EN EL DOMINICAL
Desde hace dos semanas, los lectores del suplemento dominical de El Comercio se han quedado sorprendidos con las declaraciones -y confesiones- que ha hecho el estudioso francés André Coyné sobre la vida privada de César Vallejo, y esta última semana, sobre César Moro. Aunque algunas confesiones del francés son un secreto a voces (como el difundido rumor de la condición de "mantenido" o "vividor" de Vallejo por parte de Georgette), en sus ultimas declaraciones ha dado nuevas luces sobre algunos aspectos de la vida de Moro que son de especial interes. Enrique Sánchez Hernani se encargó de entrevistarlo y disparar las preguntas:
Mario Vargas Llosa ha contado que en el Colegio Leoncio Prado los alumnos trataban muy cruelmente a Moro. ¿Qué tanto daño le hizo ese periodo a él?
-Mario Vargas Llosa confunde todo. Es verdad que Moro tenía cursos en el Leoncio Prado y que no acudía, como los otros profesores, a la disciplina cuando los alumnos se agitaban. Moro iba solo dos horas por semana al colegio y luego se iba a la Escuela de Cadetes de Chorrillos, donde no había indisciplina. Pero en el libro de Mario parece como si Moro fuese un mártir del Leoncio Prado. Además, con algunos de los alumnos del Leoncio Prado tenía relaciones muy amistosas. Yo me acuerdo que él tenía en su casa una foto dedicada de uno de esos alumnos. De modo que la visión de Vargas Llosa deforma mucho la realidad de Moro.
¿Lima no era muy dura con Moro a causa de su opción sexual?
-¿Por su homosexualidad? Pero si Lima en ese tiempo era un paraíso para los homosexuales. Mire, yo soy homosexual. Bastaba mirar un muchacho en la calle para poder proponerle hacer el amor con él.
¿Lima era mucho más libre que hoy?
-Mucho más libre. Ahora han creado cosas como el término "gay", que a Moro le habría parecido horrible.
No es cierto, entonces, que hubo una hostilización contra Moro por ese tema.
-Pero yo se lo digo, era la cosa más fácil del mundo ser homosexual en la Lima de aquel tiempo, sin necesidad de reivindicaciones ni otros absurdos.
¿Por qué publicó tan poco Moro?
-Moro publicaba solamente cuando alcanzaba suscriptores. Es notable que en México publicara su único libro. Pero le fue fácil por la llegada de muchos surrealistas a México, por la Segunda Guerra Mundial. A él le fue, entonces, más fácil encontrar suscriptores franceses.
En su madurez, ¿continuaba sintiéndose un pintor?
-Él ya había dejado de ser pintor. Volvió a ser pintor únicamente en los dos últimos años antes de morir. Pero cuando yo lo conocí más le importaba la poesía.
¿Es verdad que Paul Eluard le perdió un libro de poemas a Moro?
-Sí, su primer libro. Hay una carta de Eluard donde le agradece que le haya confiado su primer libro, que en realidad eran dos, pues el otro lo había confiado a Bretón. La carta de Eluard la escribe desde un sanatorio y allí le dice que le parecía un gran libro y que cuando volviese a París lo iba a confiar al editor de los surrealistas. El libro quizá se perdió en la oficina de ese señor.
¿Cómo es que Moro se distanció de los surrealistas finalmente?
-Sí, se distanció en México a partir de 1944, porque era amigo de Wolfang Pale y éste lanzó una revista, DYM, que compitió con la revista de Bretón que se editaba en Nueva York, Triple V. Este distanciamiento fue creciendo después. Cuando volvió al Perú ya no se sentía surrealista.
¿Hubo alguna razón personal?
-No. Solo que las utopías de Bretón ya no le interesaban. Le interesaba más hacer un llamado a los que se sentían atraídos por un mundo materialista.
(En la foto: César Moro)