10 October 2008

"ESCRIR ES ESCUCHAR EL RUIDO DEL MUNDO"


PRIMERAS DECLARACIONES DE LE CLÉZIO

Escribir es una toma de posición frente al mundo, bien sea para afirmarlo y perpetuarlo, o bien sea para negarlo y confrontarlo en una lucha verbal interminable. El último premio Nobel, Jean-Marie Gustave Le Clézio toma partido por lo segundo de acuerdo con sus primeras declaraciones despues de conocer la noticia del galardón. En la La República se reproducen las primeras palabras del escritor francés:

El escritor franco-mauriciano Jean-Marie Gustave Le Clézio, galardonado ayer con el Nobel de Literatura, recibió la noticia en una escala en París, fiel a su fama de viajero impenitente siempre a la escucha del "ruido del mundo".

"Escribir no es solo estar sentado en tu mesa contigo mismo, es escuchar el ruido del mundo. Cuando estás en la posición del escritor se percibe mejor el ruido del mundo, vas al encuentro del mundo", aseguró el literato afincado en Nuevo México y enamorado de la cultura hispanoamericana, en una multitudinaria rueda de prensa.

Serio pero bromista, austero, pero generoso en sus respuestas, el nuevo Nobel de Literatura aseguró que no se esperaba el galardón, agradeció los elogios de la Academia sueca y se mostró un tanto avergonzado por haber tenido "esta gran suerte".

Habló poco de su obra y de sus influjos, aseguró que busca "una cierta ingenuidad y frescura" cuando escribe y reveló con seguridad sus fuentes de inspiración: "una mezcla de mis recuerdos de infancia, de mi vida de adulto y de lo que constato en cada instante. Mis fuentes están en la realidad".

Cuando esta mañana sonó su teléfono, Le Clézio estaba leyendo La dictature du chagrin, de Stig Dagerman, y aprovechó la ventana que le abrió el premio para recomendar la lectura de novelas como antídoto para los problemas que atraviesa la sociedad, desde la crisis económica a "la tendencia excesiva a destacar el peligro que representan los extranjeros".

"Leer novelas es una buena forma de interrogar al mundo actual sin que el resultado sean respuestas demasiado esquemáticas. El novelista no es un filósofo, no es un técnico de la lengua, es alguien que hace preguntas y si hay un mensaje que quiero enviar es que hay que hacerse preguntas", señaló el autor.

Además refirió que no cree que el prestigio del galardón cambie su vida. "Estoy escribiendo un libro y no me voy a parar por esto. Creo que ahora todo va a ser más sencillo. La Academia me ha regalado tiempo", dijo el literato nacido hace 68 años en Niza, en el seno de una familia de exiliados de las Islas Mauricio, una ex colonia francesa que siente como su patria.

Le Clézio no ha hecho otra cosa en su vida que escribir y viajar. Con siete años completó dos obras en el barco que le llevaba rumbo a Nigeria, donde su padre, médico británico, había sido destinado durante la II Guerra Mundial. Con 23 recibió el premio Renaudot por Le procès verbal y con 40 la Academia Francesa galardonaba su novela Désert como la mejor del año. En 1994 una encuesta organizada por una revista literaria le señalaba como el mejor literato francés con vida.

"Todos los premios literarios son una suerte, dan tiempo y suponen una motivación", afirmó el escritor que, sin embargo, reivindicó su gusto por la vida apartada y sin el ruido de los flashes.