ALGUNAS OPINIONES VERTIDAS
En sus dos últimas columnas en La República, Abelardo Oquendo reflexiona sobre el papel de la "ciberliteratura" en el espacio virtual y le da voz, a través de su columna de hoy, a dos personas que opinan sobre el tema:
1. "El que un autor cuelgue en la internet un poema, un cuento, una novela o cualquier texto suyo inédito a fin de recibir comentarios de los lectores y tenerlos en cuenta para la elaboración final de la obra no me parece que tenga nada que ver con la literatura en sí misma como para dar pie al empleo de un neologismo como ese de ‘ciberliteratura’. Personalmente, entiendo ese sometimiento de un texto a consulta pública como una forma de tergiversación del famoso postulado del poeta: "La poesía debe ser hecha por todos", que lo convierte en este otro: la poesía debe ser hecha entre todos (pero con el jamón y las regalías para uno solo).
En verdad, más allá del afán novelero no hay nada que pueda fundamentar lo de ‘ciberliteratura’. Ningún arte se define por el soporte o el vehículo que emplea."
En verdad, más allá del afán novelero no hay nada que pueda fundamentar lo de ‘ciberliteratura’. Ningún arte se define por el soporte o el vehículo que emplea."
Atentamente,
Arturo López Vivar.
2. "No creo que los blogs literarios estén dando lugar a una nueva forma de literatura. En el mejor de los casos podría decirse que quizá pueda germinar en ellos un nuevo género literario. Pero hasta donde he podido ver, una buena parte de esos blogs no son otra cosa que espacios donde se ventilan inquinas y se refugia la compadrería, muchas veces al amparo del anonimato.
Yo creo que la internet, en vez de aportes a la literatura, ha hecho todo lo contrario. Ha hecho, por lo pronto, que se pierda un género que alcanzó cimas memorables: el género epistolar. La comunicación por correo electrónico ha dado al traste con la correspondencia tradicional. Ahora todo es rápido, sumario, en borrador. Pienso que no volveremos a gozar de esos libros que reunían las cartas cambiadas entre dos personas ilustres, cartas meditadas y bien escritas.
Hay algo en el medio mismo ("el medio es el mensaje", se ha dicho), en la naturaleza del correo electrónico, de la internet, que concilia mal con la literatura. La ciberliteratura vendría a ser, por lo tanto, una especie inferior –de ser algo– a la subliteratura.
Yo creo que la internet, en vez de aportes a la literatura, ha hecho todo lo contrario. Ha hecho, por lo pronto, que se pierda un género que alcanzó cimas memorables: el género epistolar. La comunicación por correo electrónico ha dado al traste con la correspondencia tradicional. Ahora todo es rápido, sumario, en borrador. Pienso que no volveremos a gozar de esos libros que reunían las cartas cambiadas entre dos personas ilustres, cartas meditadas y bien escritas.
Hay algo en el medio mismo ("el medio es el mensaje", se ha dicho), en la naturaleza del correo electrónico, de la internet, que concilia mal con la literatura. La ciberliteratura vendría a ser, por lo tanto, una especie inferior –de ser algo– a la subliteratura.
Con atentos saludos,
María Cáceres Foglie-Dussan.
Con respecto a la primera opinión, es podemos señalar que es parcialmente verdadera:no todo que se publique en internet será literatura; sin embargo si un autor favorecido por la crítica y los lectores decide colgar en el ciberespacio algunos textos suyos, no podemos afirmar que estos "no sea literarios", el soporte virtual no desdice el carácter literario de los textos.
En relación con la segunda "reflexión" me parece una idea tirada de los cabellos y me hace pensar en aquellos copistas y miniaturistas medievales que se negaban al advenimiento de la imprenta y la nueva tecnología de los libros durante el pre-renacimiento. Es una verdad irrefutable que los soportes físicos de los textos literarios han ido variando con el correr del tiempo y no podemos negarnos a esos cambios, aferrándonos a los soportes tradiconales.
Por otro parte, la opinión de que lo blogs literarios son arbitrarios, amiguistas y facilistas es una afirmación antojadizas y totalmente desinformada con respeto a lo que se viene realizando en la blogófera literaria. Blogs como Notas Moleskine, de Iván Thays, o Puente Aéreo, de Gustavo Faverón, o proyectos interesante como Porta 9, vienen a desmentir lo afirmado en esta segunda opinión. Bienvenidos sean aquellos blogs y proyectos virtuales que amplíen la oferta cultural que nos ofrecen los medios tradicionales de comunicación, que muchas veces terminan siendo anquilosados, argolleros y anticuados.