SOBRE EL MINIMALISMO DEL ESCRITOR NORTEAMERICANO
El próximo 2 de agosto se cumplen 20 años de la muerte del narrador norteamericano Raymond Carver. Durante los últimos años, la magia de su escritura ha sido emsombrecida por los descubrimientos con respecto al trabajo de su editor Gordon Lish y los tijeretazos que realizó a los textos originales de Carver. La revista Dedo Medio se adelanta al homenaje publicando un artículo sobre el autor de Catedral que reproduce parte de una tesis que sobre el escritor ha realizado un estudioso norteamericano. A manera de recuerdo, les dejo el artículo que escribió Alessandro Baricco sobre la labor del editor de Carver:
Todo empezó hace unos meses, en agosto. Compro el New York Times y en la portada del Magazine encuentro un bellísimo retrato de Raymond Carver. Ojos fijos en el objetivo y expresión impenetrable, exactamente como sus cuentos. Abro la revista y encuentro un largo artículo firmado por D.T. Max. Decía cosas curiosas. Decía que desde hace varios años circula un rumor a propósito de Carver: que sus memorables cuentos no los escribió él; los escribía, pero su editor los corregía radicalmente haciéndolos casi irreconocibles.
El artículo decía que este editor se llamaba Gordon Lish, más bien se llama, porque todavía vive, aunque de esa historia no hable con gusto. Luego el articulista dice que tuvo la curiosidad de saber qué había de verdad en esta especie de leyenda metropolitana.
Así que fue a Bloomington a visitar una biblioteca a la cual Gordon Lish había vendido todas las cartas y los escritos a máquina de Carver en los que estaban incluidas sus correcciones. Fue y revisó. Y se quedó pasmado. De una manera muy americana, tomó uno de los libros de Carver (De qué hablamos cuando hablamos de amor) e hizo cuentas. Resultado: en su trabajo de editor Gordon Lish había eliminado casi el cincuenta por ciento del texto original de Carver y había cambiado el final a diez de trece cuentos. ¿Nada mal, verdad?
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El próximo 2 de agosto se cumplen 20 años de la muerte del narrador norteamericano Raymond Carver. Durante los últimos años, la magia de su escritura ha sido emsombrecida por los descubrimientos con respecto al trabajo de su editor Gordon Lish y los tijeretazos que realizó a los textos originales de Carver. La revista Dedo Medio se adelanta al homenaje publicando un artículo sobre el autor de Catedral que reproduce parte de una tesis que sobre el escritor ha realizado un estudioso norteamericano. A manera de recuerdo, les dejo el artículo que escribió Alessandro Baricco sobre la labor del editor de Carver:
Todo empezó hace unos meses, en agosto. Compro el New York Times y en la portada del Magazine encuentro un bellísimo retrato de Raymond Carver. Ojos fijos en el objetivo y expresión impenetrable, exactamente como sus cuentos. Abro la revista y encuentro un largo artículo firmado por D.T. Max. Decía cosas curiosas. Decía que desde hace varios años circula un rumor a propósito de Carver: que sus memorables cuentos no los escribió él; los escribía, pero su editor los corregía radicalmente haciéndolos casi irreconocibles.
El artículo decía que este editor se llamaba Gordon Lish, más bien se llama, porque todavía vive, aunque de esa historia no hable con gusto. Luego el articulista dice que tuvo la curiosidad de saber qué había de verdad en esta especie de leyenda metropolitana.
Así que fue a Bloomington a visitar una biblioteca a la cual Gordon Lish había vendido todas las cartas y los escritos a máquina de Carver en los que estaban incluidas sus correcciones. Fue y revisó. Y se quedó pasmado. De una manera muy americana, tomó uno de los libros de Carver (De qué hablamos cuando hablamos de amor) e hizo cuentas. Resultado: en su trabajo de editor Gordon Lish había eliminado casi el cincuenta por ciento del texto original de Carver y había cambiado el final a diez de trece cuentos. ¿Nada mal, verdad?
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