual. Hoy estás en aquella playa que te trae tantos recuerdos. Oh, ¿es que acaso recordabas? No puedo creerlo, ¿es que acaso ni te acuerdas qué hiciste aquí? Sí, eso sirve, te darán unos centavos por esa zapatilla medio quemada, claro, la muñeca también vale algo y no importa que no tenga cabeza, recógela sin problemas. ¿Qué estás haciendo ahora? Qué repugnante, sé que esa manzana esta medio podrida, pero no es para que te la comas. ¿Ya no recogerás más? ¿Qué diablos haces sentado en esa roca, no ves que un perro está orinando en tu costal? ¿Suspiras? No me digas que estás recordando… No seas melodramático, tu vida no tiene recuerdos ni aspiraciones, sigue en tu basural y sigue en tu hábito. ¿No quieres oírme? No lo creo, te has puesto melancólico. ¿De qué te vale ahora?

….Señor López…

Deja de pensar en esas cosas, se te va la mañana y vendrán otros sin futuro como tú.

…¿Despedido?

No tienes apellido, no tienes nombre, eres lo que los niños llaman, el loco de la playa. Dedícate a sobrevivir el tiempo que te queda.

…Vengo de provincia…

Hasta tus recuerdos no tienen lógica. Tus cabellos parecen estropajos y tu aspecto es asqueroso.

…Ya te dije que tú eres lo único que me queda, no te vayas…

Bueno, hasta que por fin reaccionaste, sí, eso, levántate. Coge el costal. ¿Lloras? ¿Por qué no pateas al perro? Y ahora pisaste a un gato muerto. Supongo que el olor será normal para ti. Mira cuan grandes son las olas, parece que la marea está movida hoy. ¿Qué es lo que miras? Ah, parece una billetera. ¿Y? ¿Qué más hay dentro? Una foto, un documento, una dirección. ¿Qué piensas hacer? Veo que observas mucho lo foto. ¿Es una chica? Acaso perdió los documentos o quizás los tiró al basurero sin darse cuenta. ¿Por qué corres? ¿Qué tratas de hacer? Te has metido a la choza y estás acomodándote la camisa ennegrecida y has mojado tus cabellos grasosos con el agua de una botella. No me digas que… ¿Estás loco? Nadie te recibirá, eres parte del basural, perteneces a la fauna de este lugar y jamás serás admitido en el mundo real. Sí, mundo real, porque lo que ahora tienes sólo es parte de una pesadilla y tu despertar es el morir. ¡Detente! ¡No vayas!...

Ahora vuelves con el alma humillada. ¿Por qué tienes la cabeza gacha? de seguro te sacaron a escobazos, porque dudo mucho que alguien lo haya hecho a empujones ya que nadie querría acercarse a ti. O lo que es peor, seguro te acusaron de ladrón y pasaste la tarde en una comisaría y como los detenidos no soportaron tu olor tuvieron que echarte. Mira la hora que es. Y no vendiste ninguno de los objetos que recolectaste de la basura. Ahora, ¿Qué comerás mañana? ¿Quién crees que te alimentará? O es que acaso comerás otra manzana medio podrida. Allá tú. Échate a dormir y no vuelvas a tratar de transgredir tu mundo. Tú eres lo que eres, parte del muladar de este lugar y nadie te quitará tu sitio aquí, ni siquiera un nuevo perro callejero que se una.

Qué mañana tan fría. Mira cómo ha llovido toda la noche que los cartones de tu improvisado techo están desechos. Estás tiritando. Bueno, habrá que levantarse y lo primero que hay que hacer es buscar un trapo que se una a tu vestimenta para que pueda abrigarte más. Sí, el mismo costal en donde está la muñeca sin cabeza y la zapatilla medio quemada.

