En el suplemento El Dominical de El Comercio, el día de hoy, Enrique Sánchez Hernani realiza una interesante y aguda entrevista a Patricia de Souza con ocasión de la reedición de la novela El último cuerpo de Úrsula. Debo confesar que sigo muy de cerca la carrera literaria de esta escritora desde hace muchos años y nunca me han decepcionado sus afirmaciones y convicciones con respecto a su literatura. Los dejo con algunas preguntas:
¿Es un anacronismo seguir insistiendo en la literatura de género?
Eso me parece absolutamente arcaico; no creo que exista. Yo me siento tan cerca de autores hombres como mujeres. La mujer está más convocada a protestar porque vive una situación oprimida, porque la gente cree que por tener sexo femenino es inferior. Por eso está empujada a pensar su situación en el mundo, como los judíos, como los negros, pero de allí a que eso determine tu forma de pensar, me parece absurdo. Una no es más sensible, más romántica, más maternal por ser mujer.
¿La literatura de género ha sido objeto de un uso y abuso político?
Como todo. Así como mucha gente piensa que el discurso antisemita ha sido manipulado, otros creen que el discurso feminista induce a una victimización. Cuando tienes que hablar en voz alta para que te escuchen es fácil caer en el otro lado. Finalmente, las cosas no han avanzado tanto desde que se publicaron “El segundo sexo” de De Beauvoir o “Un cuarto propio” de Virginia Woolf.
¿Entonces, a qué debe aspirar hoy una escritora?
Yo no me pienso como mujer escritora sino como alguien que escribe desde un cuerpo encarnado en una situación concreta, que es consciente de lo que está pasando. Los escritores y escritoras observan y comprenden la externidad a través del otro. Lo que yo observo es marginalidad, opresión, desdén, y a partir de eso contesto. Pero eso no es genético.
¿Con qué escritoras y escritores te identificas?
Kafka, Virginia Woolf, Stendhal, Dostoievsky, Katherine Mansfield, Onetti, Marguerite Duras puedo mencionar un montón de nombres: No me identifico por nacionalidad ni por género, sino por tema. Me seduce la irreverencia, la libertad, la autonomía, la capacidad crítica de los escritores que procesaron su época.