SOBRE JORGE EDUARDO EIELSON
En la sección cultural de Perú 21, Gonzalo Pajares realiza una interesante entrevista a Luis Rebaza, uno de los máximos estudios de la obra de Jorge Eduardo Eielson. La entrevista revista especial interés dado que en ella Rebaza analiza la labor artística y académica de Eielson y su trabajo creativo para reformular los aportes de las culturas precolombinas. Los dejo con algunas preguntas:
¿Cómo entendía Eielson el arte?
Como los griegos, como creación.
¿Era un teórico, un erudito o su creación artística era instintiva?
De instintivo, en todo su grupo -integrado por Javier Sologuren, Sebastián Salazar Bondy, Fernando de Szyszlo, Blanca Varela y él- no había nada. Desde sus maestros -Westphalen y Arguedas-, todo era sistematizado, estudiado. Westphalen era un teórico del arte y Arguedas un antropólogo. Este acercamiento antropológico -y hasta arqueológico- al arte es lo que ellos aplicaron. Eielson profundiza este estudio. Sus cuatro ensayos sobre el Perú precolombino así lo demuestran.
¿Cuál fue su praxis?
Bueno, Eielson entiende que hacer arte en el Perú significa trabajar con el legado artístico nativo. Intuye, además, que el artista no puede estar solo en un lugar, tiene que moverse en más de una cultura y por más de una época. Por eso, él pasa de lo precolombino a lo moderno, de lo andino a lo europeo, o de lo andino a lo afroperuano. Sin embargo, su particularidad es que asume al artista como chamán, como un terapeuta. Alguien que trasciende la realidad, que contribuye a curar, a solucionar problemas existenciales, cósmicos, que explora lo que algunos llaman espíritu, alma o subconsciente. Este es su rol social, necesario para acceder a un nivel más alto de humanidad, no necesariamente divino. Por ejemplo, para él, Chavín era una religión y no una cultura, porque su lenguaje simbólico abarcó todo el Perú.
¿Cómo unió su amor por el arte primitivo y su interés por la vanguardia?
Las vanguardias históricas se dirigen al pasado buscando algo primigenio, básico, inicial. Eielson y De Szyszlo entraron en esta discusión y, en lugar de irse a África y Medio Oriente (como hicieron los cubistas), miraron al Perú, en busca de una mente abstracta que proponga no solo una manera de hacer arte sino, también, una forma distinta de entenderla. Lo que hace Eielson es, desde la estética contemporánea, ver el pasado y entenderlo. Por eso ya no busca lo geométrico sino un elemento constructor: el tejido, y un elemento constructivo: el nudo. En la historia del arte peruano, él habla no de pincel y pintura, sino de textiles.
(En la foto: Luis Rebaza, tomada de Perú 21)