Daniel Alarcón: Tuve esa misma discusión con un poeta que vive en Palestina. A pesar de que él vive bajo la ocupación israelí, sin libertad de desplazamiento, él me decía: “Si tú no quieres hablar de Beckett, yo no quiero estar aquí”. Estaba en otra onda, más allá de la política.
Antonio García Ángel: Eso no significa que la literatura que hacemos sea inocua…
Pilar Quintana: Pienso que puede haber literatura de denuncia, pero ese no puede ser el motivo para ponernos a escribir. Lo demás es un añadido.
Santiago Nazarián: El compromiso político del escritor no radica en la temática que escoge, sino en alcanzar otro nivel con la palabra. No intentamos ser políticamente correctos.
Pilar Quintana: Nosotros escribimos a la sombra del “boom”, pero de una forma menos traumática, menos programática.
Joao Paulo Cuenca: No creo que eso sea una preocupación. Además, creo que estamos influenciados igualmente por escritores y por artistas plásticos, por músicos y cineastas, es una mezcla de muchas cosas. No hay un peso muy grande de un determinado escritor en nuestra formación. No nos preocupa matar a alguien.
Antonio García Ángel: Ahora hay más afluentes para lo que uno hace. Ahora leemos también la televisión y muchas otras cosas.
Pilar Quintana: Es como si la literatura, a medida que pasa el tiempo, se escribiera mejor. Y yo no creo eso. Hay espléndidos escritores nacidos hace mil años.
Joao Paulo Cuenca: La buena literatura se justifica en el momento, no es algo que tenga que ver con los escritores que nos anteceden. Creo que nosotros nos vemos más como artistas que solo como escritores.