EN LAS ARENAS DEL TIEMPO, DE RUDY JORDÁN
Cómo lo habíamos anunciado semanas atrás, Bizarro ediciones ha realizado en nuevo giro editorial, ampliando su línea literaria con una división encargada de publicar propuesta más frescas, lúdicas, espontáneas y originales, sin perder su carácter "bizarro" y contracultural, por supuesto. Dentro de lo mencionado se enmarca el recinte libro de narrativa homoerótica femenina Cromosoma Z, de Jennifer Thorndike, cuya presentación, el día de ayer, en el Twin Life, fue todo un éxito.
En esta ocasión, tenemos el agrado de presentar al público lector el poemario En las arenas del tiempo, del joven poeta Rudy Jordán. La obra de Jordán se ubica dentro de lo que podríamos llamar la poesía conversacional, coloquial y cotidiana, que se enlaza con la tradición poética de los años 60, sobre todo con la poesía de Antonio Cisnero. Además, a nivel temático, dialoga intertextualmente con los ejes temáticos de Constantino Kavafis, como la soledad, el paso del tiempo, la reflexión sobre la cotidianeidad y la expericiencia humana.
En la contraportada del libro, Luis Fernando Chueca afirma lo siguiente:
Fascinado con el tiempo, Rudy Jordán emprende su primer viaje de palabras. Estas aparecen, entonces, sobre el blanco del papel, dispuestas para una travesía vertiginosa. Y su escritura se marca de silencio, movimiento e inevitable soledad. ¿De qué modo asir el tiempo -parece preguntarse el autor- si los instantes se desvanecen y se rehúsan, casi, a dejar huella de su paso?
Jordán se ha impuesto esta tarea y promete, En las arenas del tiempo, llegar a buen puerto. Para partir de nuevo, por supuesto.
Los dejo con uno delos poemas del libro:
Amanecer en Grecia
En Atenas el amanecer es extraño.
Agitado,
En Atenas el amanecer es extraño.
Agitado,
un perfume erótico me ha despertado:
el sexo de afrodita.
El balcón,
apolillado y despintado,
es el lienzo que me habla con nostalgia de un glorioso pasado.
Tras el horizonte morado,
Aquiles,
¡El fiero Aquiles! ,
ha empuñado ya su espada entre los ojos
hermosos
de Héctor.
Aroma de dioses se respira en Grecia.
Ojala mañana,
¡en Santorini!,
despierte con el melodioso canto de Venus
o
el desesperado grito de Menelao.