22 July 2008

LIBROS EN GUERRA


SOBRE LOS EDITORES INDEPENDIENTES

Hasta el momento no se ha podido solucionar el grave acto de discriminación que ha sufrido la Alianza Peruana de Editores por parte de la Cámara Peruana del Libro, y con la fecha de inauguración de la Feria Internacional del Libro a cuestas, veo muy poco probable que se llegue a algún tipo de solución dado la actitud prepotente que ha tomado la institución organizadora. Sin embargo, los editores independientes veran la forma de llegar a los lectores de la feria y haran sentir su reclamo a los visitantes de la misma. Al menos, eso espero, despues de tanto alboroto. El día de hoy, en su columna, Sin ánimo de ofender, Eduardo Adrianzen, con su particular estilo, se suma al apoyo que muchas personas han mostrado a la ALPE:

Tarde o temprano tenía que pasar. Antes, prácticamente todas las editoriales y las librerías se percibían a sí mismas como quijotes soñadores que luchaban por fomentar cultura en un país que los ignoraba y dejaba languidecer. Los libros no eran un buen negocio, ¿a quién se le hubiera ocurrido? Las ganancias eran marginales o inexistentes, y muchos quebraron o tiraron la toalla luego de nobles esfuerzos. Pero las cosas empezaron a cambiar, y poco a poco el "libre" mercado y el darwinismo también se instalaron entre ellos. El dinero se volvió real, y el vender y editar libros se convirtió en una actividad tan lucrativa como poner restaurantes, algo inimaginable para los románticos de antaño.

Por eso creo que la bronca entre la Cámara Peruana del Libro y los editores independientes solo confirma que la ley de la jungla alcanzó a nuestras queridas librerías. Los tiburones grandes quieren comerse a los peces chicos, o al menos arrinconarlos hasta matarlos de inanición o absorberlos. Y estos tiburones son muy poderosos: están amarrados con imperios editoriales extranjeros, tienen cadenas, franquicias e influencias de todo tipo, incluyendo las sórdidas. Ellos redactan los reglamentos e imponen sus leyes basadas en el principio de: si no vendes mucho, muérete. Así de simple. ¿Editas poesía de jóvenes peruanos? ¡Qué idiota, deberías publicar los poemas de Bayly! ¿Editas a los nuevos narradores? ¡Baboso, mejor las sabias reflexiones de Angie Jibaja! Amigos editores independientes, esa es la única lógica de los líderes del mercado que los acusan de "hacer criolladas". Para la mayoría de ellos –no todos, pero casi– cualquier otro criterio importa un pito, empezando por la calidad de lo que ofrecen al público. Asúmanlo.

Pero hay formas de resistir. En el teatro hace años que las ponemos en práctica. ¿Ya les declararon la guerra? OK: recuerden que Vietnam y los sandinistas ganaron. Resistan… y no vendan su alma. Este es apenas el primer capítulo.