UNA REFLEXIÓN SOBRE LA LABOR DOCENTE
Leo en el siempre bien informado blog de Iván Thays una entrevista que le hacen en ADN Cultura a Daniel Pennac, autor del libro Mal de escuela, sobre su experiencia como docente a nivel escolar. He leído con sumo interés la entrevista, dado que, como muchos saben, durante gran parte mi tiempo me desempeño como docente en los diferentes niveles educativos: secundario, preuniversitario y universitario (y debo confesar que mientras más alto es el nivel, peor es el rendimiento académico). Hay algunas reflexiones que el autor francés realiza y que me parecen pertinentes para poder comprender lo que significa el ser docente hoy. Algunas respuestas son bastante lúcidas:
El principal motivo es que los niños de otras épocas no eran clientes, que es en lo que se han convertido hoy. El profesor que entraba en un aula hace cuarenta años se encontraba con treinta alumnos que no se planteaban qué estaban haciendo allí, simplemente lo aceptaban. Hoy se halla ante treinta clientes consagrados al consumo de bienes materiales: zapatillas deportivas, iPods y celulares de última tecnología.
(...)
Los niños acaban confundiendo deseos superficiales con necesidades básicas. La publicidad se dirige a ellos desde que tienen 2 años. Si tienen la desgracia de que sus padres sean de los que se dejan estafar por esa propaganda que les asegura que si no les compran a sus hijos un juguete determinado eso significa que no los quieren, la situación puede volverse desastrosa. Yo les tengo que enseñar necesidades fundamentales, como estructurarse mentalmente, aprender a leer y a contar o estudiar las subordinadas. Los deseos del alumno son antagónicos a esta voluntad: los niños de hoy quieren consumir educación "a la carta", como quien compra productos electrónicos.
Para poder continuar con la entrevista, aquí.