Por: Ronald Flores
El prólogo del escritor Diego Trelles Paz en El futuro no es nuestro : Nueva narrativa latinoamericana tiene algo de anti-manifiesto generacional, ofrece una perspectiva amplia del momento histórico-literario que configura la generación emergente de escritores latinoamericanos (nacida entre 1970 y 1980) y de paso abre una polémica crítica importante acerca de la tendencia más cuestionable de la generación anterior: la ávida de generar golpes mediáticos a expensas de la calidad literaria.
El cuestionamiento de Trelles Paz hacia el Crack mexicano y la Nueva Ola colombiana permite inferir que si bien el Boom inició asumiendo riesgos formales hasta convertirse en mainstream, la generación de jóvenes surgidos en los noventa se conformaron con el mercadeo establecido para ofrecer una literatura que de entrada aspiraba al mainstream. El primer apartado del prólogo establece una distancia crítica de los anteriores antologías con pretensiones continentales (McOndo, Líneas aéreas y Se habla español) y se sitúa ante la generación inmediata anterior con una suerte de mesurado reto académico. El segundo apartado ofrece una panorámica de la antología y el tercero ofrece algunos argumentos que se dilucidarán con el tiempo acerca de las coincidencias y diferencias en esta generación emergente (”una certeza formal y temática ya consolidada que nos reúne”, p. 24).
Las diferencias entre Se habla español: Voces latinas en USA (2000) y El futuro no es nuestro (2009) son múltiples y provocativas. Por ejemplo, en términos superficiales, la primera se publica en Estados Unidos por una editorial transnacional, agrupando 36 autores, y la segunda en Argentina por una editorial independiente, reúne a 20 autores. Ambas colecciones incluyen un cuento originalmente escrito en inglés (de Junot Díaz y Daniel Alarcón, respectivamente). Muchos de los emergentes son autores con varias obras publicadas, lo que permite conjeturar que se trata de un grupo acaso precoz.
Varios de los autores reunidos en Se habla español han obtenido el reconocimiento o éxito literario que anhelaban hace diez años. Edmundo Paz Soldán, Iván Thays y Jorge Volpi publican sus blogs literarios en la página corporativa conocida como elBoomeran(g). Junot Díaz obtuvo el Pulitzer con su primera y, hasta el momento, única novela. No han corrido igual suerte mediática los autores de mis cuentos favoritos en Se habla español: Gustavo Escanlar de “Pequeño diccionario Spanglish ilustrado”, Pablo Brescia de “La manera correcta de citar” y Celso Santajulia de “American Dream”. Tanto Mario Bellatín como Rodrigo Rey Rosa ocupan un espacio privilegiado y merecido en el debate literario actual. El gran ausente, por supuesto, con amplio registro de la “experiencia” en USA, es Roberto Bolaño (los dos últimos cuentos de Llamadas telefónicas, por ejemplo, son de, valga la redundancia, antología).
Digresiones (o regresiones) aparte, el augurio de Trelles es certero. Los cuentos antologados en El futuro no es nuestro evidencian un manejo diestro de los aspectos formales (por ejemplo, de entrada, Sun-Woo de Oliverio Coelho) y pluralidad temática (atravesada, eso sí, por la violencia, en distintas manifestaciones). Si bien la mayoría de cuentos fueron escritos en español, la incorporación de un cuento originalmente escrito en portugués (Espinazo de pez de Santiago Nazarian) y uno en inglés (Lima, Perú, 28 de julio de 1979 de Daniel Alarcón) son oportunas.
A pesar de que todos los cuentos son de primer nivel y seleccionar un par de cuentos como destacados en esta excelente selección es un ejercicio casi banal y puramente subjetivo , considero que destacan “Variaciones sobre temas de Murakami y Tsao Hsueh-Kin” de Tryno Maldonado y “Camas gemelas” de Giovanna Rivero, mi relato favorito de la colección. Lo anterior, dice más de mis gustos que de la alta calidad de los relatos no mencionados.
Motivo a que al interesado realice una lectura comparativa de estas dos antologías, lo cual es una experiencia de contraste estimulante. Me imagino que muchos autores de calidad han quedado afuera de estas dos publicaciones, lo cual es lamentable. Antologías venideras, publicaciones futuras y, por supuesto, el tiempo sabrán corregir tan humano error. Por fortuna, en la literatura contemporánea de América Latina, no todo está escrito.