Hace algunas semanas, mientras viajaba en taxi, escuchaba por la radio el anuncio de un nuevo programa en RPP, Mi novela favorita, en el cual el invitado especial sería Mario Vargas Llosa para comentar algunas obras de la literatura universal. Finalmente, el proyecto se ha concretado, y dentro de algunos días volveremos a escuchar en la radio, como en las viejas radionovelas, algunas historias que apasionaron a los lectores de antaño.
Con ese motivo, Maribel de Paz entrevista a Vargas Llosa sobre el proyecto radial para la revista Caretas. En el blog Zona de Noticias, podemos encontrar también la entrevista:
¿Qué personaje de radionovela consideras más memorable?
Pues la verdad yo no he oído radionovelas, a pesar de que he escrito toda una novela sobre eso, La Tía Julia y el Escribidor. Lo que sí conocí fue a gente que trabajaba en Radio Central, que era especialista en radionovelas y vecina de Radio Panamericana, donde yo trabajé en los años cincuenta. Allí conocí al que era guionista y que inspiró al personaje de Pedro Camacho, Raúl Salmón, un escritor, actor y director de teatro boliviano que llegó a ser alcalde de La Paz. Ya muchos años después he oído en la BBC de Londres unos programas extraordinarios de radioteatro, con textos escritos por dramaturgos y unas producciones magníficas.
¿Al estilo de lo que está por lanzar RPP?
Exactamente, son unos programas que sentaron una especie de modelo por la calidad de las obras que grababan y también por la calidad artística en la adaptación y en la realización. Ha sido una idea muy bonita que a mí me sedujo, la de RPP, de llevar a la radio adaptaciones de una hora de novelas de gran categoría literaria.
Pero lejos del melodrama y el culebrón de las típicas radionovelas.
Bueno, algunas son verdaderos culebrones, pero el culebrón no está en las historias, sino en el tratamiento que se les dé, porque el culebrón tiene amores imposibles, adulterios, y todo eso está en la gran literatura. Lo que diferencia al melodrama truculento de la obra maestra es el lenguaje, los diálogos, la construcción. Aquí el esfuerzo ha sido enorme para que las adaptaciones, al mismo tiempo que sean ágiles, sean fieles al espíritu de las novelas y no las banalicen, vulgaricen ni frivolicen.
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