DE ESO SE TRATA, DE JUAN VILLORO
El último libro de Juan Villoro, De eso se trata, es un texto que reúne un conjutno de ensayos sobre aquellos grandes escritores que marcaron su vida y su escritura; entre ellos Shakespeare, Cervantes, Chejov, Borges, Bioy Casares, Onetti, y, por supuesto, Ernest Hemingway, del cual señala, que ha primera impresión, le caía muy mal por la imagen de macho imponente. En La sección cultural de La República se recoge la noticia:
El último libro de Juan Villoro, De eso se trata, es un texto que reúne un conjutno de ensayos sobre aquellos grandes escritores que marcaron su vida y su escritura; entre ellos Shakespeare, Cervantes, Chejov, Borges, Bioy Casares, Onetti, y, por supuesto, Ernest Hemingway, del cual señala, que ha primera impresión, le caía muy mal por la imagen de macho imponente. En La sección cultural de La República se recoge la noticia:
El escritor mexicano Juan Villoro confesó ayer que de niño apenas leía y que Ernest Hemingway le cayó "gordo" durante mucho tiempo hasta que descubrió que el novelista estadounidense usaba en público una máscara de "charlatán" para preservar su intimidad y poder escribir tranquilo.
Hemingway es uno de los protagonistas del último libro de Villoro, De eso se trata, un compendio de ensayos literarios en el que comparte con el lector el gozo que le produjeron los grandes autores de la literatura universal, desde Cervantes hasta Borges, pasando por Shakespeare y Chejov.
"Es difícil encontrar maneras de comunicarnos uno a uno tan directas como la lectura en un mundo de sobreinformación y en una sociedad del espectáculo", reflexionó en entrevista con Efe.
En su opinión, "el ensayo ahonda y extiende esta idea de la conversación", ya que, a la vez que el escritor conversa con el lector, permite la intervención de otros autores, "voces que van integrando una especie de tertulia".
En su opinión, "el ensayo ahonda y extiende esta idea de la conversación", ya que, a la vez que el escritor conversa con el lector, permite la intervención de otros autores, "voces que van integrando una especie de tertulia".
"El hecho estético, cuando te toca, te cautiva, enseguida sientes la necesidad de compartirlo", porque "hablar de lo que te ha gustado es una forma de redoblar el gusto", afirmó para justificar su inclinación por ese género literario.
El título de la obra, De eso se trata, lo extrajo de la traducción realizada por el poeta español Tomás Segovia de la frase del monólogo de "Hamlet" que sigue al "To be or not to be" ("Ser o no ser").
El escritor y sociólogo mexicano, hijo de catalán y que vivió varios años en España, admitió que tuvo relaciones muy dispares con los escritores comentados en De eso se trata.
"Hemingway me cae medio gordo, se me hace muy pesado", dijo sobre el autor de El viejo y el mar, con quien tuvo "una relación muy neurótica", "un romance con muchos altibajos".
"Primero lo admiré muchísimo por su literatura y por su vida; después me pareció un personaje un tanto caricaturesco, charlatán, un juerguista impenitente, un macho que mataba leones y que comparaba el tamaño de su sexo con el pobre (Francis Scott) Fitzgerald, que se ufanaba de sus romances", explicó.
"Luego fui entendiendo que ese personaje era una fachada para preservar una zona de intimidad y de soledad que era donde escribía una obra excepcional", aclaró.
Otros resultaron "más cercanos" para él, como los argentinos Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, y el uruguayo Juan Carlos Onetti.
El italiano Giacomo Casanova logró más que ningún otro plasmar "la identidad entre hombre y obra", porque resultó "inseparable el destino que tuvo con su escritura", pese a algunas licencias.