15 January 2008

SOBRE LA NECESIDAD DE LEER BIEN


UN ALEGATO EN FAVOR DE LA LECTURA

Después de algunos días de vacaciones y descanso, leo con mucho agrado la interesante discusión que se he generado en algunos blogs sobre la necesidad de la lectura y la presencia de la crítica académica. Todo empezó con un post de Iván Thays sobre algunas declaraciones del escritor Jonathan Franzen en torno a la actividad de los bloggers en el mundo cultural, calificando a estos últimos de "gritones incompetentes". Días después, no se hizo esperar la opinión de Gustavo Faverón sobre la función de los blogs en un medio tan fragil y desinformado como el peruano, realizando una suerte de balance sobre la actividad de algunos blogs frecuentados por los lectores del ciberespacio.

Posteriormente, en un nuevo post, Gustavo, acertadamente, plantea no solo la necesidad de estar bien informado, sino que aquellas lecturas que formen el marco académico de los intelectuales tienen que ser reflexivas, sustanciales, profundas y cuestionadoras, sin caer en el "facilismo intelectual" y el "desprecio por el academicismo". Asimismo, propone dejar atrás la dicotomía de "oscuridad académica e intelectual" y "facilismo cultural accesible". Ante ello, surge la pregunta: ¿Cómo poder conciliar ambas vertientes?

En realidad, tenemos que diferenciar los tipos de lectores a los cuales nos dirigimos: el lector acostumbrado a aquella literatura de divulgación, para el cual el lenguaje tiene que ser claro y sencillo; y el lector culto, el cual está acostumbrado a digerir aquellas lecturas densas y complejas que caracterizan el ámbito académico e intelectual. Dependiento de qué tipo de lector-receptor estamos hablando para poder elaborar el mensaje que se envía. Ahora, ¿debemos conformarnos con que el lector común solo lea literatura de divulgación? La respuesta es no, se debe encontrar la forma de elaborar un discursos sencillo, sin que se pierda la profundidad y capacidad reflexiva del mismo. Oscuridad no significa profundidad, decía el gran Schopenhauer.

¿Somos los peruanos menos capaces para leer al Foucault, Derridá, Habermas o Zizek que los franceses, alemanes o checoslovacos? La verdad, sin ánimo de caer en pesimismos trasnochados, millones de peruanos ni siquiera han leído la obra de Eguren, Vallejo, González Prada o Mariátegui, por citar lecturas escolares. ¿Debemos quedarnos en esta situación? Evidentemente que no. Se debe empezar con una política agresiva de lectura a nivel de los colegios, para después aspirar a que nuestros estudiantes lleguen en mejores condiciones a las universidades peruanas. No puedo exigirle a un estudiante que comprenda en la universidad El Anti-Edipo de Deleuze cuando en su etapa escolar ni siquiera accedió a la lectura crítica de González Prada o Mariátegui. Así como hace décadas sinceramos nuestra economía, debemos sincerar nuestra situación cultural en los niveles primarios, secundarios y universitarios. Creo que eso sería un buen inicio.