16 December 2008

ANDRÉS CAICEDO NO SABÍA BAILAR SALSA


SOBRE "MI CUERPO ES UNA CELDA"

Por falta de tiempo, olvidé consignar un artículo de Enrique Planas, aparecido el día domingo en la sección Luces de El Comercio, sobre Mi cuerpo es una celda, el libro que Alberto Fuguet ha escrito en base a los archivos dejados por el colombiano Andrés Caicedo, escritor del cual me declaro ferviente seguidor y admirador (e invito a los lectores a crear una página en Facebook para los fanáticos del escritor empantanado, tal como lo ha hecho Iván Thays con respecto de Mario Bellatín). En el mencionado artículo, Fuguet sugiere que una de las razones del temparno suicidio de Caicedo no fue su personalidad maniaco-depresiva sino su rechazo en Hollywood de los proyecto que había pensado realizar en la ciudad del cine. Los dejo con fragmentos del artículo:

Sin duda, profundizar en la vida de un escritor maníaco depresivo, brutalmente obsesivo, y contradictorio hasta el límite, era una empresa agotadora. "A pesar de que yo le tenía cariño como personaje, y había tomado la decisión de protegerlo, a veces me hacía la vida insoportable", confiesa Fuguet. Pero la fascinación por este personaje genial y complicado compensaba cualquier agotamiento.

Por cierto, aquel lector que busque una clave que explique la razón de su suicidio, encontrará más bien una suma de razones y sinrazones. "Para nada tengo la respuesta de por qué se suicidó. Pero lo que sí tengo claro es que no tenía que ver con lo que él decía, que la vida no valía la pena vivirse después de cumplir los 25 años. Creo que el libro logra desenmascarar la pose. En verdad, Caicedo no era tan rocanrolero como él mismo se creía. Y tampoco sabía bailar salsa, algo increíble para quien escribió una novela como "¡Que viva la música!" Al final, Andrés era un tartamudo, un tipo que veía películas todo el día, una persona dañada y escindida", explica.

Sin embargo, en la estructura de esta autobiografía editada 30 años después de su muerte, Fuguet muestra cómo un fracasado viaje que Caicedo hace con 24 años a Hollywood con la ingenua idea de vender un guion cinematográfico motivó el derrumbe anímico del escritor.

"Claramente el viaje a Estados Unidos marcó un antes y un después en su vida. Caicedo no volvió a ser el mismo. Este chico con un apellido que le abría puertas en Cali llega a Hollywood, donde cree que por saber tanto de cine le abrirían las puertas como si llevara una tarjeta Gold Visa. Pero solo hace el ridículo. Caicedo quedó dañado de ese golpe. A partir de allí el edificio empezó a derrumbarse", afirma el escritor.