SOBRE SU PRÓXIMA NOVELA: UN MILLÓN DE SOLES
En el suplemento El Dominical, el día de ayer, Diego Otero entrevista al escritor peruano Jorge Eduardo Benavides sobre la inminente aparición de la novela Un millón de soles, publicada por Alfaguara. En ella se refiere a la temática de la novela y el contexto de la misma: la dictadura velasquista y su repercusión en la vida diaria de sus personajes. Los dejo con algunas de las preguntas más resaltantes:
Sabemos que la novela se inicia con la caída del primer Gobierno de Belaunde. También que de alguna manera gira en torno al velascato. ¿Qué había en ese específico contexto histórico que te interesó tanto narrar?, ¿funciona acaso esa época como un reflejo o un resorte de las cosas que suceden en el Perú -en la Latinoamérica- de hoy?
-Sí, precisamente lo que me interesó de esa época era rastrear la génesis de la situación política y social actual, no sólo en el Perú, sino en Latinoamérica. Aunque el contexto de la novela es la dictadura militar, en realidad lo que me pareció fascinante es la venalidad y la laxitud moral de muchos de aquellos intelectuales que se vendieron tan rápidamente a la dictadura y que luego, con el correr de los años, se fueron reciclando en demócratas advenedizos. Gran parte de nuestra política actual, de nuestra sociedad actual, se debe a esa revolución que cambió el rumbo de nuestra historia en muchos aspectos. Digamos que pasamos de guatemala a guatepeor, que es un deporte al que los peruanos nos hemos entregado con tradicional entusiasmo.
¿Se trata de una novela que intenta ser fiel a ese episodio histórico, o parte de él para construir un universo ficticio, regido por algún interés narrativo más específico y personal?
-Es una novela que utiliza como punto de partida la realidad, pero al final es una novela, está construida sin perder de vista que es una ficción, que los personajes son trasuntos de los reales y que las situaciones también son muy parecidas a las situaciones reales en las que se basan, pero nadie debería leerla como un libro histórico. Me pareció una etapa muy fértil literariamente: una dictadura esperpéntica, ni de izquierdas ni de derechas sino todo lo contrario, llena de contradicciones y situaciones rocambolescas, a tal punto que mientras investigaba me iba diciendo que era imposible narrar todo aquello sin que los lectores pensaran que se trataba de realismo mágico: esto es realismo trágico, me dije.
¿Cómo has trabajado para construir al General Juan Nolasco?, ¿has recurrido a fuentes bibliográficas, a algún trabajo de investigación en particular, o has tallado al personaje más desde un ámbito ficcional o especulativo?
-Esta es la novela en la que me más me he documentado: durante tres años husmeé en bibliotecas de Lima, Madrid y Nueva York, en cuanta hemeroteca encontraba... aprovechando sobre todo mis viajes a Lima. Hice muchas entrevistas y averigué absolutamente todo lo que pude sobre aquel periodo de nuestra historia. Sin lugar a dudas las crónicas de Thorndike y de Baella Tuesta me han servido de manera fundamental, porque aportan datos muy jugosos, pero también toda la prensa de la época, que ningún peruano debería dejar de leer cada vez que le cruce por la cabeza votar por Humala.