ESCRITOR PERUANO CONCEDE ENTREVISTA A CARETAS
Como lo hace notar Gustavo Faverón en su blog, en la revista Caretas del día de hoy aparece una curiosa entrevista a Alfredo Bryce Echenique, en la cual se refiere al escándalo que ha protagonizado en las últimas semanas al ser acusado de plagiario de diversos artículos periodísticos y literarios. Los dejo con las preguntas más controvertidas.
Por: Maribel de Paz
–Con el primer caso, el del embajador, usted dijo que su secretaria se había equivocado...
–Sí, sí, sí. Eso no es verdad, mi secretaria era yo. Claro, pero es que me desconcerté, porque yo no tengo ese material acá.
–Ahora cree que no se equivocó. Entonces ese texto no era parte de ninguna bibliografía, como usted decía.
–Todo eso me lo inventé porque estuve aturdido, pero cuando salen dos, tres, cuatro, yo digo “no puedo haber cometido ocho errores porque entonces estoy para una casa de ancianos”. Para darme un poquito de importancia dije que fue mi secretaria. Mira, ahora estoy en los títulos de otro libro que se llama “Historietas y Cualquiercosarios”: “Cesítar o la historieta de un tamañito” y también “Augusto o la historieta de un estreñimiento”. Cualquiercosarios son los que son cualquier cosa menos algo, y entre ellos tengo a Alonso Alegría, que no es nada al lado del padre. Y ahí también estoy plagiando a Gregorio Marañón.
–¿Le parece vil el periodismo peruano?
–No, no es el periodismo, es la mezcla de lector-periodista. Pero soy optimista con el Perú. Tuve un primer retorno frustrado y me fui enfermo de tristeza. Llegué en un mal momento, justo el final de Fujimori. Desarrollé una paranoia a todo. Muchas cosas me agredían, la fealdad de muchos sitios. Fue una espiral de locura y terminé en un hospital en Barcelona. Huía, huía, la paranoia estaba dentro de mí, la llevaba por donde iba, el Perú me perseguía por todos lados. Rodrich ya se insinuaba detrás de una puerta, ja, ja. Pasé una temporada en un hospital psiquiátrico atado en un calabozo o algo así. Y pastillas e inyecciones y calmantes y quitarte la copa por completo.
–Con un síndrome de abstinencia espantoso, me imagino.
–Brutal. Brutal. Sin embargo, la recuperación fue impresionante. Fue en una psicoclínica en las afueras de Barcelona. Un manicomio. Un sitio entretenidísimo.
–No faltará quien piense que usted no se ha terminado de curar y en realidad esto de los plagios es parte de su locura.
–Bueno, yo te voy a decir que sí, eso lo ha pensado alguna gente. Yo lo he rechazado profundamente porque soy una persona que hace todo con un método maniático en mis horarios y mis cosas. O sea, que no me voy en olor de santidad, pero sí de literatura. Y me voy contento aunque, como dicen los mexicanos, no soy monedita de oro para gustarle a toda la gente.
–Ahora bien, Cecilia Valenzuela dice que también la “plagió” a ella.
–Ja, ja. La Chichi es una gran amiga.
–Ella dice que fue más que eso.
–¿Ah, sí? Estoy muy viejo, tengo derecho a perder la memoria.
(Foto tomada de Caretas)