GIMME THA POWER
Durante todos estos días, la prensa ha hecho primeras planas acerca del controversial tema de la "pena de muerte" para los casos de aquellos delincuentes que abusen sexualmente de los menores de edad. Tanto en los medios televisivos, radiales y escritos este tema ha convocado el interés de los periodistas y la opinión pública en general. Cada quien ha metido su cuchara para opinar del tema con o sin razón. Pero lo que olvida la gente es algo elemental: ¿Quién propuso el tema de la pena de muerte como agenda nacional? ¿A quiénes les beneficia esta cortina de humo encaminada a distraer a la opinión pública sobre los verdaderos asuntos de interés nacional?
Con respecto a la pena de muerte existe una sola posición: la defensa de la vida. Existen innumerables razones para rechazar esta medida extrema, sin embargo, solo señalaré las siguientes:
1. Ni el Estado ni la sociedad se puede irrogar la facultad de privar de vida a una persona, por más enferma o delincuente que ésta sea. No podemos convertir al Estado en un ente asesino ni a la sociedad en complice de estos asesinatos.
2. En ningún Estado del mundo la pena de muerte ha tenido un carácter disuasivo en los delincuentes, por el contrario, aumenta la comisión del delito.
3. Al legalizar la pena de muerte, lo único que se logra es que los delincuentes no solamente violen a sus víctimas sino que además las eliminen y las desaparezcan, para evitar el descubrimiento del delito.
4. En el caso hipotético de legalizarse la pena de muerte, tendríamos que esperar un lapso de 3 años para poder aplicarla de acuerdo con los Tratados Internacionales que el Perú a celebrado como Estado firmante. En ese lapso los delitos se van a seguir cometiendo, quizá en forma más sistemática y progresiva.
5. En último término, si la sociedad quiere sancionar drásticamente a estos delincuentes, ¿acaso es la pena de muerte (cuyo dolor implica segundos) el peor castigo? Si queremos ser severos, ¿no es mejor una condena perpetua que aisle totalmente al delincuente de la sociedad? Y si por ahi dicen que la sociedad no tiene dinero para mantener a estos delincuentes, entonces se les debe obligar a trabajos forzosos en determinados lugares.
En realidad, recurrir a la pena de muerte para estos casos es apelar a nuestra sed de venganza, a ese pequeño asesino que habita en nosotros, a nuestra irracionalidad que no nos conduce a nada y que nos desvía la atención de los verdaderos asuntos de interés nacional.
17 August 2006
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1 comment:
bueno este comentario que hizo mi profesor me parecio muy adecuado en estos momentos de cambio de gobierno el tema de la pena de muerte solo es una cortina de humo en eso si tiene razon y viendo del lado humano nadie tiene el derecho de quitarle la vida a nadie por mas malo q halla sido durante su vida espero que estas medidas que han tomado las autoridades se rebicen cautelosamente
juan carlos Horna
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