26 October 2006


APAGON GENERAL

El ultimo martes, a eso de las 7:30, en algunos distritos de la gran Lima se produjo un apagón general que sumió en las sombras a distritos como Miraflores, Surquillo, Barranco y parte de Surco. Estaba a punto de salir de mi casa y cuando estuve en la calle, caminando por toda la avenida Larco pude observar a toda la gente que corría presurosa a ocultarse a sus casas: toda esa imagen me hizo recordar los años de violencia terrorista que vivió el país por el fanatismo senderista.

Llegué hasta Larco con Tarata y pude recordar el cobarde ataque que sufrió uno de los edificios de esta tradiconal calle miraflorina (Algunos cobardes afirmaron por aquel entonces que, por fin, los "pitucos" sentían lo que era el terror). Me comentaron por aquella época que el coche bomba estaba destinado a la sucursal del Banco de Crédito de Larco con Shell, pero que por un error de cálculo el vehículo explotó en Tarata. Si aceptamos ese argumento, tendremos que aceptar también que por un error de cálculo murieron también 70 mil personas, desaparecieron algo de 5 mil ciudadanos y el Perú sufrió una perdida de 40 mil millones de dólares por culpa de la enfermiza "lucha armada" que emprendieron los senderistas y emerretista.

Todo esto nos sirve de reflexión para poner las cosas en su lugar y cerra filas contra aquellos que quieren ver los años de salvajismo terrorista como una "insurreción popular" o una "guerra interna". Ni insurrección popular, ni guerra interna, señores. Lo que se desató fue una guerra sucia, enferma, salvaje y genocida, tanto por parte de Sendero Luminoso y del MRTA como por las fuerzas del orden. Ni olvido, ni perdón. Todos aquellos criminales del conflicto tienen que pagar por sus delitos. Lo peor que puede hacer la sociedad peruana es caer en el olvido y la amnesia colectiva como suele suceder siempre con nuestra historia. Allá aquellos que quieren maquillar la violencia terrorista y presentarla como una insurreción popular. Nosotros, desde esta humilde "trinchera" no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante la impunidad y el olvido y debemos denunciar aquellos actos de encubrimiento y complicidad que tanto daño le hacen al país.