17 May 2007

FITZGERALD-HEMINGWAY


MÁS ALLA DE LA AMISTAD

Cuando era muchacho, pasé mucho tiempo investigando sobre lo que verdaderamente pasó durante el encuentro en París entre Fitzgerald y Hemingway. El libro que todos teníamos a la mano por aquella época era París era una fiesta, en la edición de tapa dura de Oveja Negra. Leí de un solo tirón el pequeño libro y no me quedé muy satisfecho con la impresión que el autor de Fiesta hizo sobre Scott. Debo confesar, para ser sinceros, que yo me sentía más cercano a Fitzgeral que a Ernest, pero, aún así, el testimonio que hace Hemingway de aquella época me pareció totalmente injusto.

Con el tiempo, después de leer algunas biografías de ambos escritores, he llegado a la conclusión de que, efectivamente, Ernest nunca le perdonó a Scott el hecho de que el autor de El gran Gatsby le restregara en la cara el éxito y la fama que había alcanzado cuando el primero todavía era un joven y pobre escritor en París. Todo esto viene al caso porque después de algunos días, he terminado la relectura de París no se acaba nunca, que en muchos casos ha sido iluminadora (leída con alguna premura años atrás). En dicha novela, Vila-Matas también reflexiona sobre el encuentro de estos dos grandes escritores, para afirmar que esta clase de encuentros nunca terminan bien; ya sea por los egos literarios que se ponen en juego, o porque ninguno de los dos terminó aprendiendo nada del otro. Lo que sí afirma Vila-Matas es que ese encuentro le sirvió a Hemingway de inspiración para escribir, años después, el clásico relato Un gato bajo la lluvia, que recrea, salvando las diferencias, una parte del encuentro entre los dos escritores. Un dato más, producto de la fascinación que me produjo este encuentro literario, me animé a escribir un cuento titulado: Una visita al Louvre -publicado en La culpa la tiene Nabokov-, que recrea la anécdota en la cual ambos escritores ingresan al museo para comprobar si las proporciones anatómicas de Fitzgeral eran normales, o si, como le había dicho Zelda, la naturaleza lo había desfavorecido. Sé que no está dicha la última palabra sobre este famoso encuentro y en la red podemos encontrar algunos libros que recrean uno de los pasajes más famosos de la historia de la literatura norteamericna.