Hace unos días leí en el blog de Gustavo Faverón un post sobre una faceta de hemingway desconocida: la de criminal de guerra. La nota dice lo siguiente:
"En el último libro del periodista alemán Rainer Schmitz hay un capítulo dedicado a Ernest Hemingway. Su contenido no es para pasarlo por alto: mostrando documentos --entre ellos una carta escrita por Hemingway a un amigo suyo profesor de Cornell University--, Schmitz afirma que es altamente posible que Ernest Hemingway fuera un criminal de guerra. Y uno temible.
La carta lo dice textualmente: "he hecho el cálculo y puedo decir con precisión que he matado a ciento veintidós prisioneros". Hemingway se refiere a soldados alemanes cautivos de las tropas americanas en 1944. Prisioneros ejecutados por Hemingway sin ningún tipo de proceso previo".
Por otro lado, en el blog de Ivan Thays, se puede leer lo siguiente con respecto al tema:
Al parecer, Hemingway habría escrito una serie de cartas en la que se refería a los crímenes que cometió durante la guerra. Según sus propios cálculos, habrían llegado a 122 los prisioneros alemanes a los que asesinó a sangre fría. Algunos fragmentos de las cartas pueden resultar espeluznantes, si se comprobasen que no son solo una bravuconada: "Una vez maté a un kraut de las SS particularmente descarado. Cuando le advertí que lo mataría si no abandonaba sus propósitos de fuga, el tipo me respondió: Tú no me matarás, porque tienes miedo de hacerlo y porque perteneces a una raza de bastardos degenerados. Y además, sería una violación de la Convención de Ginebra. Te equivocas, hermano, le dije. Y disparé tres veces, apuntando a su estómago. Cuando cayó, le disparé a la cabeza. El cerebro le salió por la boca o por la nariz, creo".
La verdad, el contenido de las cartas es verdaderamente espeluznante, pero atendiendo al carácter mitómano de Hemingway podemos considerar éstas como parte de su capacidad de ficcionalización acerca de su experiencia en la guerra. Precisamente, ese carácter mitómano de la personalidad de Hemingway le permitió escribir sus primeras novelas sobre la guerra, como Adios a las armas y, posteriormente, ¿Por quién doblan las campanas? Hace unas semanas dije que prefería las biografías de Hemingway a sus novelas, debido al poder novelesco que tienen estas biografías. He leído unas cinco biografías de este autor y la mayoría de sus biografos coinciden en destacar este carácter mitómano del escritor, que se fortaleció apenas llegó de la guerra condecorado con una medalla al valor por haber salvado a un compañero en el campo de batalla.
Sea verdad o no lo que dicen las cartas en mención, es una oportunidad para reflexionar sobre el carácter ficcionalizado que pueden tener las memorias, autobiografías, diarios, correspondencia de los escritores, hasta que punto separar la realidad de la ficción.
(En la foto: Hemingway recien llegado de la Primera Gran Guerra)
1 comment:
No creo que sea malo que sugieras (transcribas) los post del sr. faverón o del otro... pero, como a muchos de tus alumnos, creo que nos sería agradable leer tus propias opiniones respecto a los temas que tratas. No lo tomes a mal por favor, es sólo que, al menos a mí, me gustaría disfrutar más de tu prosa.
Saludos
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