31 August 2007

ENTREVISTA A ANDREA CABEL


EN EL DIARIO CORREO

En la sección cultural del diario Correo, Carlos Sotomayor realiza una entrevista a la poeta Andrea cabel, sobre la publicación del poemario Las falsas actitudes del agua. Los dejo con algunas preguntas:

En el libro percibo una variedad de voces que van desde la nostalgia, el despecho, la tristeza...

-Sí, pero no solamente existen estas voces, como bien has dicho, existe una variedad de voces y sensaciones a través de ellas. También existe calma. En esta segunda edición existe una isla que da calma y en ella se forjan nuevas fortalezas, nuevas soledades, nuevos reencuentros. La nostalgia es un sentimiento natural al que me voy acostumbrando poco a poco; ya no me causa pavor extrañar tanto. Las distancias se encogen cuando se piensa más despacio, y la poesía ayuda bastante.

Un elemento protagónico del libro es el lenguaje.

-El lenguaje, sin duda, es el protagonista de la obra, de mi vida, del mundo. Sin el lenguaje nada existiría, ni siquiera las emociones podrían materializarse. En mi libro, y en mi poética, intento trabajarlo de una manera bastante personal. Juego con él, aunque pueda sonar redundante. A veces se puede pensar que el lenguaje te mira; el problema es cómo le sostienes la mirada. Ahí llega la poesía también.

Zurita destaca la unidad del libro. ¿Cómo así decides afrontar el poemario de esa manera?

-El poemario fue creado con la intención de mantener una unidad, un hilo conductor que mantenga no sólo las temáticas, sino también las voces que se intercalan en los poemas fijos, sin perderse entre ellos. Me interesa que el libro sea un “todo” orgánico, capaz de mantenerse en pie por sí mismo. Siempre existe una intención de “orden” en los libros; aunque sea un orden subjetivo, personal, aleatorio, siempre existe.

En otra oportunidad me comentaste tu predilección por Egon Schiele. ¿Qué tan importante es la plástica en tu poesía?

-La plástica me da caminos para poder sustentar imágenes que tengo y que muchas veces no sé plasmar en palabras. Me da sensaciones fuera de contextos fijos. La plástica me transporta y me obliga a repensar las cosas muchas veces, muchas. La pintura trabaja con la materia física, quizás por eso podría ser más asequible a los ojos, a las manos, a todo aquello que nos obligue a entrar en la disyuntiva de realidad y ficción.