Debo confesar que no soy fanático de Iron Maiden ni de ninguna truculencia metal, pero es alentador que grupos de su prestigio y trayectoria lleguen de visita a Lima para felicidad de toda la comunidad metalera. Además, de no mediar la flojera, iría al concierto del Estadio Nacional, dado que sería un gran espectáculo ver a estos tíos cincuentones gritando y golpeando guitarras y baterías (Conservó aún mi casette de The number of the best y de uno que otro disco de Black Sabbath y Alice Cooper). Pero faltaría una buena motivación para poder ir al concierto y descargar la furia metalera junto con adolescentes del facebook y el messenger.