Por: Carlos Enrique Saldivar
Son veinticinco los autores antologados aquí por Max Palacios en un loable esfuerzo de dar cuenta que entre nosotros existe una literatura “diferente”. El libro consta de dos partes: una dedicada a la poesía y otra a la narrativa. La primera de las partes incluye a algunos poetas reconocidos como José Antonio Galloso, cuyos “Quánticos” que cierran esta sección son una verdadera joya de su género. Otros poetas antologados aquí dan cuenta de un buen quehacer literario como por ejemplo Lord Tiranna cuyos poemas lovecraftianos “Siete cadáveres y una llave”, no nos dejarán incólumes. En general la poesía del libro es bella por unos momentos e incisiva por otros, la ciencia ficción está presente por ejemplo en el poema de terror: “Frankenstein” de Willy Gomez Migiliaro, o el espíritu gótico en “6:15 –El hombre murciélago Ciudad Gótica-“ del reconocido poeta Leo Zelada, e incluso transfiguraciones literarias mediante poemas logrados como el misterioso: “Hijo de la oscuridad” de Vilo Arévalo o el poema fantástico: “Entrevista con Dios” de Franz Fisher. Poesía de buen gusto aunque con tonalidades bizarras que dan en el blanco.
La narrativa difiere de la poesía, no por calidad definitivamente, porque también resulta ser notable en todos los casos, pero el sentido de lo bizarro va decayendo y así tenemos cuentos fantásticos, de terror y de misterio. Como por ejemplo el cuento más logrado: “Darío del Ollo” de Cecilia Podestá, donde el protagonista ve cambiar su miembro viril masculino por uno femenino y se dedica a violar cholitos en las oscuras calles limeñas, ¿realidad o ficción? El caso es que el cuento logra su cometido: golpea y con eso tenemos suficiente. Todos los cuentos son dignos de elogio pero merecen resaltar los siguientes: “Alicia en el diario” de Jennifer Thorndike”, en el cual una niña, a muy corta edad, narra en primera persona su gusto por una chica de su mismo sexo, lo cual no es nada ajeno a la realidad, de hecho es un fenómeno muy común en nuestra sociedad, pero nos incita a pensar en varios puntos con respecto a la niñez y la sexualidad. Un relato que se inserta perfectamente dentro del objetivo bizarro de la antología es: “Un poema de amor después de la muerte” de Cynthia Zegarra, en el cual la protagonista en primera persona narra una situación necrofílica. El cuento “La visitante” de Richard Primo es un excelente relato de fantasmas, que, aunque no se inserta dentro del objetivo bizarro del libro da cuenta de un tipo de literatura poco trabajada en el Perú, pero junto al cual rebosan ideas potenciales y muy ingeniosas. “El rapto de las Hello Kitties” de Carlos Carrillo, es una pesadilla horrenda apta solo para mentes poderosas, porque la crueldad de estos “cazadores de señoritas”, logra alterar las venas del más frío de los mortales. Otro cuento que cabe resaltar es “Tania” de Luis Ángel Pardo, que aunque tampoco se ciñe a las reglas de lo que debe ser estrictamente bizarro deja buena cuenta de un drama realista y el torbellino de sentimientos claustroficos que puede tener una víctima resultado de este feroz maltrato, no adelanto nada pues el final es sorpresivo. “La libertad violada” de Julio Meza es un cuento que bien podría insertarse dentro del cuento de misterio o de terror psicológico, un niño con malos instintos tortura lenta y horriblemente a una paloma mientras su madre conversa con el doctor que lo trata y no logra encontrar una solución ajena a la maldad clavada en la mente del infante, presumiblemente, de muy corta edad. Un cuento que sorprende por sus constantes con el realismo sucio y el cuento de misterio psicológico norteamericano es “Sudamerican Pshyco” donde un joven enfermo de celos, llega al límite de imaginar que su enamorada le es infiel con sus amigos del trabajo y ver como en una película alucinaciones con respecto a esta infidelidad. Muy bien trabajado de principio a fin, el cuento nos hace recordar por momentos a filones del género de terror y suspenso como Robert Bloch, Stephen King y Dean R. Koontz. El final es preciso y sorprendente. En resumen esta segunda sección del libro también está muy bien lograda y resulta interesante y estimulante para seguir con una lectura de cuentos del mismo género. No hay un solo cuento que merezca mi desprecio y si no he comentado todos ha sido por falta de espacio. Apreciable es, pues, el esfuerzo de Max Palacios por reunir estas muestras ingeniosas de una literatura que quizá en otras editoriales hubiera sido rechazada sin más. Aunque debo acotar que el verdadero espíritu bizarro casi no se ve, pues el libro en conjunto es un modo interesante de ver la literatura peruana desde otro ángulo: fantasía, misterio, terror, suspenso, ciencia ficción, drama fuerte o realismo sucio exacerbado, todo esto resulta llamativo para los lectores del género y los que no lo son.
(Tomado de la revista Argonautas # 4)