08 January 2009

¿POR QUÉ ESCRIBO?


Por: Max Palacios

Escribo para salvarme. Para recuperar la inocencia perdida entre bares, prostitutas, ladrones y toda clase de gente de mal vivir. Para purificar mi cuerpo de todas aquellas sustancias que han destruido mi organismo y lo han convertido en un estropajo de cantina de mala muerte.

Escribo también para no sentirme como un fauno perdido en la selva oscura de la noche, para ocultar mis pezuñas desgarradas de tanto caminar por el asfalto y callejones mal iluminados, donde la gente se tira en el suelo para acceder a paraísos artificiales que los conducen a la locura y el desenfreno.

Pero, sobre todo, escribo para olvidar a aquella ninfa que me ofreció el espectáculo de su cuerpo inmaculado como un fruto maduro que está a punto de caer del árbol. Para olvidarme de aquellas caricias furtivas que me prodigó entre hoteles baratos y cabinas telefónicas.

Sin embargo, si quieren saber por qué verdaderamente escribo, se los voy a decir: escribo porque que cuando llegue la muerte, quiero ir directamente hacia ella y encajarle una patada en el trasero que la mande de bruces contra el suelo y le haga perder los pocos dientes que conserva. ¿No les parece motivo suficiente?