Leo en el blog de Gabriel Ruiz-Ortega una entrevista al joven narrador peruano Daniel Alarcón, autor del libro de cuentos Guerra a la luz de las velas, y próximo a públicar la novela Lost City Radio en la Editorial Harper Collins. A continuación, dos preguntas de la mencionada entrevista:
-Se ha dicho que has recogido las influencias temáticas de Julio Ramón Ribeyro, José María Arguedas y Mario Vargas Llosa. De alguna u otra manera, los tres han bebido de la narrativa norteamericana. Me gustaría saber quiénes son tus escritores norteamericanos predilectos.
Tengo la suerte de poder nutrirme de dos tradiciones literarias, la norteamericana y la latinoamericana. De los norteamericanos, nunca me olvidaré de los sureños: William Faulkner, Carson McCullers, entre otros. John Cheever, el gran cuentista. Cormac McCarthy, claro. Philip Roth merece el Nobel ya. Edward P. Jones es simplemente un maestro. Y hay otros: Aleksandar Hemon, Junot Díaz, Yiyun Li, Marylinne Robinson. Pero más que narradores gringos, a los que siempre regreso son los rusos. Los cuentos de Chekhov o Gogol, por ejemplo. Recuerda que no estudié literatura, o sea que no soy para nada un conocedor. Mis lecturas son un sin sentido total, sigo una ruta absurda y desordenada, y no tengo una idea clara del desarrollo de la literatura moderna o algo por el estilo. Yo leo por placer, y nunca aprendí a ser estudioso. Pero si muero con un libro de Dostoyevsky en la mano, seré feliz.
-Muy pronto se publicará Lost City Radio, esta novela saldrá simultáneamente en USA, España, Inglaterra, Francia e Italia. ¿En cuánto tiempo la escribiste?, ¿puedes decirme de qué trata?
No quiero adelantar demasiado, pero he querido con esta novela enfrentarme directamente a los años de la violencia en el Perú. Se trata de un programa radial que reúne a la gente perdida en una gran urbe latinoamericana. Una ciudad como Lima, pos-guerra, viviendo un proceso de crecimiento feroz, donde hay mucha gente aislada, solitaria, alejadas de sus pueblos, de sus idiomas, de sus culturas. La trama fluye en torno a este programa, y la ciudad que retrata es una que muchos peruanos van a reconocer.Desde que comencé a investigar el fenómeno hasta que le puse punto final a la ultima frase fueron casi siete años. Espero que la siguiente novela no me demore tanto, pero tampoco es una ambición mía ser prolífico. Prefiero ser muy bueno.
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