22 December 2008

ENTREVISTA A GABRIELA WIENER


SOBRE SEXOGRAFÍAS

Después del éxito de la presentación de Sexografías, en la Feria del Libro Ricardo Palma, este fin de semana Gabriela Wiener fue entrevistada por María Paz de la Cruz para la Revista Domingo de La República. En la misma, la autora se refiere a su preferencia por el periodismo gonzo y los temas sexuales y controvertidos. Los dejo con las preguntas más atractivas:

–Se refieren a ti como periodista gonzo, ¿en qué consiste tu método de trabajo?

–Trato de conseguir una empatía con las personas que me van a contar su historia y mostrar su mundo. Me acerco, doy besos y lo que haga falta. Suelo hacerles confesiones, les propongo intercambiar intimidades. Me gusta devolverles la confianza depositada en mí mostrando también algo de mí. También intento pasar mucho tiempo con mis personajes para que ocurran cosas y hasta desencadeno algunas.

–Humpter Thompson, el padre del periodismo gonzo, llegó a tener una vinculación tan fuerte con las drogas durante sus reportajes que terminó volviéndose adicto al crack, ¿tú te involucrarías tanto con este método de trabajo?

–Lo haría solo si está justificado, cada uno tiene sus límites, tu cuerpo tiene unos límites. Yo por ejemplo ahora estaba pensando hacer un gonzo con testosterona. Hay una escritora que se llama Beatriz Preciado que ha hecho un libro que se llama “Testo Yonki” sobre su experiencia con la testosterona que tuvo un sentido político y de reivindicación de la transgeneridad por encima del sexo biológico. Es un gel que se pasa por el cuerpo y los efectos pueden ir desde que te salgan pelos hasta cuestiones psíquicas, emocionales y sexuales. Ese me parece un modelo de gonzo con sentido. No me interesa solo juerguearme, aunque si las drogas me hicieran escribir como lo hace Humpter Thompson en “Miedo y asco en Las Vegas” no lo dudaría.

(...)

–¿Dónde se desata tu liberalismo, en Perú o en España?

–Aunque aquí ya escribía en primera persona y coqueteaba con temática sexuales, realmente salí del clóset cuando me fui a vivir fuera. Desde ahí escribí que había hecho tríos o que estaba casada, pero también me gustaban las mujeres o los gays. Es verdad que en España se habla abiertamente de sexo, pero en realidad largarse a cualquier país te ayuda a liberarte, estar lejos de Lima te ayuda a centrarte, a dejar los prejuicios estúpidos y el miedo a lo que piense tu pequeño círculo familiar y amical. Por último mi “liberación” coincide con la liberación de muchos. En este momento miles de chicos están contando su vida sexual en los blogs. Somos una generación de gente que comparte su intimidad con los otros y reflexiona sobre ella.

–Siendo tu papá un periodista ex político de izquierda radical, ¿qué reacción ha habido en tu entorno familiar en cuanto a tu trabajo?

–Soy tan radical como mi papá. Él no ha leído el libro, pero fue el primero que se me tiró encima después de la presentación para llenarme de besos. Yo tampoco leo todos sus artículos. Ya lo leerá, pero dale su tiempo, creo que es difícil para cualquier papá, no solo para un papá trostkista.