26 November 2007

PLANAS Y FAVERÓN SOBRE "LA CUARTA ESPADA"


DEBATE SOBRE OBRA DE RONCAGLIOLO

El día de ayer, en el suplemento El dominical de El Comercio apareció una reseña de Enrique Planas sobre el último libro de Santiago Roncagliolo, La cuarta espada, en respuesta a las críticas que el texto ha recibido en diferentes medios peruanos. En algunos párrafos de la reseña se menciona lo siguiente:

Antes de que los lectores limeños se hayan dado el trabajo de Leer "La cuarta espada", el libro-reportaje de Santiago Roncagliolo, ya los blogs encendían sus hogueras y no pocos críticos adelantaban juicios citando frases fuera de contexto. Dos de ellas, creo, se han convertido en una especie de lugar común para todos los que se animaron a subirse al carro de la desaprobación contra el celebradísimo ganador del Premio Alfaguara por "Abril Rojo" y hoy considerado como "frívolo" y "superficial" por el libro editado por Debate. La primera tiene que ver con el hecho de comparar la fe de un militante senderista con la fidelidad de Luke Skywalker con la "Fuerza", esa religiosidad ambigua ideada por George Lucas. La otra, por una confesión de parte que hace Roncagliolo en las primeras páginas del libro, donde señala que si le ofreció a Abimael Guzmán como tema de un reportaje al editor del Diario El País fue especialmente por dinero. Con ello, todos los celosos guardianes de la dignidad periodística han dejado oír sus gritos pidiendo quemar al hereje.

Y sin embargo, después de leer este asedio de Roncagliolo a la figura del líder de las huestes senderistas, han sido estas dos criticadas líneas las que me convencen de las virtudes de un libro que, eso sí, no se debe a un público de especialistas. La primera, la presencia pop de la adolescente Star Wars tiene más que ver con una descalificación del marxismo-leninismo como ideología, una última burla para un modelo tan ficticio como una ópera espacial. Un Jedi no frivoliza el tema de la violencia política, sino que revela la posición del autor frente a una creencia llevada al límite por el fundamentalismo de Guzmán, y fácilmente absorbida por sus espongiarias huestes en busca de una iluminación y una utopía. Y es en este tema donde Roncagliolo muestra su voz más alarmada, sobretodo cuando alerta: "En el Perú, los gobernantes nunca han entendido el poder de la educación. Como es abstracta, invisible, siempre la han despreciado. Pero algún día, alguien tendrá que explicar por qué el grupo más sanguinario de nuestra historia estuvo dirigido por maestros".

Despues de leer la reseña de Enrique Planas, Gustavo Faverón a ensayado una respuesta en su blog, en donde se perfilan las siguientes ideas:

El comentario de Planas parece escrito con la cuarta espada en una mano y una bola de cristal en la otra. La bola le permite, por ejemplo, decir qué críticos han leído el libro y qué críticos no lo han leído antes de comentarlo, aunque olvida mencionar a los críticos a los que quiere aludir.

Es especialmente divertida la observación de Planas acerca de los bloggers que critican a Roncagliolo sin leer el libro completo, descontextualizándolo. Es divertida porque nada en el artículo de Planas va más allá de los temas que esos bloggers innombrados hicieron notar en sus comentarios --cierto que Planas alude a ello para desmentirlo--, de modo que difícilmente podría uno saber si Planas comete o no el pecado que cree descubrir en los demás. Pero ese, claro, no es el tema.

Sobre todo, la afirmación es divertida porque pareciera que el reseñador no ha notado que el libro de Roncagliolo tiene varias decenas de páginas dedicadas a hacer papilla al marxismo y al maoísmo pero --curiosidad de curiosidades-- su bibliografía, que no enumera un sólo libro de Marx, menciona apenas uno de Mao. ¿Se han fijado en cuál? Les cuento: Quotations from Chairman Mao. Es decir, no un libro de Mao sino un libro de citas de Mao, un compendio oficiosamente publicado por el gobierno chino para solaz de sus prosélitos, pero que ningún ensayista serio puede tomar como volumen de consulta.

....

Quien quiera hacerse una idea del perfil intelectual y psicológico de Abimael Guzmán lo puede hacer mejor, por ejemplo, leyendo el libro del periodista Simon Strong, con entrevistas a sus familiares, datos investigados de primera mano sobre la infancia de Guzmán, su trato dentro de Sendero Luminoso, su relación con otros intelectuales de la época, los rastros de su trabajo académico que pervivieron en su proyecto genocida, etc.

Y no menciono a Strong porque el suyo sea el libro más novedoso (es ya un libro viejo, más bien), ni el mejor sobre el tema de Sendero Luminoso (lo mejor, junto a los libros de Degregori, son las dos antologías editadas, respectivamente, por David Scott Palmer y Steve J. Stern, obviamente ausentes en la bibliografía de La cuarta espada): lo menciono sólo porque Strong también es un periodista, del New York Times, y su libro fue asimismo concebido a partir de un reportaje de encargo.Y no por ser periodístico es una simplificación, ni una caricatura de la historia, ni una versión esquematizada al supuesto gusto de las grandes masas lectoras. Porque cualquier periodista responsable sabe que su público no necesita simplificaciones, sino claridad: el mérito de la crónica y la divulgación no está en obviar las dificultades o deshacerlas o evadirlas: su mérito está en enfrentarlas y hacerlas comprensibles.

Una investigación solvente, por ejemplo, habría evitado que Roncagliolo escribiera esta frase: "algún día, alguien tendrá que explicar por qué el grupo más sanguinario de nuestra historia estuvo dirigido por maestros". Y habría evitado que Planas citara esa frase como si se tratara de un hallazgo decisivo, uno de los grandes dedos sobre la llaga de La cuarta espada. Porque, para información de Planas y Roncagliolo, debo decir que Carlos Iván Degregoriya escribió largamente sobre ese asunto, y lo hizo hace varios años, y otros han respondido a sus hipótesis, y las han reformulado. Y venir a decir de buenas a primera que alguien debería interesarse sobre el tema y estudiarlo es desconocer el trabajo de Degregrori y los otros por completo.