En este blog siempre le hemos dado espacio a todas las expresiones urbanas de los jóvenes y tenemos especial interés por la cultura Hip-Hop y sus diversas manifestaciones. El día de hoy, en el suplemento cultural de La República, encontramos un artículo sobre el cada vez más conocido grupo chalaco Callao Cartel, representado por sus líderes Kasike y Nesio. Los dejo con algunos fragmentos de la nota:
Callao Cartel no ha sido inmune a la intolerancia social. Su innegable calidad artística (que les ha valido la admiración internacional y amistades con Tiago Calderón y Vico-C) muchas veces tuvo que enfrentarse a la censura, al temor de puritanos padres de familia y a la ignorancia de los medios de comunicación que, en su afán por producir escándalo, los tildaban de agitadores de la delincuencia . “Quieren darme muerte porque yo digo nada más que la verdad. De mi garganta sale la voz del pueblo empobrecido cada vez más por las leyes del gobierno”, se defienden en “Quemarme a mí mismo”, uno de los temas más coreados en sus conciertos junto a “Guerreros Plebeyos”, “Simplemente calle” y “Lady Gansta”, canción que narra la historia de una joven que comprueba cómo sus anhelos de infancia se pierden al estrellarse con la realidad. “Aun con su sonrisa de malosa veo tristeza. Cuando la miro a los ojos puedo ver a una niña que solía soñar que se iba a casar de blanco en un altar con un guapo militar y viajar por el mar…”
Lo que pocos saben es que la esencia del hip hop es la constante lucha contestataria, la exposición de las desigualdades sociales que otros ritmos dejan de lado para que no les prohíban sonar en las radios. “La idea es reflejar la realidad, los barrios y lo que la gente hace ahí. Si nadie consumiera drogas sería muy bonito, pero si tú sales por aquí los aromas que pasan por tu nariz te van a decir cómo es todo de verdad”, explica Kasike, sentado al lado de la ventana por la que pasan algunas viejas (orinadas y olvidadas) paredes del Callao. Las mismas que le dan la razón sin decir una sola palabra.