UNAS CHELAS EN EL BOULEVARD SAN RAMÓN
El día jueves, después de la presentación de Amores bizarros, nos conducimos con Oswaldo Reynoso y algunos amigos al recorrido Boulevard San Ramón, conocido en el mundo de los jóvenes como la Calle de las Pizzas. Sentados en un local con nombre literario -Romulo y Remo-, Reynoso se despachó con una remembranza sobre el recordado Bar Palermo y algunos narradores del 50. Contó a los presentes una anécdota que nunca le había escuchado:
"Allá por los años 60, se reunió con Eleodoro Vargas Vicuña en el mencionado "point" bohemio de la época, y aburridos del clima neblinoso de Lima, la horrible, decidieron viajar a Trujillo, no sin antes dejar un letrero en la puerta del bar anunciando el viaje hacia la tierra de la marinera. Cuando llegaron a Trujillo, era todavía muy temprano y tuvieron que pasar unas horas en un hotel cerca a la Plaza de Armas.
Casi al mediodía, ambos escritores salieron a dar una vuelta por las inmediaciones, y se dieron con la sorpresa de encontrarse con parte de los narradores del célebre Grupo Narración y algunos jóvenes trujillanos. Una hora después, estaban en Huanchaco disfrutando de un sabroso ceviche y algunas botellas de pisco. De regreso a Trujillo, en la parte trasera de una camioneta, iban echados Oswaldo Reynoso y un joven trujillano. El joven le preguntó:
-¿Oswaldo, usted cree en Dios?
-No sé, no te podría responder.
-Mire el cielo y dígame, ¿usted cree en Dios?
Reynoso se quedó contemplando el maravilloso cielo trujillano: limpio, sereno, de un celeste intenso que brindaba una paz beatífica, y no supo qué responder.
Años después, en un congreso de literatura al que fueron invitados Oswaldo Reynoso y José Watanabe, el autor de El guardián del hielo le recordó a Reynoso que el joven que le había preguntado aquella tarde trujillana sobre la existencia de Dios era él".