09 September 2008

80 AÑOS DE MANUEL SCORZA


REDOBLE POR EL AUTOR DE LOS ADIOSES

El día de hoy se cumplen 80 años del nacimiento de Manuel Scorza, uno de los escritores neoindigenistas del Perú que aportó una visión profunda de la injusticia en los Andes centrales de nuestro país. En la sección cultural de La República, Pedro Escribano escribe un artículo conmemoratorio sobre el autor de Garabombo, el invisible, recordándolo en su faceta de narrador, poeta y promotor cultural:

Manuel Scorza, el autor flamígero de los poemas de Las imprecaciones y de la saga novelística que inició con Redoble por Rancas, hoy en día hubiera cumplido 80 años de vida. El también autor de La tumba del relámpago nació en Lima, pero su imaginación justiciera galopó por los Andes, por la serranía del pueblo de Rancas, donde los pastizales de los comuneros eran cercados con alambres de púas por la minera Cerro de Pasco Corporation.

Ante ese abuso, el escritor tomó las armas, es decir, su pluma. Desde las canteras de su creatividad enfiló una verdadera fuerza de caballería en defensa de los campesinos y narró una verdadera épica en los Andes. Así nació la saga narrativa que llamó "La guerra silenciosa" –Redoble por Rancas, Historia de Garabombo el invisible, El jinete insomne, Cantar de Agapito Robles y La tumba del relámpago– en la que los personajes de ficción son, en muchos casos, para que lo coteje la Historia, de carne y hueso.

Entre Lima y los andes

No es raro hallar textos que señalan que Manuel Scorza nació en Acoria, en Huancavelica. No es verdad. El escritor nació en la Maternidad de Lima el 9 de setiembre de 1928. La confusión de Acoria como lugar de su nacimiento se debe a que como el niño Manuel sufría de los bronquios, sus padres lo llevaron muy niño a la sierra de Huancavelica.

Scorza estudió en el Colegio Leoncio Prado. Allí, el colmo de la osadía, clandestinamente junto a otros compañeros leía La Tribuna y se hizo aprista. Pero años después, cuando el APRA tomó otros rumbos, renunció ante el líder aprista con la célebre carta "Goodbye, míster Haya".
El escritor se solidarizó con los humildes, como intelectual y como ciudadano, como poeta y novelista. Leíanos en una nota de César Lévano que Scorza una vez escribió que "en el mundo hay cuatro estaciones; en los Andes cinco: primavera, verano, otoño, invierno y masacre".

Estaba convencido de que la literatura era un arma. Para él no existía lo mágico. "La literatura, en cambio, nace de la hirviente realidad. En ese sentido, es el único sector de la ideología latinoamericana que refleja hechos: no se alimenta con imágenes de hechos deformados por la presbicia de imágenes culturales colonizadas" (texto inédito, LR, 10/09/2006).