EN PERÚ 21
En la sección cultural de Perú 21, el día de hoy, Gonzalo Pajares entrevista a Jorge Eduardo Benavides con ocasión de la aparición de la novela Un millon de soles (Alfaguara, 2007). La entrevista gira en torno al tema del poder en el velascato y el modelo vargallosiano que asume Benavides en la novela:
¿Por qué le seduce el poder como tema novelesco?
Siempre me interesó la política. Nuestra sociedad es altamente politizada, pues hasta los taxistas te hacen un análisis político. Además, viví una época muy dura, que fue la del primer gobierno de Alan García. Al hacer Los años inútiles, que aborda el gobierno de García, me di cuenta de que tenía que escribir una novela sobre los años iniciales de Fujimori (El año que rompí contigo) y, de allí, fue natural trasladarme al velascato con Un millón de soles.
¿Es una manera de explicarse el país?
Exacto. Por ello, me planteé esta trilogía. Yo siempre digo que mis novelas no son históricas sino de política-ficción.
Escribiendo estos libros, ¿qué ha descubierto del Perú?
Usaré una frase de Alfredo Bryce, quien declaró que para escribir Un mundo para Julius leyó todo sobre los niños y, al final, descubrió que no sabía nada de ellos. Quizás la única conclusión que tengo es que somos una sociedad vertical que exige autoritarismo, que exige y necesita líderes, pero en un sentido preocupante: aquellos entendidos como una contraparte del civismo, que usan 'la mano dura'.
Siendo abogado, ¿por qué optó por la literatura para hacer este análisis de la sociedad peruana?
La literatura permite especular y fantasear con absoluta libertad. La política es un desencanto. En cambio, la literatura posibilita crear un universo modelo, donde están nuestras preocupaciones sin el desaliento del mero y frío análisis político, sociológico, etcétera.
Usted ha sido emparentado, por técnica y temas, con Vargas Llosa.
Es inevitable. Somos peruanos, somos arequipeños, nuestras novelas son políticas. Pero, en América Latina abundan las novelas sobre dictaduras y el poder. Yo creo que en el Perú no hay tantas novelas que aborden estos temas de manera tan directa como hemos hecho Vargas Llosa y yo. A iguales propósitos, similares formas.
¿Siente que su universo y el de Vargas Llosa se confunden porque ambos abordan la miseria humana, social y política que nos rodea?
Correcto. La libertad que te da la literatura está en que uno no tiene que rendirle cuenta a nadie más que al lector y a la persuasión con la que se escribe el libro. Cuando uno lee la prensa del velascato se da cuenta del enorme nivel de abyección al que llegaron nuestros políticos y nuestros intelectuales. Lo mismo pasó con Alan García y Fujimori.