23 October 2007

SOLIDARIDAD CONTRA LA CENSURA


EN ZONA DE NOTICIAS

Hace unos días, el poeta Paolo de Lima, en su blog Zona de Noticias, se sumó a la campaña contra la censura que emprendió una libreria local hacia el libro de un autor de Bizarro ediciones, Para tenerlos bajo llave, de Carlos Carrillo.

En los próximos días estaremos publicando nuestra carta de protesta con las firmas de escritores y artistas adherentes.

La nota dice lo siguiente:

CARLOS CARRILLO NO APTO PARA LA CASA VERDE

El sábado pasado, en un bar del concurrido barrio de Malasaña, conocido por haber sido el centro de la movida madrileña, escuchaba comentar a Carlos Torres Rotondo y Martín Rodríguez-Gaona sobre el primer libro de Carlos Carrillo (autor que yo tengo asociado a la figura de Manuel Rilo, ambos entrevistados en 1998 por Pedro Tenorio en Caretas). Ahora me entero que una reedición reciente del libro de Carrillo Para tenerlos bajo llave (Bizarro ediciones) ha sido censurada de los estantes de La casa verde por "la administradora (o dueña)" de esa librería sanisidrina, según denuncia en su weblog el narrador Max Palacios, editor de dicho sello.

Cuando Para tenerlos bajo llave se presentó en noviembre pasado en el Yacana del Centro de Lima, Iván Thays (quien denominó al volumen como un "peculiar libro de cuentos") comentó en su weblog lo siguiente: "Hace un buen tiempo leí ese libro de relatos -y alguna vez compartí una mesa redonda con el autor en la Universidad del Pacífico, creo- y me pareció un auténtico outsider, un raro (espero que no le disguste el adjetivo) de la literatura peruana, sin que eso signifique que es bueno o malo necesariamente". Por mi parte, y a raíz de dicha censura, he pedido unas líneas a Torres Rotondo, las cuales incluyo a continuación: "En un país donde la literatura fantástica es ciertamente minoritaria y ante todo objeto de estudio de investigadores, donde no se han desarrollado géneros como el policial, el horror y la ciencia ficción, la obra de Carlos Carrillo surge como una anomalía. Lovecraft, los asesinos en serie y el Metal en sus variantes más virulentas son sus principales referentes. En un medio provinciano acostumbrado a que la literatura sea una rama de la sociología, la obra de Carrillo representa un vivificante aire proveniente de la imaginación. Por eso, su censura por parte de la librería La casa verde (que para colmo toma su nombre de un burdel) no sólo es un acto hipócrita, es, me temo, apenas un mínimo síntoma de la terrible estrechez de miras que aún corroe nuestro alicaído circuito cultural. En todo caso, para el autor, esta censura es un elogio que seguro se tomará con el humor negro que lo caracteriza. Enhorabuena, Carrillo, aún hay tías a las que se puede asustar".

Finalmente, pueden leer aquí uno y dos textos del libro de Carrillo. Quizá de su propia lectura usted llegue a entender el por qué de la incomprensible actitud de la administradora (o dueña) de dicha librería (quien al parecer se ha tomado literalmente lo de Para tenerlos bajo llave). Por lo pronto, si quiere leer el libro completo, y si se encuentra por San Isidro, no hay más que pasar por El Virrey, librería ubicada en la avenida Miguel Dasso, a unos cuantos pasos de La casa verde, nombre tomado de la célebre novela de Mario Vargas Llosa. Y ya que lo menciono, no le vendría mal a la gente de La casa verde leer (o releer) su artículo "Todas Putas" sobre el libro de cuentos de Hernán Migoya, el cual sufrió también de la censura. En él, Vargas Llosa hace referencia a aquellas personas que "tienen una idea de la literatura que coincide milimétricamente con la de los regímenes autoritarios -clericales, comunistas y fascistas- para los que el quehacer literario debe ser sometido a una rigurosa censura previa a fin de impedir que ciertos textos disolventes, inmorales o violentos causen estragos en los incautos lectores, convirtiéndolos en subversivos, terroristas, asesinos y pervertidos. Detrás de esta concepción ingenua y confusa de la manera como las ficciones de la literatura influyen en la vida hay, en verdad, un miedo pánico a la libertad. Si los horrores que contienen las novelas, los poemas, los dramas y los cuentos se contagiaran a los lectores como la escarlatina, la vida habría desaparecido hace tiempo del planeta, o, por lo menos, de las sociedades ágrafas y cultas, y sólo sobrevivirían las analfabetas y bárbaras. Porque hay que haber leído muy poca o ninguna literatura para no haberse enterado de que ella está plagada de brutalidades y de sangre, de monstruos y de seres viles, de estupradores y degenerados que cometen las más abyectas fechorías. Y, por supuesto, de innumerables violaciones".

(En la foto: Carlos Torres Rotondo, Paolo de Lima y Martín Rodríoguez-Gaona, tomada de Zona de Noticias)