21 May 2009

ANDRÉS, EL EMPANTANADO

Aprovechando mi viaje a Bogotá en las próximas horas, le he dado una releída al libro de Fuguet sobre Caicedo, Mi cuerpo es una celda, y me hallé con un poema que me ha gustado mucho. Un poema con el cual muchos de los lectores se van sentir identificados y que pinta de cuerpo entero al Caicedo que todos queremos:


Puede ser una tarde con estrellas
La tarde se parece a mí
Soy un hombre melancólico
Soy un poeta.
Cuando tenía 12 años fui a mi primera
fiesta y fue cuando me tocó bailar por
primera vez en mi vida. Me fue muy mal.
No me cogió el paso. Me dijo: no le
cojo el paso y me dejó allí. Y yo fresco.
Pero yo ahora pienso
que si me hubiera cogido el paso ahora yo
sería bailarín y no poeta.
Hay gente que puede ser poeta y bailarín
al mismo tiempo.
Pero yo no puedo. Yo soy un hombre melancólico.
Puede ser la luna a mis espaldas.