PEREGRINACIONES A LA TUMBA DE ESCRITOR ARGENTINO
Hace 22 años dejó de existir Jorge Luis Borges y, cada año, sus lectores parten en perigranación hacia su tumba en Ginebra. Sin embargo, algunos no solo le depositan recuerdos y souvenirs, sino que los más fanáticos se atreven a escribirles notas y cartas de recuerdo que dejan antes de partir. Una estudiosa rumana, Ana Simon, se ha tomado la paciencia de recolectar todas las cartas y notas que han depositado los lectores del autor argentino para después enviárselas a María Kodama. Toda una ceremonia religiosa que me hace recordar a las peregrinaciones que hacen los limeños cada año al Santuario de Santa Rosa de Lima. ¿Qué milagro literario le podríamos pedir al autor de El aleph?
La nota se recoge en la sección cultural de Perú 21:
El diario La Nación de Argentina informa que “Ana Simon, crítica y documentalista rumana, notó hace más de dos décadas una enorme cantidad de mensajes al lado de la tumba de Borges. Ana asumió como una liturgia, mes tras mes, la recolección de los objetos y los textos de los visitantes, que luego enviaba a María Kodama en Buenos Aires”.Los mensajes muestran admiración, gratitud y hasta ternura. “Aunque parezca broma, hay quienes escriben en el reverso de sus papelitos, sus correos electrónicos. En boletos de metro o de tren, en páginas de libros u hojitas de anotadores de hoteles cinco estrellas, en postales de letra apretada, con frases tímidas o haikus, los testimonios conmueven y sorprenden”. Simon da su testimonio: “Comencé a guardar los papelitos porque me parecía importante. La gente le deja mensajes como si fuera un santo”. Uno de los más sentidos es el de la sobrina de Estela Canto (a quien Borges le dedicó El Aleph): “Querido Borges, estuve aquí para visitarte. Soy la que agradece tus poemas, tus cuentos. Te he llevado hasta muchos que no te conocían. Nos vemos en El Aleph...”.