12 June 2009

ENTREVISTA A SALVADOR LUIS


El dia de ayer jueves se presentó en el Centro Cultural de España el último libro de Salvador Luis, Zeppelin. Con tal motivo, le realizamos la entrevista de rigor sobre sus inicios literarios y sobre el libro en mención:

SOBRE LOS INICIOS LITERARIOS:

UNO


¿Cuál fue el primer libro que recuerdas entre tus manos y qué sensación te causó?

Bueno, recuerdo una versión resumida (para niños) de La Odisea (Polifemo me llamó muchísimo la atención aquella vez); también recuerdo una colección de sesenta libros infantiles editados por Oveja Negra (El soldadito de plomo, las fábulas de Esopo, los cuentos de los Hermanos Grimm, etc.). Pero la que podría llamar mi primera lectura consciente, sabiendo lo que hacía y leía, fue El Principito, cuando tenía 8 o 9 años. Leí el libro porque era breve (no suelo leer libros muy voluminosos, lo confieso). Me atraparon su brevedad y todos sus planetas absurdos, que para mí no lo eran tanto, por cierto. En ese entonces el mundo de El Principito era el mundo en el que yo vivía.


DOS

¿Qué autores determinaron tu forma de escribir y tu visión del mundo en tus inicios literarios?

Un autor fundacional en lo que respecta a mi obra es Franz Kafka. Sin Kafka, sinceramente, creo que no existiría. Luego son importantísimos Cortázar, Borges, Bioy Casares, autores que leía mucho y de corrido. De los peruanos disfrutaba de Ribeyro, me atraía su nostalgia, pero quizá porque su prosa es más tradicional nunca absorbí su estética. Lo quiero, pero no tanto como un padre sino como una especie de tío del que recibes consejos y obsequios. Ahora bien, si se trata de un peruano –y escritor universal, en mi opinión– que haya cambiado todas mis perspectivas, pues tengo que nombrar a Mario Bellatin. Tenía unos 15 o 16 años cuando lo leí por primera vez, allá por 1994. El día que me crucé con Mario todo cambió. Creo que eso es lo que Mario provoca en muchas personas. Es en verdad un artista valiosísimo.


TRES

¿Tienes hábitos y costumbres a la hora de escribir? ¿Cuáles son tus horarios?

Horarios fijos no tengo, la verdad. Eso sí, soy un morning person, como dicen por ahí. No puedo escribir en las noches. Mis mejores horas para cualquier actividad son durante el día. Y cuando se trata de la literatura mi único hábito es encerrarme y no contestar llamadas. Es una estrategia que hasta el momento ha funcionado.

CUATRO

¿Qué recomendaciones o consejos les darías a aquellas personas que se están iniciando en la narrativa?


Paciencia y mucha edición. Rodearse de gente que pueda editar lo que uno escribe y no pensar que se es escritor a los 15 años. A los 15 uno suele ser un mamarracho, salvo contadas excepciones. Y siempre es bueno practicar lo que hacían los antiguos: la hoguera es fabulosa a la hora de desechar la obra temprana.


SOBRE ZEPPELIN:

CINCO


¿Cómo nació el proyecto de Zeppelin y cómo fue su composición?

Zeppelin es un libro que se gestó entre diciembre de 2007 y mayo de 2008. Se remonta a una idea que tuve para sintetizar lo que yo pienso que representa Mario Bellatin como creador. Es una suerte de homenaje, si se quiere. El libro tiene tres apartados disímiles e inconexos (uno sobre una artista minimalista, otro sobre monstruos y mutaciones y uno final acerca del cine); Zeppelin no tiene una trama, y lo que te cuento sobre Bellatin no es explícito. Bellatin es un minimalista, está obsesionado con los cuerpos y sabe mucho de cine, pero si yo no dijera que originalmente el libro era un homenaje a Bellatin, un homenaje que iba a contener entrevistas y disecciones académicas, pues nadie se percataría. El libro no terminó siendo lo que quise en un principio porque la ficción me sedujo y porque “ficcionalizar” la estética general de Mario me pareció más interesante. Zeppelin es sobre todo un libro de sensaciones, lo que podría ocasionar, por ejemplo, el visionado de una película de David Lynch. Es decir: está hecho para experimentarse pero no para entenderse. Al menos yo no busco eso. Todo lo que suelo escribir es fragmentado y se inscribe en la vanguardia, que es la estética que prefiero. La estética vanguardista es muy importante para mí desde antes de estudiarla y entender lo que significaba. Te confieso que de los libros que he escrito, este, Zeppelin, es el que más estilemas de vanguardia utiliza. Y supongo que eso lo hace el más “raro” hasta el momento. Claro, Zeppelin fue escrito hace más de un año, y he escrito otros dos libros desde entonces; en cierto modo ya lo considero un libro jubilado. Zeppelin incluso ha tenido otros títulos, se llamó originalmente Emmebellatinn y por muchos meses Armatoste para una obra periférica, que es un nombre que no le gusta a nadie (salvo a mi amiga Mónica Belevan), pero que sin duda usaré para un próximo libro, porque a mí me encanta.


SEIS

De acuerdo con lo que dice Ricardo Sumalavia nos encontramos antes un texto híbrido que recoge diversos géneros y registros, ¿cuál era la intención frente al lector?

Creo que Ricardo se ha fijado bastante en la fragmentación y el montaje del libro, que son características esenciales de la vanguardia. El montaje y la fragmentación suelen denotar una obra inusual e informe. En cuanto a la hibridez, podríamos hablar de ella en lo que respecta al lenguaje ya que hay una mezcla de tonos seudo ensayísticos y científicos, pero no sé si existe hibridez en cuestiones de género. Pienso que Zeppelin sí tiene un género: la prosa. Como dirían Verani y Achugar: una prosa de vanguardia, para ser rigurosos y académicos. Sí es cierto que el límite no es claro cuando uno lo compara con parámetros decimonónicos (el arte antes de las vanguardias históricas, quiero decir), pues para algunos el libro es una colección de relatos y para otros podría ser una nouvelle. Pero en eso radica la riqueza de las vanguardias. Desde los años 20 del siglo pasado el arte deshumanizado causa ese quiebre y esa complicación. Yo no he hecho nada nuevo, sino continuar con una tradición vanguardista. Una película de Jean-Luc Godard cumple la misma función frente a una de John Ford, por ejemplo. Mi intención es jugar con la forma, moldear, ver qué sucede. Me queda claro que el libro es una narración en prosa, y tratar de darle una etiqueta más para definirlo sería perder un poco la brújula. En mi opinión la prosa es siempre prosa, y no veo muchas diferencias, fuera de la extensión, entre un texto de Monterroso y uno de Joseph Conrad. Cuando veo una película de Lynch, volvamos a Lynch, si me lo permites, lo último en lo que pienso es en entenderla o definirla. De eso va Zeppelin también.


SIETE

¿Cuáles son los nuevos proyectos para lo que queda del año y para el próximo?

Para lo que queda del año, pues terminar algunas cosas que quedaron pendientes. Hay una antología de narradores iberoamericanos que compilé y prologué el año pasado; está concretándose y es probable que Casatomada se anime a editarla en Perú (Gabriel Rimachi es una persona en la que confío bastante y me gusta trabajar con él). Como autor participaré en un compilatorio temático en Madrid, que saldrá vía Páginas de Espuma a fines de este año. Y bueno, tengo un par de libros inéditos que están dando vueltas en algunas editoriales, esperando su turno. Por lo demás deseo mucha tranquilidad, mucho amor y bastante cerveza. Elementos importantísimos para una vida sana.