EL FÚTBOL, FICCIÓN DE MULTITUDES
Antropólogo.
INTRODUCCIÓN
El fútbol se ha convertido en uno de los fenómenos culturales más importantes del mundo contemporáneo. Intereses que implican millones de dólares, la ciencia y tecnología de punta, los sentimientos individuales y colectivos, los más diversos estilos de vida, el nacionalismo de las dictaduras, el racismo, las reivindicaciones de género, los conflictos étnicos, etc. son elementos que subyacen a esta práctica desbordando su esencia primigenia. En otros términos, el fútbol - hace mucho tiempo - dejó de ser el deporte que forma y recrea al ser humano para convertirse en uno de los escenarios que con mayor crudeza evidencia la naturaleza humana y sus contradicciones. Es necesario reflexionar acerca de este fenómeno más allá de las jugadas, de los goles y autogoles, de los comentaristas especializados, y de las celebraciones de los hinchas. Lo que las siguientes líneas proponen, es un acercamiento interpretativo al universo simbólico que envuelve al "más popular de los deportes". De esta manera, podremos comprender mejor cómo experimentamos nuestras vidas individuales y colectivas a partir de las ficciones que construimos para otorgar sentido a nuestras acciones.
PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN DE LA REALIDAD
Acerca del concepto de ficción, el antropólogo francés Marc Augé señala que el primer significado que le asigna el diccionario es el de mentira, por lo tanto representa lo opuesto a la verdad objetiva. Sin embargo "le reconoce, también, como segundo significado el de invención, imaginación, oponiéndolo al de realidad" (2001: 9). Si asumimos que la cultura -espacio en el cual los seres humanos nos producimos- es el universo simbólico construido contradictoriamente a partir de una concatenación de significantes; entonces la explicación de la realidad requiere de un análisis que nos ayude a superar la dicotomía verdad/mentira.
Para que los hechos sociales sean verdaderos o falsos (de manera excluyente) debe existir una relación directa entre los seres humano y la realidad, es decir un vínculo esencial. Pero ello no ocurre así, pues generalmente guardamos una distancia prudente de la realidad. En otros términos, lo que permanentemente hacemos es, acercarnos y alejarnos de nuestra realidad sin llegar a conocerla absolutamente. Como señalamos es una distancia prudente que posibilita la manufactura de ficciones y nos permiten enfrentar los rigores de la cotidianidad. No estamos diciendo que las ficciones nos desvinculan de la realidad; sino que, a partir de ellas, nos encontramos produciendo, inventando, creando la dinámica social. Además, las ficciones son fundamentales porque nos dicen qué debemos hacer y qué no podemos hacer. Ello significa que no solo nos permiten construir la realidad ; sino que, también, a partir de ellas la sostenemos y no permitimos que se descubra totalmente ante nosotros.
Desde esta perspectiva la naturaleza de los seres humanos parece ser la contradicción. Ello quiere decir que actuamos como alteradores - en el sentido que generamos la realidad -, pero a la vez buscamos su estabilidad, necesitamos que trascienda lo coyuntural para no rasgar nuestra constitución individual y colectiva.
En este sentido el rol de los medios de comunicación es fundamental pues multiplican ilimitadamente las ficciones reproduciéndolas y afirmándolas. El desarrollo de la sociedad actual resulta impensable sin la masificación de los símbolos culturales que propician los medios masivos de comunicación. La reproducción del entramado simbólico pasa por cómo se interiorizan en la experiencia cotidiana de los sujetos las creencias, las formas de pensamiento, las sensibilidades, las maneras de construir y vivenciar las identidades. Acerca del rol reproductivo de los medios de comunicación en la sociedad, Jesús Martín - Barbero señala:
"(...) la cultura cotidiana de las mayorías se halla cada día más moldeada por las propuestas, las ofertas y los modelos culturales de los medios masivos (...) las mayorías en América Latina se incorporan a y se apropian de la modernidad no de la mano del libro, no siguiendo el proyecto ilustrado, sino desde los formatos y los géneros de las industrias culturales del audiovisual (...) los medios aparecen como agentes de reorganización del campo cultural: espacios de punta en la industrialización y comercialización de la cultura (...)" (2001: 169).
EL FÚTBOL COMO UNA DE LAS FICCIONES QUE ESTRUCTURA LA REALIDAD
Jorge Valdano en un artículo publicado en la revista Etiqueta Negra (2006) describe el fútbol de la siguiente manera:
"TODO DEPORTE ES UNA ESCUELA de superación personal que enseña a postergar la recompensa: el jugador entrena para dar la mejor versión de sí mismo el día del partido, pues la práctica le ayuda a similar extremos tan simples como ganar y perder. Un equipo es una sociedad en miniatura que enseña mucho sobre la condición humana. Jugar, tener miedo -al público- y ser joven son tres razones para bajar la guardia y mostrarse con transparencia. Por ello el fútbol se puede convertir en un buen laboratorio para analizar los comportamientos del ser humano. Aunque muchas veces ocurre de manera inconsciente, mientras corremos fascinados detrás de una pelota también aprendemos a vivir" (38).
