12 September 2007

J.D. SALINGER, EL AMANTE DE LA ORINOTERAPIA


SOBRE LOS RUMORES DE UNA ANTIGUA PRÁCTICA

Hace un buen tiempo, leía en el libro de memorias El guardian de los sueños, que Margaret, la hija de Salinger, afirmaba muy suelta de huesos que su padre bebía su propia orina. En un primer momento lo tomé como una chifladera de la mujer en venganza por el mal trato del padre. Sin embargo, después de ver una conocida serie en el cable, me entero de que en México, Argentina, Venezuela y Estados Unidos existen muchas clínicas que brindan este servicio para, según ellos, detener la vejez y prolongar la juventud. Es más, ofrecen el producto citando unos versículos de la Biblia. En una página de la red, encuentro la siguiente información:

Según puede verse en algunos pasajes de la Biblia, en el Antiguo y Nuevo Testamento, se menciona al "agua de tu pozo" como una referencia a la orina, en Proverbios, Capítulo V, vers. 15 al 18.; y en el Evangelio según San Juan, al final de capítulo 7, "La promesa del agua viva". No es de extrañar esta práctica en los pueblos antiguos, tanto en oriente como en occidente, pues el uso de la orina es más extendido de lo que uno supone. Si bien en tiempos antiguos los medios de comunicación no eran como los de hoy, se tenía información de las prácticas de pueblos distantes que otros copiaban o trataban de adaptar a sus necesidades e idiosincracia por medio de viajeros que relataban todo lo visto y oído en otros sitios.

A pesar de ello, no me queda duda de que dentro de todo, la orinoterapia es una excentricidad más del autor de los Nueve cuentos.