24 February 2008

DE VUELTA AL COLE


EMPIEZAN LAS CLASES

El día de hoy, en el suplemento El Dominical, el escritor Jorge Eslava escribe un artículo sobre la presencia de los profesores como personajes literarios en la narrativa. El artículo dice lo siguiente:

Muchos profesores, imaginarios o reales, han dado vida a ficciones y memorias de escritores. De nuestra literatura es conocido el perfil que hace Ciro Alegría de César Vallejo, quien fue su profesor en primero de primaria. El propio Vallejo, durante su estadía en Europa, escribió dos cuentos de ambiente escolar; en "Paco Yunque", el más difundido, la presencia del profesor es irritante. En algunos cuentos de Diez Canseco, Izquierdo Ríos, Ribeyro y Bryce reconocemos buenos y no tan buenos maestros de escuela. Una parte significativa de la obra de Vargas Llosa está referida al colegio -Los jefes, Los cachorros y La ciudad y los perros- y en ella rondan maestros de variado jaez. Un libro ejemplar es Cinco para las nueve (Alfaguara, 1996), de Alonso Cueto, en cuyos relatos encontramos una amable galería de docentes. En la literatura universal, el escritor italiano Edmondo D'Amicis encarna un caso particular por su didactismo moral. Su novela Corazón (1886) es el diario de un niño que aún conmueve a sus lectores: "Para el dictado, (el maestro) bajó del estrado e iba pasando por entre los bancos. Viendo que un chico tenía la cara enrojecida y llena de granitos paró de dictar, se le acercó, le empinó un poco la cara y lo observó atentamente; después le preguntó qué le ocurría y le puso la mano en la frente para saber si la tenía caliente. Mientras tanto, un chico se puso de pie por detrás en su banco y empezó a hacer muecas y tonterías con las manos.