OBRA DE JOVEN PINTOR PERUANO
Me envían por correo electrónico un enlace muy interesantes a las obras del pintor Iván Fernánde-Dávila, artista plástico peruano que imprime en sus obras cierta influencia surrealista y expresionista, con algunas referencias a la pintura de Sérvulo Gutiérrez y Víctor Humareda.
Si quieren apreciar algunas obras, pueden acceder a este enlace:}
Un texto de Xavier Cusquisibán ilustra parte del arte de este pintor:
De formación básicamente autodidacta, la pintura, así como la poesía, de Iván Fernández – Dávila transita por la experiencia vital. Emparentadas con el expresionismo de las Primeras Vanguardias surgido en Alemania a principios del s. XX, y recogido en nuestro país por Sérvulo, Humareda y Herskovitz, entre otros, las pinturas que nos presenta son evocaciones existencialistas abordadas con pincelada vigorosa y empastes, muchas veces agresivos, distorsionando y/u omitiendo algunos de los elementos de la composición (perspectiva, equilibrio, línea, color) a fin de marcar y priorizar la esencia de lo representado justamente a través de la fuerza de la imagen. A pesar de, o precisamente por, el ímpetu del trabajo, el color y la deformación, se percibe una suerte de lirismo pululando la pintura del autor. En los gatos compartiendo el protagonismo, o restándoselo, a las mujeres que presenta enmascaradas y ocultando, o mostrando, el rostro; en las ventanas semi abiertas o las sábanas a medio caer; encontramos la presencia de un simbolismo trasgresor de los límites meramente representativos de lo autobiográfico, simbolismo que dota de una profundidad mayor a sus pinturas. En sus imágenes se nos muestran el rezago, lo acontecido, la consecuencia, lo que quedó después de la experiencia. Hay un afán de perdurar lo efímero, de alguna manera corporizar en pigmentos el instante y hacerlo duradero, que le viene quizás de su vocación de poeta. Las habilidades y limitaciones de este joven pintor son las que forman y advierten el esbozo de un futuro y definido estilo. Se diría que el mostrar-ocultar, forma-deforma, efímero-longevo, se diría que el contraste es, básicamente, la estructura de su incipiente obra. Alejada de cualquier modismo o inmediatismo, la pintura de Fernández – Dávila, conscientemente anacrónica, se nos muestra especialmente potencial, nunca forzada, hasta ahora sincera y verdadera.