19 June 2009

BLOG DE HERNÁN MIGOYA


Tentado por la alucinante realidad peruana, el escritor español Hernán Migoya ha inaugurado un blog, Cholo, no te compadezco, en el cual recoge sus impresiones personales sobre nuestros país, o como él lo describe en el mail que me envía, anunciándome si ingreso a la blogósfera:

"Desde este CHOLO, NO TE COMPADEZCO intentaré comentar acontecimientos y obras culturales, así como aportar anecdotario vario, relacionados todos con el Perú, actualizando su contenido varias veces a la semana. Siempre desde el humor y el amor al país que tan cálidamente me acogió. Espero que os guste y participéis con vuestras opiniones, cariños y crueldades".

Los dejo con el primer post:


¿Por qué las mujeres peruanas son tan hermosas y los hombres peruanos tan horrorosos?

Por: Hernán Migoya

Ésa fue la primera pregunta que me hice la primera vez que llegué al Perú.

Naturalmente, las civilizaciones occidentales suelen obviar hoy día las cuestiones antropológicas, ya que se considera de mal gusto poner sobre la mesa consideraciones de tipo físico que englobe comunidades y/o incluso países enteros. Generalizar está muy mal visto, porque de la generalización a la cosificación de los pueblos parece haber un trecho corto. O eso piensan.

Por suerte, yo no me considero una persona muy civilizada, así que no me importa ejercer de genetista lego, cual científico mengueliano acogido por país latino para proseguir sus fantasías supremacistas, exclusivamente eróticas.

El caso es que me chocó muchísimo tal contraste: ¿por qué el mestizaje ha actuado de manera tan favorable a las hembras, creándolas de rasgos rotundos pero suaves, ojos rasgados de intrigante belleza y atractivo emanado tanto de su mirada, como de sus curvas, como de su piel? Otras mujeres de otros países sudamericanos, como las colombianas, suelen burlarse de las chicas del Perú, por indias y chatas (incide aquí un componente racista que siempre me ha chocado, al producirse tan vivamente entre sociedades oficialmente mestizas), y tienen a gala ser más hermosas que ellas. Ciertamente las colombianas son poseedoras de un físico más “espectacular”, desde el punto de vista del glamour y de la exhibición de pasarela; sin embargo, el misterio de los ojos peruanos y la melosidad envenenada de su esencia no la cambio yo por ninguna modelo de Pereira sin operar.

Contrastadamente, los hombres peruanos suelen ser no solamente bajitos, sino también feúchos y descangallados; y, lo que es más sorprendente, absolutamente abandonados de sí mismos.
Es el fenómeno peruano opuesto, pues, al que se da en un país situado en las antípodas de su apariencia física, ya que en la rubia Alemania ocurre absolutamente todo lo contrario: la generalidad de los hombres resulta esbelta, apolínea, de facciones hermosas y varoniles; igualmente, las mujeres son también masculinas, pero zancudas, toscas, torpes de movimientos, inexpresivas y muy, muy feas.

Estamos hablando de mayorías. Por supuesto, hay excepciones de alemanas hermosísimas y peruanos de sublime apostura.

Pero no me gustaría ser mujer en el Perú.

En cambio, ser hombre peruano es una suerte bendita del cielo.

Si se es hombre heterosexual, claro.