Encuentro en la version on-line del Nuevo Herald de Miami un artículo dele scritor peruano Paul Alonso sobre dos importantes artistas de nuestro medio: Christian Bendayán y Superchaco. Los dejo con el artículo:
Arte peruano joven: Superchaco y Bendayán
PAUL ALONSO
Especial/El Nuevo Herald
El Perú actual no se puede entender sin la ubicua cultura popular y el reciclaje que de esto hacen los artistas. Fernando Gutiérrez ''Huanchaco'' (Lima, 1978) y Christian Bendayán (Iquitos, 1973) son dos de los exponentes peruanos más talentosos que han surgido en la última década. El primero establece un diálogo con el cómic y un lúdico mundo de rasgos infantiles, pero desencantados. El segundo es un expresionista consumado que se sumerge en la realidad para impactar al espectador. Ambos hablan de manera crítica sobre la identidad.
SUPERCHACO: UN ANTIHEROE EN LIMA
Superchaco es un tipo que un día decide ponerse una capa, un disfraz y convertirse en superhéroe. Pero no tiene ningún tipo de poder sobrenatural, quizá tan solo la astucia criolla y la necesidad de lucrar con la insatisfacción de la gente. Aparece en el escenario perfecto: Ciudad Caótica, Lima, Perú. Los servicios de transporte público, los mercados populares, las cantinas, las calles descaradas, los set de televisión se convierten en los espacios donde Superchaco descubre su poder: es un personaje. Y entonces decide ganarse la vida como tal. Produce camisetas con su logo, cervezas y cereales con su marca, y toda una variada gama de souvenirs. Se transforma en un mercachifle de ilusiones.
''Toda la concepción tiene que ver con la mediocridad y el desempleo. Superchaco se aprovecha de que en este país la gente siempre cree que alguien le va a solucionar sus problemas. Cuando ven que hay un héroe que los va a ayudar se sienten contentos y él juega con eso para vender sus productos. Pero a Superchaco no le interesa ayudar a nadie más que a sí mismo'', dice el creador de este personaje.
Fernando Gutiérrez ''Huanchaco'' ha desarrollado en torno a su alter ego un mundo imaginario amplio. Y es que a Superchaco se le han sumado una variopinta fauna de personajes improbables quienes son sus compinches o adversarios. Gutiérrez reconoce su deuda con el arte del cómic y con las manifestaciones urbanas que uno puede ver a diario en Lima. La informalidad, los espacios populares, la discriminación, la politiquería y el oportunismo que tiñen la vida cotidiana. Desde una visión crítica, el artista ha trabajado durante más de siete años este universo, compuesto por pinturas, esculturas, serigrafías, cortometrajes, instalaciones y ahora prepara dos libros de cómic sobre las aventuras de Superchaco, con lo que quizá cierre el período de este entrañable y sintomático
personaje.
Es difícil obviar la relación vital que establece el artista con su obra. Gutiérrez suele ponerse una capa y un disfraz, y se inserta en los espacios limeños que Superchaco frecuenta. Toma fotografías de sus incursiones, a partir de las cuales trabaja sus obras. Desde su creación, Superchaco captó la atención de un público joven ávido por ver imágenes fuera del circuito academicista del arte local. Pero no todo el mundo lo recibió bien. En la facultad de arte donde Gutiérrez estudiaba le pusieron más de una traba para seguir con su proyecto creativo. Esto se debía a su interdisciplinariedad de registros, eclecticismo y demás elementos que lo alejaban de las estéticas preponderantes y estáticas. También le dijeron que su obra no tenía mercado: ¿quién pondría una escultura o cuadro de Superchaco en su sala? Pero el artista persistió en su proyecto. Tras haber ganado varios premios, en el año 2006 Huanchaco expuso en la galería de arte Lucía De la Puente, una de las más prestigiosas de Lima. Vendió absolutamente todo.
BENDAYAN: EXPRESIONISMO Y CULTURA POPULAR
Christian Bendayán ha vivido la mayor parte de su vida en Lima, pero nació en la selvática ciudad de Iquitos, donde asegura que ''aprendió a ver''. La selva peruana es un lugar de colores chirriantes, abrumadores escenarios que fácilmente pueden llevar al espectador a las preguntas celestes y sensaciones oníricas. Desde un perspectiva que juega con lo kitsch y lo chicha, Bendayán se quedó con aquellos colores intensos y los fundió con un expresionismo sin concesiones. Este estilo se volvió peculiar al ser plasmado sobre una emergente cultura popular peruana, a veces marginal, pero a menudo devastadoramente honesta.
Autodidacta en las artes, las primeras representaciones de Bendayán que llamaron la atención fueron sus travestis. Estos personajes salen de un espacio que considera especialmente simbólico en la periferia urbana popular: la peluquería de barrio. Para el artista, este era un lugar desde donde se podía comenzar a pensar el tema de la identidad --ya sea nacional, local, de género.
''En 1998, hice una muestra llamada Corazón Berraco, que inserta temas urbanos globalizando todo lo que es el Perú. Pero no quedé contento. Y decidí radicalizar el lado regionalista de mi obra, algo un poco descabellado en esos años. Entonces, comencé un proyecto que dura hasta ahora: un realismo que combina técnicas clásicas y callejeras, temáticas que van desde lo religioso hasta lo más pagano'', dice Bendayán.
Y entonces también asumió a la ciudad de Iquitos como su fuente más cargada y poderosa en cuanto a cultura popular peruana. ''Tiene un lado que se ha desarrollado imitando patrones limeños y se puede ver en muchas discotecas y espacios públicos. Gente que quiere ser limeña. Es un lado aburrido. Por el contrario, también encuentras un mundo auténtico donde la gente trata de verse como quiere verse. Es allí donde ubico a los travestis, quienes se maquillan y arreglan según su gusto, como se sienten más bellos'', sentencia el artista.
Aunque la temática de Bendayán es amplia y sus personajes no se reducen al travesti, este quizá ha quedado condensado como el símbolo de este período de su obra. Quizá porque se acercaba de una manera más inequívoca a cuestionar el bizarro e imposible tema de la identidad peruana. Y quizá también porque se alejaba de todas aquellas imágenes idealizadas de lo marginal y silenciado. Imágenes permitidas e importadas que reducían las prácticas corporales no hegemónicas a una afectación anglosajonamente gay. Pues Bendayán introdujo al travesti de la calle y lo puso al costado de un cuadro de Szyszlo. Y dice: ``En este camino, mis mayores referentes siempre han sido el arte rechazado, los anónimos, los que se han construido a partir de la
negación''.
NUEVOS CAMINOS
El circuito del arte peruano joven ha estado bastante viejo y conservador por un buen tiempo. Quizá porque había una dictadura. Quizá porque algo se quebró en los noventa y nadie sabía como restablecerlo. Pero es indudable que en estos últimos años de torpe democracia algunos jóvenes artistas, intelectuales, periodistas y escritores peruanos han asumido que es el momento de intentar mirar críticamente de nuevo. Y también con humor y sarcasmo: una aproximación honesta, arriesgada y provocadora. Porque el riesgo es un rasgo indeclinable del arte que perdura. Bendayán y Huanchaco lo saben.