04 December 2007

ENTREVISTA A JAVIER ARÉVALO


EN LITERATURAS.COM
 
En la revista virtual española Literaturas.com aparece una entrevista que le realicé hace unos días al escritor peruano Javier Arévalo con motivo de la publicación de su recinte novela Gracias, Señor, por tu venganza.  Los dejo con algunas de las las preguntas:


Tu nombre empezó a sonar en la década del 90 con la novela 
Nocturno de ron y gatos, ¿cómo ves aquellos años, ahora que ya ha pasado casi más de una década?

Los veo con nostalgia, como todo hombre que va mirándose en el espejo, más viejo cada día. Yo soñaba con ser escritor, ahora lo soy. Sin embargo, me sorprende descubrir que los temas que me invitan a escribir, los misterios que mi escritura quiere develar, aunque no lo logre nunca, siguen siendo los mismos: entre ellos, la acción, la emoción, esta dimensión en la que el cuerpo siente el mundo, como justificación del sinsentido de la vida.

Poco después, empezaste a publicar textos de literatura juvenil en algunas editoriales del medio, ¿cómo fue esa experiencia de abandonar la literatura de adultos para dirigirte a un público más difícil como el de los jóvenes? ¿Tuvo algo que ver el hecho de que tu hijo llegara a ser adolescente, como en el caso de Fernando Savater?

No abandoné nunca la escritura de novelas para adultos, simplemente exploré y exploté una capacidad: la de contar historias y jugué con diversos géneros. Las dos novelas juveniles que he publicado fueron experiencias reveladoras. Una de ellas la escribí en una semana, la otra me demoró cuatro años. La primera hablaba de un muchacho nacido en el centro de una sociedad putrefacta, hijo de un traficante de drogas y hermano de un pandillero. La segunda era una novela política, en clave de novela de aventuras: un adolescente busca a su padre, que ha sido secuestrado por una banda de paramilitares que trabaja para una dictadura. Cada uno de esas novelas ha sido reeditada varias veces. Han sido muy exitosas entre los chicos de colegio. Y sí, algo de la presencia de Gabriel, mi hijo, ha tenido que ver también. Tener un hijo es como escribir una novela, solo que el personaje y no el autor es quien siempre escribe el final.

Ahora presentas un texto que es tributario de la novela negra y policial. ¿Cuáles fueron tus referentes inmediatos en la escritura de esta novela? ¿Te suscribes a la narrativa clásica policial o prefieres el cinismo y nihilismo de la novela negra contemporánea?


Pues soy hijo de todos los libros que he leído y creo que ese reflejo está en todas mis novelas y cuentos. Si Hammet se filtra en mis textos, también lo hace Dostoivski o lo hace Cervantes, lo mismo Borges que Cortázar. Lo que escribimos siempre es un cocktail al que se suman las demás influencias: el periodismo contemporáneo, el cine clásico, el punk. Yo siempre me he visto como un escritor post punk, así que algo de nihilismo hay también allí: no future.

La historia de la novela Gracias, Señor, por tu venganza gira en torno al tema de un culto pagano en una comunidad lejana del país, un cura del Opus Dei que quiere acabar con ese culto y un escritor periodista que intenta cubrir ese conflicto. Están todos los elementos que hacen atractiva una historia.

Espero que sea atractiva, una de las cosas que quisiera que le pasara a mis libros es que atraiga y seduzca a muchos y distintos lectores. Trabajo siempre en diferentes niveles de interpretación, de modo que el libro es como una cebolla que se pela. Hay quienes llegan solo a la cubierta superficial, y hay otros que son capaces de desentrañar todos los pliegues de sentido que propongo. Obviamente, los lectores tienen además sus propias interpretaciones. Pero un escritor es también su primer lector y su primer crítico y tiene el privilegio, a veces, de exponer lo que él mismo entendió del libro que ha escrito.

Jugamos con el editor a decir que esta novela era un policial, pero también a que es una novela negra. Podríamos haber dicho que es una novela social, pues su argumento contempla una posible denuncia. Aunque también podríamos afirmar que se trata de una novela que, por poco, es fantástica.

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