La conclusión sería que el fútbol es un espacio en el que se representan las contradicciones socioculturales del presente, mostrándonos la "condición humana" en plenitud con sus valores y antivalores. Estamos de acuerdo con ello. Pero el fútbol no es solo reflejo de la realidad; sino, también, elemento que constituye la realidad, que la produce y reproduce. De este modo el fútbol se convierte en una de las ficciones colectivas más importantes que estructura la realidad. Veamos algunos casos que ejemplifican lo señalado.
Durante la década de 1980 todo el deporte en general y el fútbol en particular expresaban la coyuntura conocida como "Guerra fría". Cada evento deportivo era sintomático de la bipolaridad en la que se debatía la mayor parte del mundo. Así mismo, el deporte resultaba una posibilidad de afirmar simbólicamente la superioridad de alguno de los dos bandos en disputa. La pugna por la hegemonía entre los E.E.U.U. y la antigua Unión Soviética se trasladaba a los juegos olímpicos y los campeonatos mundiales. En el primer caso, la acumulación de medallas olímpicas era revelador del desarrollo alcanzado por la ciencia y tecnología de cada uno de ellos, así como de los niveles de bienestar general que ostentaba cada pueblo. En el caso del fútbol, se expresaba claramente el predominio del bloque occidental en los triunfos obtenidos por los países del mundo capitalista. Los seleccionados campeones de las copas mundiales, los mejores futbolistas, los más exitosos clubes del mundo, etc. se formaban en las sociedades democráticas y capitalistas.
Las manifestaciones étnicas también las encontramos presentes. Este era el caso del inmenso rechazo que producía la presencia del seleccionado de la ex U.R.S.S. a los distintos estados de su territorio. El deporte permitía afirmar reivindicaciones colectivas de negación hacia la política centralista de Moscú. Otro fenómeno importante fue el caso de los países -africanos y asiáticos- que fueron surgiendo a raíz de los procesos de descolonización, y que la F.I.F.A. iba incorporando a través de sus respectivas federaciones deportivas. Queda claro que el deporte en general y el fútbol en particular se convertían en espacios propicios para afirmar identificaciones colectivas y definir las contradicciones que atravesaban a las sociedades.
Las expresiones orales de los aficionados que concurren a los escenarios deportivos expresan, pero a la vez propician conductas - que son o terminan siendo- socialmente aceptadas, y que nos dicen mucho acerca de las subjetividades que interactúan en la dinámica colectiva. Los cánticos que surgen en los escenarios deportivos no son otra cosa que recreaciones del discurso hegemónico, capaces de mostrarnos las características intrínsecas de la sociedad que los produce. Es común que en dichos cánticos predominen los insultos, especialmente de índole sexual: femenización y/o prostitución del rival a quien generalmente se le atribuye un rol pasivo y subordinado. Las identidades culturales del opositor también son tópicos recurrentes para minimizar los atributos del rival de turno. El caso más común, probablemente sea, las silbatinas que generan las notas de los himnos nacionales cuando se enfrentan los seleccionados de diferentes países.
La alteridad que se construye a partir de los discursos de las tribunas implican la deshumanización del Otro. El Nosotros colectivo se configura en relación a un Otro que encarna las limitaciones y los males de la civilización. De igual manera, ese Otro se nos presenta como un peligro, una amenaza para nuestros intereses, su imagen representa el peligro mayor para nuestra identidad. Lo interesante de ello es que de la misma forma se elaboran los discursos nacionalistas que construyen naciones, sostienen gobiernos autoritarios y hacen estallar las tensiones étnicas. El fútbol parece mostrarnos que los seres humanos se tornan cada vez más intolerantes y que las alteridades suelen basarse en valoraciones negativas de nuestros semejantes.
En este momento deberíamos preguntarnos si el fútbol es simplemente un deporte que se encuentra liberado de todo tipo de influencia política, o como plantean otros, tan solo resulta ser un instrumento de manipulación de los pueblos que sirve para alienar a las masas. Desde esta perspectiva el deporte "rey" sería principalmente un espejo o reflejo de la sociedad. Creemos que el fútbol es más que ello. El deporte es uno de los espacios semiautónomos que constituyen la comunidad. La tendencia actual de las sociedades es a conformar espacios de interacción que mantienen relativa autonomía para elaborar sus identificaciones colectivas. Estos espacios semiautónomos se encuentran vinculados por redes horizontales y verticales a través de las cuales fluyen las contradicciones de la comunidad mayor. Dichos espacios se sustentan en discursos que enlazan el tejido social construyendo la realidad. El fútbol es uno de esos enlaces, es decir una de las ficciones que nos acerca y nos aleja de lo real.
BIBLIOGRAFÍA
Augé, Marc
1997 La guerra de los sueños. Ejercicios de etno - ficción. Gedisa editorial, España.
Ficciones de fin de siglo. Gedisa editorial, España.
Martín - Barbero, Jesús
2001 Al sur de la modernidad. Comunicación, globalización y multiculturalidad. Serie Nuevo Siglo. Instituto Internacional de Literatuta Iberoamericana. Universidad de Pittsburgh.
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