Qué terrible es caminar entre toda la basura cuando todo está mojado. Si bien es cierto no se siente tanto la pestilencia, pero las pisadas son sobre una masa viscosa que sólo verla dan ganas de soltar todo lo que tienes en el vientre, aunque tú no tienes nada desde ayer. Oh, mira, tu tesoro ha llegado. Corre antes que otro ser miserable como tú te gane el camión que acaba de llegar. Mira cómo corren los malditos perros carachosos. La basura ha sido soltada, empieza tu trabajo y no hagas caso a las burlas de los camioneros. Tampoco te tires así sobre los desperdicios. Sí, muy bien, pero creo que debías patear más fuerte a ese perro que casi no puede caminar, recuerda que se iba a comer ese pedazo de pan que tú ya habías visto desde hace mucho. Pero qué bárbaro, ni siquiera lo limpiaste, sino que te metiste todo a la boca. Se nota que tienes hambre, ¿es que acaso la muchacha no te dio un pedazo de pan ayer, cuando le entregaste sus documentos?

¡Qué te sucede! ¿Por qué te golpeas la cabeza de esa manera? ¿Es que acaso has enloquecido? ¿Qué es lo que dices? ¿Que te cansaste de la voz? ¿Que quieres que salga de tu cabeza? Mira como te miran asustados los camioneros, hasta el perro que pateaste te mira extrañado. No te golpees así la cabeza. ¿Cómo? No entiendo de qué hablas, a qué voz te refieres. ¿Qué ya no te hable más? ¿Qué soy tu alucinación y tu locura? No grites que me calle porque sabes que no lo haré. ¿Qué llevas escuchando las voces hace mucho? Pero cuáles voces si soy yo el único que te habla. Mira lo que te has causado, mira ahora tu cabeza, esta ensangrentada por haberte golpeado en un fierro oxidado. Ya te lo dije, no podrás abandonarme, siempre estuve aquí y siempre me tendrás. No, no estás loco, soy la voz que tuviste desde el día en que llegaste de la provincia y nadie te dio un empleo, el trabajo casual no te duró ni un mes y la provincianita que juró casarse contigo te abandonó al enterarse que no tenías porvenir. Fui yo quien te aconsejó que construyas esa asquerosa choza en la cual vives hace tanto tiempo que ni tú mismo lo recuerdas. Haz lo que quieras, ¿me amenazas con aventarte al mar? ¡Hazlo! Pero recuerda que el mar siempre devuelve lo inservible, pues ni él ni los peces te querrán comer. ¡Arrójate! ¡Ahógate maldito cobarde! Inservible desde tu llegada al mundo y hasta el día de tu muerte. ¿Lloras? Por lo que veo ahora te ha dado por llorar siempre, pero ni así puedes parecerte a los humanos. Recuerda, no tienes a nadie, nadie te aceptará jamás como lo que eres, sólo esta voz a la cual pides a gritos que se largue estará. No eres el único, toda persona tiene esa voz que le dice qué hacer o simplemente como ser y tú, un ser despreciable también la tienes. Qué esperas, ¿no te ibas a ahogar? Volviste a coger el costal, así está mejor, vuelve a tu mediocridad y a tu mundo de basura, ha vuelto el círculo, bien sabes que sólo la muerte es aquella que te puede sacar de esto; pero hasta a ella le tienes miedo. ¿Que eres un esquizofrénico? Todo ser tiene distintos tipos de voces en su interior y ellas salen en distintos lugares y con distintas situaciones. ¿No lo crees? Mira a tu alrededor: mira a esos despojos buscando desperdicios, mira a ese hombre en su automóvil muy apresurado para llegar quién sabe dónde, mira a esa muchacha en la parte alta del acantilado mirando el mar. Todos ellos tiene un yo, un ser al que le hablan y le consultan sus temores, alegrías o dudas. Sí pues, parece que no querrás escucharme más, pero ahí estaré igual. ¿Qué haces? ¿Por qué paras de repente? Ah, ya lo vi, encontraste la cabeza de la muñeca y eso te hace sentir feliz. Sí pues, ahora podrás venderla a un mejor precio, bueno, apresúrate y sigamos dado vueltas en el mismo círculo que sólo ha de acabar con la llegada de la muerte.