Este fin de semana, por motivos familiares, estuve en Chiclayo. Lamentablemente, todos mis amigos estaban fuera de la ciudad, pero eso me permitió estar cerca de la familia, dejar a un lado las libaciones a Dionisios y poder disfrutar de la sabrosa y exquisita comida chiclayana que, sin temor a equivocarme, es una de las mejores, por no decir la mejor, del norte del país.
Empecé en casa de un familiar, en la mañana, que me ofreció como desayuno unos Chicharrones con salsa criolla y yucas. Poco después, enrumbe con un primo al popular Nativo, una cebichería del Mercado Central de Chiclayo que es una institucion en mi ciudad natal. Pedimos un cebiche de toyo con una botella de chicha de jora bien macerada. En la tarde, fuimos a terminar de almorzar a La Ñusta, un restaurante especializado en la preparación del Arroz con pato. Ordenamos un Chinguirito y una Tortilla de raya. Ya en la noche, en casa me recibieron con lo que quedaba del Arroz con pato del almuerzo.
Hace unos años, hubo en Chiclayo un congreso de literatura peruana última, al cual asistieron Domingo de Ramos, Miguel Ildefonso, Víctor Coral, Carlos García Miranda, Javier Arévalo, Jorge Coaguila, Manuel Rilo, Héctor Ñaupari, Miguel Maguiño, entre otros invitados, y la verdad la mayor parte del tiempo la pasamos más en los restaurantes y bares de la ciudad que en el congreso mismo. La única actividad a la que asistieron todos fue a la visita guiada al Museo Tumbas Reales de Sipan, en la que todos estaban macerados en cerveza y chicha de jora. Un dia memorable para todos los que asistimos a ese congreso.